...

"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 24 de mayo de 2008

¿"Dolores de crecimiento"?

Los llamados dolores de crecimiento suelen ser dolores intermitentes y no articulares, en una o ambas piernas, que aparecen por la noche, en niños de 3 a 12 años de edad.

No está clara la causa de este tipo de dolores, y aunque se ha sugerido que pueden deberse a factores psicológicos o emocionales, no se han hallado pruebas convincentes de ello. Sin embargo, sí se sabe que los brotes de crecimiento no influyen en su aparición, y se han propuesto como posibles causas la adopción de una mala postura y la asociación con el síndrome de las piernas inquietas (uso excesivo de las extremidades inferiores) y la fatiga muscular.

En estos dolores no se observan signos de infección o traumatismo local, y los resultados del examen físico, las pruebas de laboratorio y las radiografías están dentro de la normalidad. El diagnóstico de estos dolores, por tanto, se realiza por exclusión. Es evidente tambien que si no existen signos físicos, cojera o falta de movilidad no hay por qué realizar pruebas de laboratorio o radiografías.

Cabe tener presente que es improbable que un niño que presenta dolores de crecimiento padezca una enfermedad grave. Además, hay que asegurar a sus padres que estos dolores son benignos y autolimitados, y que el niño no tiene por qué someterse a exploraciones complejas.

En cuanto al tratamiento, a pesar de haberse recomendado administrar paracetamol, su eficacia no se ha comprobado. El único estudio hasta la fecha que ha valorado un tratamiento fué un ensayo que incluyó niños con dolores de crecimiento que recibieron bien un programa de fortalecimiento muscular durante 18 meses (primer grupo) o bien otros tratamientos habituales (segundo grupo o grupo control). Se observó una mejoría más rápida en los niños del primer grupo que en los del grupo control. Si bien estos resultados respaldan la teoría de que este tipo de dolores se asocian con un espasmo muscular por cansancio o fatiga, el inconveniente es que el tamaño de la muestra (ambos grupos) era pequeño y el ensayo, aunque al azar, no fué ciego. Asímismo, los resultados pudieron verse influidos por el hecho de que los padres de los niños sometidos al programa de ejercicios dedicaron más tiempo y atención a ayudar a sus hijos.

Los autores proponen que dado que se trata de un trastorno habitual que no progresa a una enfermedad orgánica grave y suele resolverse con el tiempo, debería llamarse "dolor recurrente de las piernas en la infancia". Tomado de Goodyear-Smith, F. BMJ 2006; 333(7566): 456-457.

sábado, 17 de mayo de 2008

Vehículos motorizados para niños: sus riesgos.

En la revista Pediatrics se ha publicado una reflexión sobre el riesgo que conlleva la conducción de niños de vehículos con motor.

A pesar de haber quedado demostrado el peligro durante décadas, las autoridades responsables se muestran lentas para regular los límites de edad, las medidas de seguridad (cascos, etc.) y las licencias de conducción.

Los fabricantes están volviendo a producir, además de pequeñas motocicletas, vehículos todoterreno de cuatro y tres ruedas para niños. Las motos de nieve y embarcaciones se fabrican ahora en "tamaño infantil" y se comercializan para grupos de edad cada vez menores.

El número de niños que sufren lesiones de todo tipo por montar en estos vehículos es sorprendente. Por tanto, uno debería preguntarse por qué los padres permiten que sus hijos suban a estas máquinas.

Finalmente, la Academia Americana de Pediatría se ha mostrado en contra de la conducción de estos vehículos por parte de niños menores de 16 años de edad. Tomado de Vane, D.W. Pediatrics 2005; 15(4): 1087.

domingo, 11 de mayo de 2008

Alergias en niños: recomendaciones para su prevención.

El British Medical Journal ha publicado en uno de sus números recientes las recomendaciones que se deben dar a la madre embarazada para prevenir la aparición de alergias en su bebé.

Antes del embarazo, no se puede recomendar, por falta de datos en la actualidad, que una dieta especial disminuya el riesgo de que el futuro hijo desarrolle trastornos alérgicos; con independencia del riesgo hereditario que pueda existir en la familia.

Durante el embarazo, la madre debe tomar pescado (ácidos grasos poliinsaturados omega-3) desde las 20 semanas de gestación hasta el parto y suplementos alimentarios con probióticos (lactobacilos y bifidobacterias) durante las últimas cuatro semanas de gestación y durante el período de lactancia, dado que así reducirá el riesgo del lactante de desarrollar trastornos alérgicos.

Además, se recomienda evitar los cacahuetes durante el embarazo y la lactancia para reducir el riesgo de alergia a estos alimentos en los niños de familias de alto riesgo. Igualmente, los niños de alto riesgo no deberían consumir cacahuetes o sus derivados hasta cumplidos los 3 años de edad.

Tambien es necesario informar que exponer al lactante a una gran cantidad de humo de tabaco se asocia a un mayor riesgo de desarrollar asma en la infancia. Sin embargo, no se ha demostrado aún que evitar, durante el embarazo, los alergenos ambientales (ácaros del polvo, pelos de perro o gato,...) sea una buena estrategia de prevención.

En cuanto a la lactancia, los investigadores de este estudio señalan la necesidad de dar lactancia materna sólo hasta los 4 a 6 meses de edad. Si la madre no puede tener leche suficiente, son recomendables las fórmulas infantiles parcialmente hidrolizadas, puesto que las completamente hidrolizadas tienen un sabor que hace difícil su administración. Por otra parte, todavía no se ha demostrado que las fórmulas con soja reduzcan el riesgo de alergia.

Finalmente, se debe explicar a los padres que la inmunización con las vacunas habituales no aumenta el riesgo de que los lactantes desarrollen trastornos alérgicos y que son seguras en aquellos niños con alergias alimentarias, eccema o asma. Tomado de Anandan, C. y cols. BMJ 2006; 333(7566): 485.

martes, 6 de mayo de 2008

Transmisión de enfermedades en el hogar.

Un grupo de investigadores de Boston ha revisado 1545 casos de infecciones respiratorias y 360 casos de infecciones gastrointestinales en 208 familias con hijos de edad pediátrica, para determinar la frecuencia de transmisión de estas enfermedades entre los miembros de cada familia y la forma más eficiente para disminuirla.

Anteriormente, se había puesto de manifiesto que lavarse las manos con jabón de manos con alcohol prevenía la transmisión de infecciones en el seno familiar. En este estudio, tan sólo el 22% de los participantes refirió usar este tipo de jabones siempre, la mayoría de las veces o a veces y, únicamente, el 33% comunicó que siempre se lavaba las manos después de sonarse o limpiarse la nariz.

Los autores han llegado a la conclusión de que las infecciones se transmiten con frecuencia entre familiares de niños en edad pediátrica y que el uso de jabón de manos con alcohol reduce considerablemente la transmisión de infecciones respiratorias y gastrointestinales en el hogar. Adaptado de Lee, G.M. y cols. Pediatrics 2005; 115(4): 852-860.