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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 10 de octubre de 2010

Para elegir el calzado de su hijo.

La siguiente información podría ayudarle a tomar mejores decisiones a la hora de elegir los zapatos para su niño.

En principio, los zapatos no son necesarios hasta que su hijo empiece a andar. Además, los niños que caminan dentro de la casa o sobre la arena o el césped tampoco los precisan.

Es cierto que la única función del calzado es proporcionar protección y, lógicamente, abrigo.

Bien entendida, la protección a la que se hace referencia será imprescindible en lugares o situaciones que supongan peligro y riesgo de daño o lesiones para los pies del pequeño.

Y antes de la edad en que el bebé comience a dar sus primeros pasos, tambien habrá que mantenerle sus pies abrigados durante el invierno, con zapatos tejidos.

Una vez que el niño empieze a caminar, preferirá hacerlo descalzo porque así puede sentir mejor el lugar donde pone los pies.

Cuando su hijo necesite zapatos finalmente, cómprele algún tipo de calzado flexible que permita todos los libres movimientos del pié; como por ejemplo, de lona con suela de caucho - zapatillas deportivas o de tenis - que tienen la ventaja de ser fáciles de lavar, más económicas y proporcionan excelente adherencia y tracción.

Otra alternativa válida a las zapatillas de tenis son los zapatos de piel fina, tipo mocasín, como los de los indios, que se adaptan a los pies sanos, casi como unos guantes a las manos.

Los zapatos tipo bota no son útiles ni aportan ninguna ventaja a la hora de "sujetar" el tobillo. Además, incluso en la actualidad, los niños que los usan son, en ocasiones, motivo de bromas.

En general, la mejor forma de fortalecer el pié - con todas sus articulaciones, músculos y tendones -es facilitar su movilidad durante la actividad física del niño.

Rara vez el pié de un niño presenta algún tipo de trastorno o anomalía que le provoque alteraciones de la marcha como para requerir tratamiento ortopédico. Y más del 90% de los niños que adoptan formas "raras" al andar, en sus primeros años de la vida, no necesitan ningún tipo de zapato "especial" ni sofisticado, con refuerzos, plantillas, taloneras, cuñas, etc.

Por el contrario, es el paso del tiempo, en todo caso, el responsable de que los pies, como el resto de nuestro cuerpo, vayan perdiendo progresivamente su elasticidad o flexibilidad, hasta el punto de que puedan provocar molestias, o incluso dolor, que requieran atención y ayuda especializada.

Adaptado de B. D. Schmitt, MD. Your Child's Health ("La salud de su hijo").