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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 29 de noviembre de 2008

Obesidad infantil y ansiedad materna.

En el llamado mundo desarrollado, hay una considerable proporción de niños cuyas familias tienen unos ingresos económicos bajos y, además, su alimentación no está asegurada. Sin embargo, muchos de ellos tienen sobrepeso.

Por ello, es importante resaltar que, entre los niños de 3 a 10 años de edad, hay una relación directa entre inseguridad alimentaria y ansiedad materna. Ambas, a su vez, se asocian de manera significativa con una mayor probabilidad de que sus hijos desarrollen sobrepeso o de que acaben siendo obesos.

Más relevante resulta el hecho de que, incluso cuando la alimentación está asegurada, si las madres padecen, por otros motivos, mayor ansiedad, sus hijos tienen más probabilidad de desarrollar sobrepeso que los niños con inseguridad alimentaria.

Es decir, los métodos dirigidos a combatir la obesidad infantil deben considerar tambien el bienestar de los niños de familias con ingresos bajos derivado de reducir la ansiedad de la madre. Estas políticas podrían, por tanto, tener un profundo impacto en el sobrepeso de los niños. Adaptado de Craig Gundersen, PhD y cols. Pediatrics. 2008;122:e529-e540.

Seguridad de los medicamentos para pediatría.

A pesar de que todos los fármacos son sometidos a controles muy rigurosos antes de ser aprobados definitivamente para su utilización, es evidente que algunos temas relacionados con su seguridad no pueden ser detectados hasta su comercialización en poblaciones grandes y variadas.

Por tanto, la asociación que selecciona los mejores fármacos para niños solicitó a la FDA (Organismo que controla los alimentos y fármacos) que comunicara todos los efectos adversos ocurridos durante un período de 1 año, desde que se le concede al laboratorio la comercialización exclusiva de un fármaco. A su vez, en este estudio, un comité pediátrico, ha revisado todos estos fármacos desde junio de 2003 hasta abril de 2007. Los resultados obtenidos son los siguientes: por la escasa frecuencia o poca gravedad de efectos secundarios, el 65,7% de fármacos fueron devueltos a un sistema de vigilancia que consiste en la supervisión rutinaria de efectos no deseados. El resto fué sometido a nuevas investigaciones.

En conclusión, existen efectos adversos raros e incluso graves, pero afortunadamente la mayoría de los fármacos no tienen efectos secundarios frecuentes o graves; aunque permanecen bajo un seguimiento rutinario de posibles o nuevos efectos adversos. Adaptado de P. Brian Smith, MD y cols. Pediatrics. 2008;122:e628-e633.
URL: www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2008-0585

Vacuna de la Varicela: más eficaz con dos dosis.

En 1995, Estados Unidos fué el primer país en introducir en el calendario vacunal infantil la vacuna antivaricela, en una dosis. En 2006, esta pauta se cambió por un programa de dos dosis (primera dosis a partir de los 12-15 meses y segunda dosis a los 4-6 años).

Una dosis única de vacuna de la varicela fué efectiva en el 80-85% de los niños vacunados para prevenir la enfermedad de cualquier gravedad y en el 95% para prevenir la varicela grave. Además tuvo un excelente perfil de seguridad. El programa de vacunación redujo las hospitalizaciones en el 75-88% de los casos. Es decir, con una sola dosis de vacuna continuaron apareciendo brotes de varicela, incluso en niños vacunados.

El objetivo de este estudio es comparar los datos de los niños que recibieron una única dosis con otro segundo grupo de niños que han sido vacunados con dos dosis. Estos últimos desarrollaron mayor proporción de anticuerpos con más probabilidad de protección contra la varicela y eficacia de la vacuna (99%).

En conclusión, después de diez años de vacunación sistemática contra la varicela en Estados Unidos, se ha conseguido un gran descenso en la enfermedad; sin embargo, incluso con una alta cobertura de vacunación, la efectividad de la vacuna con una dosis única no proporciona suficiente inmunidad a la población para prevenir la transmisión en la comunidad. Por tanto, en 2006 se recomendó para los niños un programa de vacunación de la varicela de dos dosis. Adaptado de Mona Marin, MD y cols. Pediatrics. 2008;122:e744-e751.
URL: www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2008-0567