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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

viernes, 30 de diciembre de 2011

La clave del desamor está en la infancia

Es muy sorprendente que pocos o ningún sistema educativo intente destilar en las mentes de los futuros enamorados -todos los alumnos van a pasar, tarde o temprano, por este trance- un mínimo conocimiento sobre las características de las hormonas vinculadas al amor. ¿Quiero decir con esto que bastaría con ser conscientes de las bases genéticas y hormonales del desamor para evitar sus estragos? Las emociones fluyen más deprisa que los pensamientos, y estamos muy lejos de poder controlar los dos canales de comunicación entre la amígdala y el hipotálamo cuando confluyen, no siempre en la misma dirección; pero es evidente que haber reflexionado en otros momentos sobre la semejanza entre la ansiedad de la separación en los niños y el desamor en los adultos podría aliviar el trauma del desengaño amoroso.

Este fué el gran descubrimiento del científico inglés John Bowlby (1907-1990), que detalló la estructura y la forma de la seguridad generada por el apego infantil. El rechazo de la pareja o el desamor evocan los primitivos y poderosos sentimientos infantiles azuzados por el alejamiento de los seres queridos. Bowlby comprobó que los seres humanos están dotados con circuitos neuronales de apego seleccionados por las presiones de la evolución. Nacemos provistos de mecanismos programados para formar fuertes vínculos afectivos. Cuando estos vínculos se rompen, suena la señal de alarma del miedo atávico a la muerte por abandono. Esta emoción despierta cada vez que una espada nos separa definitivamente de un ser amado, y no hay vuelta atrás.

Lo que sugiere la ciencia moderna no es, simplemente, que el desamor desentierra los miedos que de niño empapaban la ansiedad de la separación de la madre y, ahora más a menudo tambien del padre, sino que, paradógicamente, cuando somos adultos no disponemos de más herramientas para hacer frente al desamor que las que teníamos de niños para combatir la ansiedad de la separación. Porque los mecanismos y las hormonas que fluyen por ellos son los mismos. Las doce personas de cada cien que contraen una depresión entre moderada y grave al separarse recurren a los mismos mecanismos y flujos. De cada cien mujeres asesinadas, casi la mitad muere a manos de su marido, ex marido, novio y ex novio en cuyos cerebros se activaron idénticos mecanismos y hormonas. Se trata de las mismas descargas y circuitos cerebrales responsables de que nada menos que un 35% de los niños se sientan inseguros.

Los grandes ausentes de esta lúgubre película no son tanto los niños como los bebés, que deben soportar los efectos del desamparo entre el primer y el segundo año de vida. Cuando las últimas investigaciones científicas revelan, como se apuntaba antes, que los adultos sumidos en el desamor cuentan con las mismas defensas que los bebés víctimas del desamparo, es decir ninguna, no vale cuestionarlo con el argumento de que los adultos, por lo menos, pueden recurrir a la interacción con los demás, lo cual no está al alcance de los bebés. En realidad, los adultos enamorados tampoco cuentan con esas interrelaciones, ya que, como es bien sabido, la inhibición y la desconexión emocional desencadenadas por la pasión les impide ver otra cosa que no sea su bien amado, ni siquiera a ellos mismos en otro estado de ánimo.

A los lectores que todavía estén convencidos de que el instinto maternal es una de las construcciones cerebrales más nobles y elaboradas de los seres humanos, no debería sorprenderles saber que la especie más monógama de los mamíferos -el ratón o topillo de las praderas- , cuando se le inhibe la producción de oxitocina por medios farmacológicos, se aparea con el primero que encuentra. Sin oxitocina no hay vínculos afectivos firmes ni comportamientos maternales. La leche no fluiría en los pechos ni se producirían las contracciones necesarias en el parto o en el orgasmo. Cuando se administran neutralizantes de esta hormona a ovejas y ratas -espero que ninguno de mis amigos científicos haya efectuado la misma prueba en humanos- no se ocupan para nada de las crías. Es más, si se inyecta la hormona en la médula de ovejas vírgenes se comportan de forma maternal con crías desconocidas.

Tras esta cura de humildad resultará más fácil admitir cosas como las siguientes: cuando se priva de esas relaciones afectivas, procedentes de vínculos maternos, a los niños antes de que cumplan los tres años de edad -cuando empiezan a desarrollar una parte del cerebro a la que me referiré más adelante-, se genera un agujero negro que impide recuperar las habilidades sociales para el resto de la vida.

Tampoco sorprenderá que, al reflexionar sobre el desamparo provocado por amores truncados, me olvide de los adultos hasta llegar al final de este capítulo y profundice antes en las reacciones de los niños abandonados a su suerte, aunque sólo sea un rato por la noche. Las causas y las consecuencias de esos tristes procesos son idénticas y, además, da la casualidad de que sobre el comportamiento adulto no sabemos casi nada, y sobre los niños lo sabemos casi todo.

Si se quiere profundizar en la miseria moral, en el sufrimiento inaudito, en el desconcierto individual y colectivo del desamor o los amores no correspondidos; si no tenemos más remedio que constatar -en espera de tiempos más cuerdos- las carencias insondables de la sociedad frente a los desvaríos mentales de los adultos; si queremos aprovechar los primeros consensos de los estudiosos de la infancia, de aquellos psicólogos, logopedas, psicoterapeutas y neurólogos -verdaderos héroes anónimos del cerebro donde se cobija el alma- ; si las causas y efectos de la ansiedad de la separación en las edades más tiernas de la vida son las mismas que las del desamor en la pubertad y la mayoría de edad, ¿por qué no centrarse, entonces, en las primeras para iluminar las segundas?

Tomado del Prof. Eduardo Punset, autor del libro "El viaje al amor". Ediciones Destino, S. A., 2009; 240-243.

lunes, 26 de diciembre de 2011

Si quiere potenciar la inteligencia de su hijo, averigüe qué le apasiona

El padre de la teoría de las inteligencias múltiples, Howard Gardner, advierte que las sociedades desperdician el talento. Este investigador ha recibido el Premio Príncipe de Asturias, en la categoría de Ciencias Sociales, por mantener, precisamente, que no existe una única inteligencia, sino ocho: la lógico-matemática, la lingüística, la visual-espacial (dibujar, interpretar un mapa), la musical, la corporal (danza, deportes), la intrapersonal (conocimiento de uno mismo), la interpersonal (conocimiento de los demás) y la naturalista (observación y clasificación de las cosas). Este concepto, además de reconocer, al máximo nivel, las capacidades que antes eran menospreciadas frente a las habilidades académicas tradicionales, ha obligado a replantear el sistema educativo.

- ¿Cómo podemos identificar nuestro potencial?

- Creo que el mejor modo de hacerlo es intentar enseñar algo nuevo a alguien y ver cuánto tarda en aprenderlo. Por ejemplo, si enseñamos a un grupo de estudiantes a jugar al ajedrez, después de 20 partidas algunos ganarán siempre. Claramente esos son los que tienen más potencial.

- ¿Hay gente competente en todos los tipos de inteligencia?

- Todo el mundo tiene todas las inteligencias, pero la vida no es justa ... Hay gente que brilla en todos los tipos, como Leonardo Da Vinci, y otros ... bueno, no la desarrollan igual. Pero lo importante de esta teoría es que existen una serie de perfiles: algunos tienen picos altos en algunas tareas y otros en otras, pero siempre podemos mejorar las más bajas.

- ¿Cuál es su definición de genio? Mucha gente considera que el recién fallecido Steve Jobs lo era.

- Un genio es alguien que descubre algo nuevo en el mundo, y creo que él lo hizo. Yo le daría un Premio Príncipe de Asturias.

- ¿Qué opina de los tests que miden el coeficiente intelectual?

- No sirven. Es como poner a alguien un sello en la frente: tú eres más listo, tú no. Eso es muy negativo. Es mucho mejor descubrir en qué destaca alguien, qué debe aprender y prestarle ayuda para ello. Y si no es así, probar otra cosa.

- Si tuviera en sus manos la educación de un país, ¿qué es lo primero que cambiaría?

- La educación no debe centrarse únicamente en la escuela: tambien depende de la familia, los medios de comunicación, el vecindario, todo lo demás ... Además, los profesores deben ser profesionales: aceptar una responsabilidad, tener status y ser respetados.

- El sistema educativo actual desperdicia el talento?

- Nuestras comunidades desperdician el talento porque solamente los privilegiados tienen opciones. Una de las cosas más interesantes de los sistemas educativos de Finlandia y Singapur, los mejores del mundo ahora mismo, es que son totalmente planos y justos. Es decir, no hay manera de saber cuánto dinero tiene la familia de cada estudiante en un colegio. En un sistema realmente justo, los alumnos con desventajas tendrían los mejores profesores y las mejores escuelas.

- España tiene una alta tasa de fracaso escolar. ¿Que nos recomienda?

- Mejorar la educación debería ser una de las prioridades principales de un gobierno. Y un consejo: aprovechar los medios digitales es muy importante. No sirve de nada hacer que los estudiantes memoricen las cosas si todo está aquí (saca un smartphone del bolsillo). Tenemos que enseñarles cómo utilizar las fuentes de información y tambien a cuestionarlas. En cuanto a los jóvenes, si no hay oportunidades de empleo, la motivación es mucho más difícil, pero no se pueden quedar en casa. Deben seguir mejorando sus destrezas o ayudar a otras personas. En el futuro, cuidar a nuestros mayores va a ser la mayor fuente de trabajo.

- En su teoría de inteligencias múltiples, ¿dónde colocaría la intuición?

- Cuando alguien puede hacer algo bien o pensar de forma correcta, pero es incapaz de explicar cómo lo consigue. Eso es la intuición. La gente puede tener muy buena intuición en un área, pero no en otras. Un matemático puede ver claramente la resolución de un problema muy complicado, pero no tener ni idea de cómo detener una pelea entre dos niños.

- ¿Que aconsejaría a los padres para potenciar la inteligencia de sus hijos?

- Prestarles mucha atención y averiguar qué es lo que les interesa y les apasiona, sin influir en ellos con sus propios intereses, pasiones o prioridades.

Adaptado de Judith de Jorge. ABC digital. Madrid, 3 de Noviembre de 2011. www.abc.es/20111026/ciencia/abci-entrevista-howard-gardner-201110260157.html

sábado, 17 de diciembre de 2011

Sinusitis aguda en niños

La nariz tiene siete cámaras óseas (senos) llenas de aire, que ayudan a calentar y humidificar el aire que pasa a través de ella. La sinusitis es la inflamación o congestión de los senos paranasales y se presenta principalmente con los resfriados y la rinitis alérgica, cuando sus aberturas están bloqueadas y las secreciones normales de los senos se acumulan, produciendo una sensación de presión y dolor en la cara. La secreción postnasal contínua es típica de la sinusitis y los intentos frecuentes de aclarar la garganta para eliminarla tambien suelen producir dolor.

Sin tratamiento, los senos por lo general se abren después de aproximadamente una semana. La principal complicación ocurre cuando las bacterias se multiplican dentro del seno obstruido. En este caso se produce una secreción nasal amarilla y aumento del dolor que sí requiere tratamiento con un antibiótico adecuado.

El principal propósito del tratamiento y cuidado en casa de la sinusitis es abrir los senos de modo que puedan drenarse. La inhalación del vapor de agua tibia que sale del humidificador, durante 10 a 15 minutos, tres o cuatro veces al día, es útil.

Si después de la inhalación de vapor tibio el seno parece seguir bloqueado se deben utilizar gotas o aerosoles nasales vasoconstrictores (descongestionantes) de acción prolongada, dos veces al día. Para evitar la congestión de rebote, deben interrumpirse durante dos de cada siete días. Antes de aplicar estos fármacos hay que limpiar la nariz mediante aspiración. Las aberturas de los senos están en el lado externo de los conductos nasales. Por tanto, apunte el aerosol nasal en esa dirección. Asímismo, las gotas nasales se deben aplicar mientras el niño está tumbado, con la cabeza inclinada hacia atrás y mirando hacia el costado.

Por lo general, para aliviar el dolor, el niño deberá tomar paracetamol, hasta que se abra el seno obstruido. La aplicación de hielo sobre el seno afectado tambien puede ayudar. Y en caso de rinitis alérgica, su hijo puede seguir con su antihistamínico oral.

Conviene saber que la natación no empeora la sinusitis, aunque se deben prohibir las zambullidas profundas. Sin embargo, saltar al agua en posición vertical de modo que los pies se sumerjan primero puede causar sinusitis de los senos frontales, y debe evitarse a menos que el niño se tape la nariz apretándola con los dedos.

Sin duda, deberá consultar con su pediatra:
- Si su hijo presenta fiebre.
- Si la secreción nasal amarilla persiste más de 24 horas.
- Si el dolor interfiere con el sueño.
- Si las molestias de la sinusitis persisten durante más de una semana.

Nota.
-Esta información se proporciona como un criterio general de orientación y educación que no necesariamente se ajusta a cada caso particular. Consulte con su médico si procede.
Adaptado del Dr. B. D. Schmitt. Your Child's Health.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Oído de nadador (otitis de las piscinas)

El oído del nadador es una infección de la piel que reviste el conducto auditivo externo (otitis externa). Cuando queda agua atrapada en el conducto, la piel puede llegar a inflamarse y, por tanto, está propensa a la infección. Los conductos auditivos deben quedar secos después del baño. Es más probable que los niños contraigan oído de nadador en las piscinas que en los lagos o en el mar. El cloro para tratar el agua de las piscinas elimina las bacterias beneficiosas del conducto auditivo y, como consecuencia, las bacterias dañinas tienden a predominar.

El niño que padece oído de nadador presenta:

- Picor y dolor en uno o ambos conductos auditivos.
- Dolor al mover el lóbulo de la oreja hacia arriba o hacia abajo.
- Dolor al hacer presión sobre el trago (prominencia cartilaginosa situada delante de la entrada del conducto auditivo externo).
- Y una pequeña cantidad de secreción clara.

Cuidado en casa y tratamiento del oído del nadador:

- Consiste fundamentalmente en utilizar vinagre blanco, pues con el ácido acético que contiene se puede lograr que la química del conducto auditivo vuelva a la normalidad. De modo que debe llenar con vinagre el conducto afectado, hasta que se escurra por uno de los lados de la entrada del oído, con el fín de que no quede aire atrapado debajo.
- A continuación, consiga que el vinagre permanezca dentro del conducto auditivo externo durante 5 minutos, luego incline la cabeza del niño de manera que ese lado quede hacia abajo, y tire suavemente del lóbulo de la oreja en diferente direcciones, para facilitar la salida de la solución.
- Haga esto dos veces a día, hasta que desaparezcan los síntomas. En general, su hijo no debe nadar durante este tiempo y, con más razón aún, si necesita tomar paracetamol para el alivio del dolor. En todo caso, si pertenece a un equipo de natación o participa en un curso de aprendizaje, puede seguir bañándose en la piscina, pero debe enjuagarse los oídos con vinagre blanco después de cada sesión.

Curso previsto: con este tratamiento, los síntomas deberían mejorar en 2-3 días. De otro modo, debe consultar con su médico de familia o pediatra:

- Si los síntomas de picor o dolor no han desaparecido completamente en 2-3 días.
- Si el dolor empeora después de 24 horas de iniciar el tratamiento o no se calma con paracetamol.
- Si el niño presenta supuración del oído o cuando el conducto auditivo parece estar lleno de "suciedad".
- Si le nota a su hijo un ganglio inflamado detrás del lóbulo de la oreja.

Prevención:

- Después de la natación y de que haga salir el agua de los oídos, séquelos cuidadosamente.
- Cuando el niño sufre con frecuencia el problema del oído del nadador, hay que enjuagar sus conductos auditivos con alcohol y frotar durante 1 minuto, cada vez que termine de nadar.

Errores comunes:

- No use tapones para los oídos de ninguna clase, como prevención ni como tratamiento. Los tapones tienden a empujar el cerumen dentro del conducto auditivo y, por tanto, son contraproducentes. Además, no impiden totalmente la entrada de agua.

Nota:

Esta información se proporciona como un criterio general de orientación y educación que no necesariamente tiene que ajustarse a cada caso en particular. Consulte con su médico, si procede.

Adaptado del Dr. B. D. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health".

sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Por qué algunos padres no vacunan a sus hijos?

En octubre de 2010 se inició un brote de sarampión en un barrio de Granada. El virus del sarampión se introdujo durante la celebración de un evento familiar, al que acudió una persona adulta ya enferma, pero que se encontraba aún en la fase previa a la erupción.

El virus se extendió con rapidez porque la cobertura vacunal en este barrio es baja. Inicialmente, la transmisión ocurrió sobre todo a nivel escolar, y después en servicios sanitarios; alcanzando otros barrios de Granada y municipios de la provincia.

A 30 de marzo de 2011 había 180 casos confirmados. Otros casos no fueron declarados, pues hubo padres que no acudieron al centro de salud o no colaboraron en la investigación.

Ante esta realidad, los pediatras nos preguntamos: ¿por qué hay padres que no vacunan a sus hijos? El rechazo a la vacunación ha sido objeto de numerosos estudios en EE.UU. -donde tambien se han realizado encuestas a padres sobre su postura- y más recientemente en Europa. En España, comienza a recibir atención, aunque todavía no hay estudios que analicen y cuantifiquen el problema.

Hay dos sectores bien diferenciados que no vacunan a sus hijos. En el primero, de población con nivel socioeconómico bajo, el motivo es el descuido. Este sector es fácilmente abordable, pues al insistir en la importancia de las vacunas accede a ellas. El segundo está constituido por población de nivel económico medio o alto, con buena formación académica, y que rechaza la vacunación con un profundo convencimiento, tras haberse informado y reflexionar sobre el tema. Por diversas razones se llega a esta postura, tales como el deseo de una crianza natural, la influencia de medicinas alternativas o la información disponible en internet en contra de las vacunas, los antibióticos y los corticoides. Algunos padres creen que las vacunas son innecesarias y/o dañinas. Tienen miedo a los efectos secundarios. Piensan, por ejemplo, que la vacuna triple vírica produce autismo, que las vacunas contienen mercurio con sus efectos perjudiciales, o simplemente argumentan: "las vacunas a la larga dan problemas", sin especificar de qué tipo. Por otro lado, se percibe la enfermedad, en este caso el sarampión, como algo leve o banal, o piensan que son enfermedades apenas existentes en la actualidad y confían en el efecto rebaño al estar inmunizada la mayoría de la población. Incluso hay quienes tienen la convicción de que las vacunas se han implantado para favorecer los intereses de las compañias farmacéuticas.

Más interesante sería poder responder a la pregunta: ¿qué podemos hacer para que estos padres acepten la vacunación de sus hijos? Inicialmente, convocamos reuniones informativas en los colegios, pero sólo acudieron los padres a favor. En la consulta hemos hablado mucho con los padres de filosofía antivacunas, pero su convencimiento es firme y dificil de cambiar. Se enviaron cartas a los padres de los niños no vacunados, tras lo cual accedieron los de postura menos rígida. Finalmente, hubo que recurrir a una medida judicial, pues las vacunas pueden hacerse obligatorias en caso de que exista un peligro para la salud pública. Solamente 8 niños no inmunes quedaron sin vacunar. Pero el problema de fondo sigue estando presente.

En resumen, insistimos en que la filosofía antivacunas es una realidad que debe ser tenida en cuenta, y debemos pensar en estrategias para abordarla. Desde la consulta de pediatría, tenemos que conocer bien los argumentos del movimiento antivacunas y ser capaces de dialogar para poder ofrecer información científica que derribe los mitos y falsas creencias.

En el año 2002, la Organización Mundial de la Salud adoptó una resolución para erradicar el sarampión y la rubeóla en la Región Europea en el 2010, y recientemente una nueva resolución ha aplazado este objetivo al 2015. A pesar de los planes de eliminación, todavía se registran en Europa brotes de sarampión, en muchos de los cuales la causa está relacionada con el rechazo ideológico a la vacunación.
Adaptado de la Dra. M. Martínez Romero y cols. Cartas al Editor. Anales de Pediatría.

An Pediatr (Barc.). 2011; 75(3): 209-210

sábado, 12 de noviembre de 2011

Masturbación en la infancia

Definición
La masturbación es la estimulación de los propios genitales para obtener placer y satisfacción. Los niños pueden frotarse los órganos genitales con un objeto o con la mano. La masturbación es algo más que la inspección normal de los genitales, observada comúnmente en los niños de dos años de edad mientras se bañan. Durante la masturbación, el niño generalmente tiene un aspecto aturdido, ruboroso y absorto. Un niño puede masturbarse con una frecuencia de varias veces al día o sólo una vez a la semana y suele hacerlo cuando está aburrido, soñoliento, viendo la televisión o bajo estrés.

Causa
La masturbación no tiene causas médicas. La irritación en el área genital produce picor o dolor, pero tampoco es su causa. La masturbación ocasional es un comportamiento normal de muchos niños de edad preescolar. Hasta un tercio de los niños de este grupo de edad la descubren mientras exploran sus cuerpos. A menudo, siguen haciéndolo simplemente porque les causa placer. Algunos niños se masturban frecuentemente porque están insatisfechos por algún motivo, tal como el hecho de que les hayan quitado el chupete. Otros están reaccionando al castigo, o a la presión que tienen que soportar para que dejen la masturbación por completo.

Curso previstoUna vez que su hijo o hija descubra la masturbación, rara vez abandonará la práctica totalmente. Es posible que no lo haga con tanta frecuencia si se resuelven las circunstancias asociadas de conflicto o de insatisfacción. A los 5 ó 6 años de edad, casi todos los niños pueden adquirir un poco de discreción y sólo lo harán en privado. En la pubertad, la masturbación se vuelve casi universal, en respuesta a los aumentos bruscos -y normales- de las hormonas y al impulso sexual.

Para evitar algunos conceptos erróneos:La masturbación no causa ningún daño físico ni lesión al cuerpo, no es anormal ni excesiva a menos que se haga premeditadamente en lugares públicos después de los 5 ó 6 años de edad y no significa que su hijo será promiscuo, desviado o demasiado susceptible a la excitación sexual. Sólo si los padres o educadores reaccionan de forma exagerada a la masturbación infantil y la consideran como algo perverso o sucio, ésta podrá ocasionar daño emocional, sentimientos de culpa y complejos sexuales.
¿Cómo deben comportarse los padres respecto a la masturbación infantil?
- Tenga objetivos que se puedan alcanzar. Es imposible eliminar la masturbación. Acepte el hecho de que su hijo ha aprendido a practicarla y que le gusta. Lo único que puede hacer es controlar el lugar donde lo hace. Un objetivo razonable es permitirla solamente en su habitación y en el baño. De otro modo, si pasa por alto totalmente, su hijo pensará que puede hacerlo libremente en cualquier sitio.

- No haga caso de la masturbación a la hora de la siesta y a la hora de irse a dormir por la noche. Deje tranquilo a su hijo en estas ocasiones y no siga vigilándolo. No le prohiba que se acueste sobre el abdomen y no le pregunte si tiene las manos entre las piernas.

- En las demás ocasiones, distraiga a su hijo con un juguete o con alguna otra actividad. Si esto no funciona, tenga paciencia. Usted puede decirle, con calma, a su hijo: "Está bien que lo hagas en tu cuarto o en el baño, pero está mal si lo haces en otro lugar de la casa o cuando estés delante de otras personas". Cuando los niños tienen 4 ó 5 años de edad, se vuelven sensibles a las opiniones de los demás y entenderán, entonces, que sólo deberían masturbarse cuando estén solos.

- Discuta este enfoque con el personal de la guardería. Pídale a la maestra o a la persona encargada de cuidar a su hijo que trate primero de distraerlo. Si esto no da resultado, deberá llamar la atención del niño con comentarios tales como: "Ahora necesitamos que vengas con nosotros".
- Aumente la relación y el contacto físico con su hijo. Algunos niños se masturbarán menos si reciben abrazos y mimos adicionales. Procure que su hijo tenga por lo menos una hora diaria de tiempo especial con usted, y asegúrese de que reciba manifestaciones de afecto o de cariño durante este período.

Así pues, el error más común que suele cometer algún padre o alguna madre es tratar de eliminar completamente ésta práctica de su hijo o de su hija. Esto desemboca en un conflicto en el que, inevitablemente, los padres pierden. Los niños nunca deben ser castigados; no se les debe gritar ni reprender al respecto. No se debe utilizar tampoco otra clase de restricciones ni calificar la masturbación como mala, sucia, perversa o pecaminosa. Todos estos enfoques sólo producen rechazo y resistencia. Y, posiblemente, inhibiciones sexuales más adelante.

En conclusión, esta información se proporciona como un criterio general de orientación y educación que no necesariamente se ajusta a cada caso particular. Consulte a su médico de familia o pediatra :

- Si su hijo sigue con esta práctica cuando hay otras personas presentes.
- Si el niño trata de enseñarla a otros.
- Si usted sospecha que alguien le ha enseñado a su hijo.
- Si usted no puede aceptar esta práctica de su hijo, de ninguna manera.
- Si a usted le parece que su hijo está triste.
- Si con este enfoque no se produce ningún cambio en un mes.
- Si usted tiene otras preguntas o preocupaciones.

Adaptado del Dr. B. D. Schmitt, autor del libro "Your Child's Health".

viernes, 4 de noviembre de 2011

La música y el estado de ánimo

Los efectos beneficiosos de la música se conocen desde hace miles de años. Los antiguos filósofos, desde Platón a Confucio, ya se pronunciaron a favor de su utilidad para ayudar a aliviar el estrés.

Así, por ejemplo, los acontecimientos deportivos incluyen música para despertar entusiasmo, las bandas militares utilizan la música para aumentar la confianza y el coraje, los centros comerciales reproducen música para atraer a los consumidores y mantenerlos en las tiendas, los dentistas para intentar calmar a los pacientes nerviosos y los escolares para memorizar mejor el abecedario.

La investigación actual respalda a la sabiduría clásica en cuanto que la música beneficia el estado emocional. Debido a nuestras propias experiencias, cada uno de nosotros desarrollamos diferentes gustos y preferencias musicales. Pero, a pesar de estas diferencias individuales, hay algunas respuestas a la música que son generales o comunes. A todos los bebés les encanta una canción de cuna (con independencia del talento musical o de la formación materna), porque la forma de cantar de una madre es especialmente suave. Aunque hay ciertos estilos de música que hacen que casi todo el mundo se sienta peor: un estudio con 144 jóvenes y adultos que escucharon cuatro diferentes tipos de música mostró que la música grunge provocaba un aumento significativo de la tristeza, la tensión y la hostilidad en todo el grupo, incluso a aquellos adolescentes que afirmaron que les gustaba. Todos los padres de adolescentes saben que ciertos tipos de música, sobre todo en grandes dosis, pueden provocar irritabilidad y estrés. En cambio, en otro trabajo, los estudiantes universitarios informaron que la música pop, rock, oldies y clásica les ayudaba a sentirse más optimistas, amigables, relajados y felices.

Todo aquel que ha aprendido a leer y escribir sabe que es más fácil memorizar una lista si se relaciona con música. La investigación científica apoya nuestra experiencia de que aparear la música con el ritmo y el tono mejora el aprendizaje y la memoria. La música ayuda a los niños y adolescentes con problemas de atención, de varias formas. En primer lugar, se puede utilizar como una recompensa para el comportamiento deseado. Por ejemplo, para prestar atención a una tarea durante 10 minutos, un niño puede ser recompensado con la oportunidad de escuchar música durante 5 minutos. En segundo lugar, se puede aumentar el interés por las "aburridas" tareas, tales como la memorización, con canciones, ritmos y baile o movimiento. Para los estudiantes, la reproducción de música de fondo no distrae. La música intrumental barroca es ideal para mejorar la concentración y el razonamiento. En tercer lugar, las señales musicales se pueden utilizar para ayudar a organizar actividades -un tipo de música para una actividad (estudio), otro para una actividad diferente como la hora de la comida y otro más para cuando llega el momento de irse a dormir- . En cuarto lugar, los estudios muestran que la música suave o ambiental puede promover un comportamiento más sociable y disminuir el comportamiento impulsivo. Cualquier estilo de música relajante combinada con los tratamientos clásicos es aún más eficaz para reducir la ansiedad que la terapia convencional sola.

La capacidad de la música para desterrar preocupaciones se ilustra en las letras de Rogers y Hammerstein:

"Cada vez que tengo miedo, mantengo mi cabeza erguida
Y silbo una melodía alegre, para que nadie sospeche mi temor ...
Y a su vez,
el optimismo al silbarla me convence de que no tengo miedo".

Algunos estudios sugieren que la música especialmente diseñada, tal y como la que incluye ritmos binaurales, mejora los síntomas de los pacientes con ansiedad y contribuye a la sedación del dolor más que la música sin tales ritmos. Escuchar este tipo de música sin otras distracciones (conducir, leer, hablar o cocinar) promueve los mejores beneficios.

El análisis de cinco nuevos estudios de investigación sobre la música y la depresión llegó a la conclusión de que la terapia con música es aceptable para los pacientes deprimidos, ayuda a mejorar sus estados de ánimo y, por tanto, ha demostrado su utilidad cuando se tratan pacientes con enfermedades graves como cáncer, quemaduras extensas y esclerosis múltiple que tambien estén deprimidos.

De modo que si la música puede ayudar en estas situaciones, puede tambien ser capaz de ayudarle a usted y a sus seres queridos en su bienestar emocional.

Sin duda, saber que ciertos estilos de música pueden aliviar el estrés es una cosa, y ser consciente en la elección de la música más adecuada a la hora de escucharla es otra. Elija tan cuidadosamente como cuando escoge su comida y sus amigos.

Adaptado de Healthy Children. Academia Americana de Pediatría. Los niños sanos. Vida saludable. Bienestar emocional. Música y humor
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http://www.healthychildren.org/English/healthy-living/emotional-wellness/pages/Music-and-Mood.aspx

domingo, 23 de octubre de 2011

La verdad sobre la autoayuda

¿Existe una varita mágica para dar un giro a nuestra vida?

"Ten mucho cuidado de quienes te vendan sus propias creencias, pues están obstaculizando tu propio descubrimiento de la vida" (Anthony de Mello).

Cuentan que, en clase, un joven escolar le dijo a su maestro: "Tú nos cuentas los cuentos, pero no los explicas". El maestro se disculpó: "Pido perdón y para enmendar mi error déjame que te invite a comer un melocotón muy rico; y si me lo permites, además pelaré el melocotón yo mismo. ¿Te gustaría que lo corte en trozos para que te sea más cómodo?". "Sí, muchas gracias", respondió el alumno. Y entonces, el maestro le preguntó: "¿Quieres tambien que lo mastique antes de dártelo?". Como era de esperar, el alumno con cara de asco, gritando y nervioso, respondió que no. El maestro hizo una pausa y concluyó: "Si yo os explicara el sentido de cada cuento, sería como daros de comer una fruta masticada".

En vez de dar consejos y recetas sobre la manera en la que los demás deberían vivir sus vidas, es mucho más útil, para aprender y comprender, hacer preguntas y compartir reflexiones.

"Aunque la mayoría de las personas no van hacia ninguna parte, es un milagro encontrar a alguien que reconozca estar perdido" (Ortega y Gasset).

Casi todos nos limitamos a sobrevivir. Trabajamos. Consumimos. Y tratamos de divertirnos todo lo que podemos. Pero, en general, no sabemos para qué vivimos. De ahí que muchos vagamos por la vida dejándonos llevar o, incluso, como un barco a la deriva.

Desde que nacemos, la sociedad nos condiciona para convertirnos en empleados y consumidores, de manera que perpetuemos el funcionamiento económico del sistema. Tanto es así que sólo sabemos buscar nuestro bienestar fuera de nosotros mismos. Y prueba de ello es que confundimos la verdadera felicidad con sucedáneos como el placer, la satisfacción o la euforia temporal que nos proporcionan el consumo de los bienes materiales, el éxito en el trabajo y el entretenimiento. Y debido a nuestra falta de autoestima y de confianza en nosotros mismos, construimos, a menudo, un estilo de vida prefabricado o de segunda mano.

A lo largo de los últimos años se ha multiplicado el número de personas interesadas en conocerse mejor y potenciar su inteligencia emocional. Y como consecuencia directa ha surgido con fuerza un nuevo sector profesional: el de la autoayuda. Debido al malestar generalizado, no solamente se ha puesto de moda sino que se ha convertido en un negocio muy rentable. De hecho, están apareciendo "expertos" en el tema por todas partes. Aldous Huxley dijo una vez: "No hay mayor negocio que vender a gente desesperada un producto que asegura eliminar la desesperación".

Y entonces, ¿qué es la autoayuda? En primer lugar, es una palabra que se utiliza para etiquetar cualquier iniciativa psicológica o espiritual como alternativa a la terapia convencional y a la religión tradicional. Y eso, en sí mismo, ya es motivo para ganarse unos cuantos enemigos. Sobre todo porque puede robar parte de la clientela. Se suele ridiculizar por considerarse una "pseudociencia" llena de "charlatanes" y "vendedores de humo" sin títulos oficiales que acrediten su competencia y su profesionalidad. Más allá, la autoayuda es esencialmente un movimiento psicológico cargado de sentido común y, por tanto, cargado de buenas intenciones. Pero alberga una contradicción en sí misma. "Autoayuda" significa "ayudarse a sí mismo". Si bien es verdad que los auténticos expertos pueden escucharnos, apoyarnos y compartir con nosotros lo que han aprendido de sí mismos, tambien es cierto que nadie puede resolver nuestros propios problemas y conflictos existenciales. En general, queremos que alguien o algo los solucione. Por eso, solemos aferrarnos a personas o instituciones que nos ofrezcan consuelo y nos garanticen seguridad. Sin embargo, cada uno de nosotros está llamado a recorrer su propio camino.

De entre las personas que buscan asesoramiento para mejorar cualquier aspecto de su vida, muchos buscan un "parche" con el que aliviar su malestar a corto plazo. Fruto de la desesperación, desean dar con una "fórmula mágica" que acabe con su sufrimiento. Muy pocos estamos dispuestos a preguntarnos a nosotros mismos, asumiendo que somos, en gran medida, responsables de nuestro estado de ánimo y de nuestras circunstancias actuales.

Cuando verdaderamente estamos motivados para cultivar el arte de la felicidad, la acumulación de conocimientos puede llegar a ser un obstáculo si apenas dedicamos tiempo para digerir, procesar y -lo más importante- poner en práctica dicha información. Lo esencial es que aprendamos a ser sabios. Por ejemplo, más sabe del perdón quien ha perdonado una vez a alguien, que quien ha leído libros o ha hecho cursos sobre "Aprender a perdonar" y todavía no ha perdonado. Dado que hay tantos recursos y profesionales, es necesario que desarrollemos nuestro propio criterio. A la hora de escoger a uno de ellos, es más importante la energía que transmite su presencia que los títulos colgados en la pared de su despacho.

En fín, lo que está en juego es nuestra capacidad para inspirarnos unos a otros y para aprender a disfrutar más plenamente de este milagro que llamamos "vida".

Adaptado de Borja Vilaseca, autor de "La verdad sobre la autoayuda". El País Semanal, núm. 1829. 16 de Octubre de 2011; 34-38.

sábado, 15 de octubre de 2011

Los bebés tienen sentido de la justicia a los quince meses de edad

Los bebés ya tienen un elemental sentido de la justicia y del altruismo antes incluso de que conozcan sus primeras diez palabras. A los quince meses, los pequeños distinguen perfectamente si una persona ha recibido menos comida que otra, una situación de desigualdad ante la vida que les llama la atención y les sorprende. Esas mismas criaturas son tambien generosas, ya que aceptan compartir sus juguetes de forma espontánea.

Esta investigación, publicada en la revista PLoS ONE, demuestra que los niños adquieren estos valores morales mucho antes de lo que pensábamos, admite Jessica Sommerville, profesora de psicología de la Universidad de Washington y responsable del estudio, lo cual tiene implicaciones en la forma que podemos fomentar, durante la infancia, el sentido de la cooperación.

Estudios previos habían demostrado que los niños de 2 años de edad ayudan a otros -lo que se considera una muestra de altruismo-, y que alrededor de los 6 ó 7 años los chavales muestran sentido de la justicia. Sin embargo, Sommerville, especializada en desarrollo infantil temprano, estaba convencida de que estas cualidades pueden ser evidentes incluso a edades más tiernas.

Para demostrar esta teoría, su equipo de investigación realizó una serie de experimentos con un grupo de 47 bebés de 15 meses a los que, sentados en el regazo de sus padres, se les mostraba dos vídeos para analizar sus reacciones. En el primero, una persona distribuía las galletas de un cuenco a otras dos personas de manera equitativa y luego repetía la operación dando más galletas a una que a otra. En el segundo vídeo, se repetía la misma operación, pero en vez de con galletas con una jarra de leche.

Partiendo de la premisa de la denominada "violación de las expectativas", que hace referencia a que los bebés prestan más atención cuando son sorprendidos, los investigadores descubrieron que los niños pasaban más tiempo atentos a la pantalla cuando una persona recibía más alimentos que la otra: "Los bebés esperaban una distribución justa y equitativa de los alimentos, y se sorprendieron al ver que una determinada persona recibía más galletas o leche que la otra", explica Sommerville.

De igual forma, para analizar si el sentido de la justicia de los bebés está relacionado con su propia voluntad de compartir, los autores del estudio realizaron tambien una segunda prueba en la que se les pidió que eligieran entre un simple bloque de LEGO o un muñeco de LEGO más elaborado. El objeto elegido fué entonces considerado como el juguete favorito del niño. Y a continuación, uno de los investigadores -a quién los bebés no habían visto antes- preguntaba directamente al niño si podía tener uno de los dos juguetes. En respuesta, un tercio de los pequeños compartió su juguete favorito, otro tercio entregó el otro y el resto no quiso compartir ninguno (algo que, apuntan los investigadores, pudo deberse al nerviosismo por estar ante un extraño o, tal vez, porque no estaban motivados para compartir).

J. Sommerville señala que el estudio demuestra una relación entre la justicia y el altruimo y cómo desde el principio de la vida existen diferencias individuales en el altruismo, ya que los bebés que eran más sensibles a la distribución equitativa de los alimentos tambien estaban en mejor disposición para compartir su juguete preferido. El 92% de los pequeños que compartieron el juguete habían pasado más tiempo mirando la distribución desigual de los alimentos, mientras que los niños más egoístas mostraron un comportamiento casi opuesto.

¿Significa esto que la equidad y el altruismo son innatos -vienen por naturaleza-, o pueden ser cualidades fomentadas? La profesora Sommerville y su equipo analizan ahora si los valores y las creencias de los padres influyen en el desarrollo del bebé. "Es probable que los bebés capten estas normas de una manera no verbal, mediante la observación de cómo las personas se tratan entre sí", sugiere Jessica Sommerville. Si esto es así, más vale que cuidemos mucho cómo nos comportamos ante nuestros hijos aunque todavía estén en la cuna. Les enseñamos más de lo que pensamos.

Tomado de J. De Jorge. Madrid - ABC.es/Ciencia.








domingo, 18 de septiembre de 2011

Me duele mucho la cabeza. ¿Será algo grave?

Tú no estás solo. Muchos adolescentes tienen dolores de cabeza. De hecho, del 50 al 75% de los jóvenes han tenido una crisis de cefalea, al menos una vez al mes.

El dolor se puede presentar de diferentes formas: débil y prolongado, punzante, en forma de latidos o palpitaciones, vibrante, ...

Si te dan dolores de cabeza más a menudo o el dolor es más intenso cada vez que tienes un nuevo episodio, tu médico de familia o pediatra puede y debe ayudarte a controlarlo.

- Los dos tipos más frecuentes de dolor de cabeza en adolescentes son la cefalea a tensión y la migraña o jaqueca.

La cefalea tensional se padece, con frecuencia, como si se tuviera una sensación de opresión, como una venda que aprieta alrededor de la cabeza. El dolor no suele ser intenso pero sí es constante y, por lo general, se siente en ambos lados de la cabeza; aunque tambien puede notarse en la parte de la frente y de la nuca. Casi nunca hay náuseas o vómitos.

Las migrañas, por el contrario, son episodios muy dolorosos de cefalea que suelen durar desde varias horas hasta 2 días y que se describen como una sensación de latidos fuertes o de recibir golpes, en el interior de la cabeza. Generalmente, afectan a un solo lado de la cabeza, aunque tambien se pueden sentir en la frente y suelen ir acompañados de náuseas -o incluso vómitos-, mareo o aturdimiento, dolor de estómago y mayor sensibilidad a la luz, los sonidos y los olores. Algunos pacientes refieren que ven una especie de manchas en forma de puntos. Si un joven tiene jaqueca o migraña es probable que algún miembro de su familia tambien tenga este problema.

Cerca del 1 al 2% de los adolescentes sufren dolores de cabeza más de 15 días al mes, a veces incluso a diario. Esto se conoce como cefalea crónica diaria y es, a menudo, una forma de migraña. Se trata de un trastorno difícil de abordar. Por tanto, cuando un chico o chica padezca este tipo de dolor de cabeza es recomendable que consulte con su médico o pediatra de adolescencia lo antes posible.

Si un joven está preocupado por su dolor de cabeza o si este trastorno empieza a afectar a sus estudios o a su vida personal, familiar o social, debe consultar a su médico, especialmente, cuando presente alguno de los siguientes síntomas:

- Lesión en la cabeza o traumatismo craneal si, tras el golpe, notó sensación de aturdimiento o si llegó a perder el sentido aunque solamente hubiese sido un instante.

- Desmayos o convulsiones asociados a dolor de cabeza requieren tambien, naturalmente, atención médica inmediata.

- Cefaleas frecuentes. Es decir, cuando el adolescente padece más de una crisis de dolor de cabeza a la semana.

- Dolor de cabeza severo, hasta el punto de impedir realizar sus tareas o actividades habituales.

- Dolores de cabeza en medio de la noche, que lleguen incluso a despertarle o que aparezcan por la mañana temprano.

- Cefalea que se acompaña de manchas oculares, visión borrosa o cualquier otro trastorno de la visión.


Adaptado de Teens and Headaches. Healthy Children. Academia Americana de Pediatría.


http://www.healthychildren.org/English/ages-stages/teen/pages/Teens-and-Headaches.aspx

miércoles, 24 de agosto de 2011

Algunos mitos falsos sobre el cerebro

El interés por el cerebro ha provocado la aparición de algunos mitos que conviene desmontar. Se publican libros como: "Aprenda a dirigir con el cerebro derecho", "Déjese llevar por su cerebro intuitivo". Se han popularizado afirmaciones como: "Lo que no se aprende antes de los tres años no se aprende nunca", "La inteligencia está determinada genéticamente". Se trata de medias verdades que pueden convertirse en mentiras peligrosas.

Tokujama-Spinosa ha hecho un inventario de los principales mitos sobre el cerebro:

1. Los humanos utilizamos el 10% del cerebro. No tiene sentido esta afirmación. Las nuevas técnicas de neuroimagen nos permiten saber, por ejemplo, que cuando damos golpecitos con un dedo, se activa una gran parte del cerebro. Si golpeamos con el dedo al tiempo que leemos esto, manteniendo al mismo tiempo el equilibrio y la respiración, resulta que está activo casi todo el cerebro. Pero no hay que preocuparse, porque aunque en un momento determinado lo usemos todo, siempre podremos aprender más (Blakemore y Frith, 2007).

2. El cerebro tiene una capacidad ilimitada. Toda realidad material tiene límites. Sin embargo, el cerebro es un estupendo gestor de sus propias capacidades y conforme adquirimos maestría en una tarea, menor cantidad de energía necesitamos utilizar en ella, por lo que la capacidad del cerebro se amplía, pero hasta cierto límite.

3. Hay diferencias raciales en el cerebro. Las diferencias son culturales, no biológicas.

4. Todo lo importante para el cerebro sucede antes de los 3 años. No es verdad, porque la capacidad de aprendizaje es continua.

5. Las diferentes partes del cerebro trabajan aisladas. Las imágenes funcionales del cerebro han demostrado que muchas zonas colaboran en las tareas. Por ejemplo, la lectura implica áreas de ambos hemisferios.

6. Algunas personas usan más el cerebro derecho y otras el cerebro izquierdo. No es una afirmación rigurosa.

7. El cerebro registra la realidad objetivamente. En realidad, el cerebro somete los estímulos, que le llegan a través de los sentidos, a múltiples interpretaciones.

8. El cerebro siempre recuerda todo lo que le sucede. Sólo recuerda lo que ha accedido a la memoria a largo plazo.

9. Las neuronas no pueden ser reemplazadas. Ahora sabemos que la formación de neuronas se mantiene toda la vida.

10. El cerebro es inmutable. No solamente cambia, sino que es imposible que no lo haga. El cerebro es un órgano en continuo movimiento.

11. Aprender otro idioma interfiere con el aprendizaje de la lengua materna. La verdad es justamente lo contrario: es beneficioso, y conviene iniciarlo cuanto antes.

12. Los niños son páginas en blanco. No. Los niños nacen ya programados para muchas cosas; por ej., para el lenguaje (Pinker, 2002).

13. Cerebro y mente están separados. No. La mente es una creación del cerebro. Lo que ocurre es que la mente puede actuar sobre el propio cerebro que la creó, cambiándolo.

14. El desarrollo incompleto del cerebro explica la conducta de los adolescentes. No. Hay que tener en cuenta la influencia de los cambios hormonales, del entorno familiar, de la educación, etc., y que el cerebro va cambiando de estructura.

15. La razón es opuesta a la emoción. Los estudios de Antonio Damasio han demostrado la falsedad de este mito (Damasio, 2010).

16. El aprendizaje no estructurado es mejor para el desarrollo cerebral que el estructurado. No, el cerebro aprende bien de las dos maneras.

17. La plasticidad cerebral es producto de una buena pedagogía. Es al revés, la buena enseñanza y la buena educación aprovecha la plasticidad del cerebro.

18. El aprendizaje puede aislarse del entorno social o emocional. No. El entorno influye contínuamente en todas las funciones del cerebro humano.

19. La historia del estudiante no afecta a su aprendizaje. No es cierto porque el aprendizaje se hace a partir de lo que ya se sabe, utilizando las destrezas adquiridas y bajo la influencia de los hábitos que dependen de la experiencia pasada.

20. La memorización no es necesaria para los procesos mentales complejos. Hay que explicar que sin memoria no es posible ninguna actividad intelectual. Percibimos desde la memoria. Pensamos desde la memoria. Creamos desde la memoria.

- Nota. El profesor Marina tiene la convicción de que la colaboración entre la neurociencia y la pedagogía va a mejorar extraordinariamente el sistema educativo, proporcionando mayor eficiencia y profundidad. Nos recuerda, asímismo, que el objetivo de la educación es formar el cerebro para que produzca personalidades autónomas, libres, competentes, capaces de elegir bien sus metas y de gestionar sus capacidades y energías. Desde hace muchos años trabaja en una teoría de la inteligencia que comience en la neurología y termine en la ética, y la educación es el banco de pruebas ideal para ella.


Tomado del Prof. J. A. Marina, Catedrático de Filosofía, Director de la Universidad de Padres (UP). La Educación del cerebro. Brújula para Educadores. Programa de Formación Continuada. Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria. Pediatr Integral 2011; XV(5): 473-477

viernes, 22 de julio de 2011

¿Existen los padres perfectos?

Muchas personas creen en el mito de los padres perfectos. Es decir, un padre o una madre ideales, capaces de criar niños felices, muy bien educados y sin problemas.

Y la realidad es que los padres perfectos -o los hijos perfectos- no existen.

Los problemas de comportamiento, entre los niños de edad escolar, son muy comunes y, por ello, ocupan una parte importante del tiempo de los padres. De hecho, en algún momento dado, la forma de solucionarlos puede resultar difícil.

Incluso, a veces, estos problemas pueden estar relacionados simplemente con la desobediencia de un hijo cuando se le pide algo sencillo. O bien por pasar demasiado tiempo viendo la televisión, o con videojuegos.

Y no digamos si hay que hacer frente a la rivalidad entre hermanos, o a las tareas escolares repetidamente inacabadas, o a un niño de temperamento difícil que actúa sin la aprobación de sus padres o al hijo que quiere independizarse cuando todavía no ha alcanzado suficiente autonomía.

Como padres, hay que reconocer que es normal sentirse preocupados, confundidos, enfadados o culpables por la conducta de un hijo. Esto es parte de ser padres. Y es inútil y contraproducente tratar de ser perfectos para criar hijos perfectos.

Como padres, deberíamos recordar cómo nos comportábamos cuando fuímos niños, cómo nos trataron nuestros padres y cómo nos sentíamos con sus técnicas de disciplina. Ellos no eran perfectos. Y nosotros tampoco. Ni nadie.

Sin embargo, no deberíamos "compensar" con nuestros hijos los "defectos" de nuestros padres, en un intento de ser padres perfectos y acabar quedando atrapados en declaraciones tales como: "Yo no voy a cometer los mismos errores que mis padres".

Todos los padres, y todos los hijos, cometen errores a la hora de comunicarse para tratar de resolver los problemas. Los padres tienen que confiar en sí mismos y en su instinto. Saben más de lo que ellos mismos creen y no deben tener miedo a cometer errores. Además, conocen bien a sus hijos. Tanto unos como otros, hijos y padres, están capacitados para ser tolerantes, para resistir, para perdonar, para olvidar y para aprender de sus propios errores.

Por otro lado, los padres que, única y exclusivamente, "viven por y para sus hijos" se colocan en una posición muy vulnerable a la decepción, a la frustración o al resentimiento. Es decir, los padres no deben esperar que toda su realización personal provenga de los hijos o de su papel como padres. Son fundamentales otras actividades, otras fuentes de amor y cariño, tiempo para ser adultos, tiempo para sí mismos -y algún descanso de los niños y de la responsabilidad de su crianza-.

Para finalizar, no cabe duda que es un consuelo el hecho de pensar que, en la mayoría de los casos, los niños salen bien. Y en el camino, los padres debemos conservar nuestro sentido del humor, mantener la confianza en nuestra buena intuición y buscar ayuda o consejo de vez en cuando. Mientras tanto, ser padres, además de un gran reto, puede convertirse en una de las experiencias más gratificantes y agradables de la vida.

Adaptado de:
A "Perfect" Parent. Family Life. Healthy Children. American Academy of Pediatrics.
http://www.healthychildren.org/

domingo, 19 de junio de 2011

Las discusiones familiares

En la vida de familia, las disputas entre usted y sus hijos son inevitables. Si en su familia no hay discusiones, significa probablemente que los problemas se están evitando. Para convertirse en adultos maduros, los niños deben ser capaces de expresar su opinión -aunque sea diferente a la suya- y sentir que se les está tomando en serio. Incluso así, usted debe y puede evitar el impacto negativo de las discusiones al mínimo.

Sea selectivo a la hora de elegir los problemas por los que merece la pena discutir. Es posible que algunos no lo serán. Por ejemplo, si su hijo quiere usar unas viejas zapatillas de deporte para ir al colegio en lugar de las nuevas que le compró, o si quiere tener su cabello un poco más largo de lo que usted prefiere, quizás debería dejarlo a su aire e insistir, en cambio, cuando se trate de cuestiones más importantes. Escoja sus batallas con cuidado.

Deje que su hijo gane algunas veces. Cuando usted y su hijo discutan, lo único que hay que hacer es escucharlo. Y si plantea algo lógico o convincente debemos estar dispuestos a decir: "Me has convencido. Vamos a hacerlo a tu manera". Permita que su hijo sepa que usted valora su punto de vista, que a través de la comunicación se pueden resolver los conflictos y que a veces se puede ganar.

Por tanto, si las discusiones se mantienen dentro de ciertos límites serán una forma aceptable y productiva de la comunicación. Se podrá continuar siempre y cuando estén bajo control, pero nunca cuando degeneren en insultos, cuando los gritos sustituyan a una conversación calmada o cuando no se avanza hacia una solución. Y por absurdos que sean sus argumentos, nunca se ría de su hijo. Pensará que lo está ridiculizando y se sentirá avergonzado de lo que dice o de sí mismo.

Si usted no está satisfecho con el trabajo que su hijo ha escrito sobre La Guerra Civil, por ejemplo, los dos pueden hablar de lo que cada uno considere erróneo, pero piense que, en todo caso, se trata de su tarea escolar y de su responsabilidad. Su profesor es el último juez. Si el diálogo empieza a ser personal ("Tú no sabes de lo que estás hablando"), entonces es tiempo para un descanso. Dígale a su hijo: "Esta discusión no va a ninguna parte. Tenemos que dejarla, que se enfríe. Volveremos a ella más tarde, cuando los dos podamos darle otro enfoque a este problema".

Realmente es una opción útil la que eligen algunas familias al programar sus discusiones. Por ej., un padre puede decir: "Volveremos a hablar cuando tengas cinco puntos para apoyar tu argumento y yo tenga otros cinco para defender el mío". Otras familias crean incluso un formato para estos diálogos, como algunos programas de televisión: el hijo habla sin interrupción durante cinco minutos y después el padre o la madre responde durante los cinco siguientes. Se trata, en todo caso, de buscar puntos de encuentro, de acuerdo, de compromiso.

Los conflictos sobre cuestiones concretas que se repiten una y otra vez requieren buscar su verdadera raíz. Por ej., el horario para hacer los deberes escolares en casa no debe convertirse en un problema cotidiano. Recuerde a su hijo que esa tarea le ha sido asignada por el profesor, que se trata de su trabajo y de su responsabilidad. Tanto usted como su hijo deben negociar sobre el asunto, llegar a un acuerdo y -con buena suerte- comprometerse a cumplirlo.

Las familias, en ocasiones, buscan a una tercera persona para, supuestamente, mediar en el conflicto y ésta, al adoptar una postura de uno u otro lado, puede conseguir el efecto contrario y el desacuerdo será aún peor. Otras veces, cuando las dos partes en conflicto son incapaces de resolver su problema aúnan sus esfuerzos para centrar la atención en otro miembro de la familia, como una forma de desviar la atención y evitar el trato del verdadero problema.

Dentro de cada familia existen algunas alianzas y ciertas rivalidades. Por ej., la madre y su hija podrían formar una coalición contra el padre y el hijo. O la madre y el padre se unen contra los niños en un tema particular. Pero en una familia sana estas alizanzas no son fijas, cambian de una situación a otra y no perturban el funcionamiento del hogar. Sin embargo, cuando se vuelven rígidas y de larga duración pueden hacer mucho daño.

No debe olvidar que los niños aprenden a manejar los desacuerdos viendo el ejemplo de sus padres. De cómo utilizan "buenos" argumentos. Del éxito de una reconciliación. El modelo para sus hijos es usted.

Adaptado de HealthyChildren.org - Family Arguments

Academia Americana de Pediatría.

domingo, 22 de mayo de 2011

"La paz en el mundo empieza en el vientre de la madre"

"A más besos y abrazos que demos a nuestros hijos ... ¡más inteligentes serán! ".
"Educar bien es la verdadera revolución".
"Mejorar el trato con la infancia mejorará el mundo más que ninguna otra política".

Son palabras de Evânia Reichert, psicoterapeuta familiar que ha ofrecido, el pasado viernes en Barcelona, una charla en la Fundación Claudio Naranjo. (http://www.fundacionclaudionaranjo.com/).

De 56 años de edad, nació y vive actualmente con su pareja en Porto Alegre. Tiene tres hijos de 34, 32 y 31 años. Se declara de izquierdas, ecologista y sin creencias religiosas.

Nacido su primer hijo, las cuidadoras se lo retiraron durante dos días. Con su segundo hijo se repitió la operación, pero esta vez se plantó como una leona para reclamarlo. Hoy se sabe que el contacto madre-hijo desde el nacimiento es básico para la buena crianza del niño y ella es una experta en educación infantil, cuyos saberes vierte en "Infancia, la edad sagrada" (Ed. La LLave), libro que sintió que era urgente escribir ... al saber del suicidio del hijo de una amiga, un niño de diez años de buena familia.

¿Qué es un niño?
- Una persona con todas las posibilidades por desplegar, que podrá ser todo lo que quiera.

Fabuloso.
- Si los adultos no lo impiden.

¿Boicoteamos a los hijos?
-Los machacamos, les inyectamos complejos de inferioridad, les traspasamos neuras, les cortamos alas, segamos sus talentos, les impedimos desarrollar todas sus posibilidades.

Quizá educar sea eso ...
- ¡Discrepo! Educar es guiar, es formar sin castrar las potencias del niño.

¿Dejándole a su aire?
- No. Contención, que no represión. Hay que fomentar en el niño su autorregulación: que aprenda a regular sus acciones en cada fase.

Poniendo límites, ¿no?
- Las paredes del vientre materno son un cálido límite para el embrión. Los brazos paternos que le mecen son para el bebé un amoroso límite ... Por tanto, hay contenciones, ¡pero con afecto y calidez y ánimo formativo!

¿Maltratamos a nuestros hijos?
-¿Quién no ha abroncado a su hijo sólo porque en ese momento se sentía irritado, malhumorado? Nos vengamos en ellos de nuestros malos rollos, los humillamos, ¡y hasta llegamos a insultarlos!

Mujer ...
- Sí, sí: ¡los adultos somos muy cobardes! Lo que no osaríamos decirle o hacerle a un adulto en la calle o en el trabajo, ¡se lo decimos o hacemos a nuestros hijos!

¿Tanto?
- Algunos hogares albergan las mayores violencias consentidas.

¿Con qué consecuencias?
- Fraguamos niños más inseguros, que no se valorarán, que tenderán a maltratarse o maltratar, a ser agresivos ...

¿Cómo evitar eso?
- Con conciencia: ayudándolos a autorregularse, evitando fustigarlos con nuestros brotes de rabia y fragilidades. Todo lo que hagamos o digamos debe tener un propósito educativo. Pero claro, como es más fácil conducir a un niño reprimido que a un niño sano y libre ... ¡tendemos a modelar a niños reprimidos!

¿Y cómo modelar a un niño sano?
- Con la vacuna que la neurociencia nos confirma: cariño, afecto, amor.

¿Qué dice la neurociencia al respecto?
- Que el afecto estimula la sinapsis, las interconexiones entre neuronas.

¿Sí?
-¡Sí! De 0 a 1 año se establece en el cerebro humano el mayor número de interconexiones neuronales de toda su vida. Y se ha constatado que el amor de los padres y cuidadores, el cariño, el afecto expresado en caricias, besos, abrazos, cosquillas, ... ¡fomenta las sinapsis, multiplica las redes neuronales!

O sea, que ese cerebro será más rico.
- Tendrá mejores cimientos sobre los que levantar ulteriores capacidades. Haber sido mecido, acunado, besado, acariciado, amado, respetado ... ¡te hará más inteligente! A mayor amor recibido, más inteligencia futura.

¿Qué se entiende por respeto al niño?
- Tratarlo según lo que pueda esperarse de él en cada franja de edad.

Ponga un ejemplo.
- De los 1,5 a los 3 años, el neocórtex infantil es incapaz de procesar más de dos o tres prohibiciones. Si dirigimos 30 ¡noes! al niño ... nos parecerá que nos desobedece 27 veces. ¡Y no es eso!

¿Y qué es?
- Que no es capaz de grabar las órdenes. Y que decirnos ellos "no" es un primer paso de su autonomía personal, de perfilar su identidad: es, pues, algo saludable.

¿Y cuándo estará el niño en condiciones de entender los "noes"?
- A partir de 3,5 o cuatro años graban bien cualquier orden. Entonces sí que hay que estar vigilante para evitar filiarcados.

¿Qué es eso?
- Hay patriarcado (hegemonía del padre), matriarcado (de la madre) y filiarcado (del hijo): ¡busquemos mejor la heterarquía, es decir, que cada cual tenga su lugar!

¿A qué edad aparece en el niño la conciencia de género?
- De los tres a los seis años se desarrolla el impulso sexual a la vez que la curiosidad de saber, de conocer, de explorar; si reprimes el impulso sexual de un niño, ¡reprimes su impulso de saber!

¿Qué hicieron mal sus padres?
- Vivíamos en el campo y, por ignorancia, me pusieron a trabajar de muy niña, cargaron sobre mí altas responsabilidades familiares ... Eso me ha hecho emprendedora, pero tambien sentirme imprescindible para el bienestar de los demás, cosa muy dañina ...

El Gobierno español propone escolarizar a los niños desde su nacimiento ...
- Eso puede comprometer esa primera fase de formación de la persona, en la que el principal alimento es el afecto. ¡Alerta: la OMS anticipa que en 20 años la primera dolencia de la humanidad será la depresión!

Dígame que es optimista y que pronto mejorará la educación de los niños.
- Seremos cada día más conscientes de la importancia de las primeras edades de la vida ... o estaremos jugándonos el futuro de la humanidad. Nunca antes supimos tanto sobre la infancia: ¡si lo aplicamos, daremos lugar a la única gran revolución de verdad!

¿Sí?
- Sí, la paz sobre la Tierra empieza en el vientre de la madre.

Tomado de Víctor-M. Amela. La Vanguardia. Contraportada. Miércoles, 18 de Mayo de 2011.

domingo, 8 de mayo de 2011

Suicidio en niños: prevención

En alguna ocasión, durante momentos de enfado o ira, los niños pueden llegar a provocar a sus padres con manifestaciones tales como "ahora me voy a matar". Casi siempre, afortunadamente, tan sólo se trata de una amenaza para alterarlos y llamar su atención, pero sin la más mínima intención de hacerse realmente daño a sí mismos.

No obstante, si estas declaraciones son frecuentes habrá que pensar en la posibilidad de que sean mensajes de un niño que no es feliz. Los padres deben asegurarse, en tal caso, de que la tristeza de su hijo no le acarreará ningún peligro.

Aunque los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años rara vez se suicidan, sí es cierto que hay, en esta etapa de la vida, una tendencia cada vez mayor de intentos de suicidio. Por tanto, un pequeño número de niños, gravemente deprimidos, están tan abatidos y desesperados, que pueden tratar de poner fin a su vida.

A pesar de que los síntomas de un niño deprimido pueden ser muy variados, la tristeza, el aislamiento, la pérdida de apetito y los trastornos del sueño se incluyen dentro de los principales. Deben, por ello, considerarse como signos de advertencia para los padres. Alguno de estos pequeños decide, por ejemplo, regalar sus posesiones más apreciadas o su juguete preferido. Incluso, el suicidio de un amigo o compañero de clase puede impulsarlo a quitarse la vida para acabar de una vez por todas con el dolor que siente.

Si usted nota que su hijo está deprimido, debe hablar con él sobre el problema, escucharlo y compartir sus sentimientos. No dude en usar la palabra suicidio. Deseche el mito de que al oirla le dará a su hijo la idea de hacerlo. Esto no va a suceder. Al contrario, su preocupación le mostrará a su hijo que realmente se interesa por él, por su bienestar, y que está dispuesto a ayudarlo.

Los padres de un niño seriamente apenado deben pedir ayuda sin demora. En principio, el pediatra o el médico de familia, si la comunicación con el hijo es buena, puede ser la persona más adecuada. Luego, el psiquiatra y el psicólogo infantil deben valorar el riesgo potencial de un suicidio. Ante una duda razonable y cuando la familia manifiesta su temor de no poder controlarlo permanentemente, el niño debe ser hospitalizado.


Adaptado de Healthychildren. American Academy of Pediatrics.


martes, 26 de abril de 2011

Papás tristes: un reto para la pediatría

Un rasgo que destaca en la actual generación de 68 millones de padres americanos es su participación con los hijos. Es decir, los estudios muestran que, en Estados Unidos, ha aumentado el tiempo que los padres dedican al cuidado infantil: desde dos horas y media por semana en el año 1965 hasta siete horas semanales en el año 2000. Incluso más que en otros países, tales como Australia, Canadá, Francia, Gran Bretaña y Holanda.

En el año 2006, el 24% de los 11 millones de niños en edad preescolar cuyas madres trabajan es cuidado por sus padres, durante el horario laboral de la madre. Por tanto, La Academia Americana de Pediatría estimula a los pediatras para que colaboren activamente con los padres, a la luz de lo que actualmente están cambiando las familias en este sentido. Sin embargo, proporcionar este apoyo no es siempre tan sencillo como pueda parecer a simple vista.

En este trabajo de Pediatrics, Davis y sus colaboradores llaman la atención sobre la forma en que la depresión afecta al comportamiento de los padres con sus hijos pequeños. De hecho, durante las visitas al pediatra, con motivo de las consultas del niño sano, han detectado cuatro comportamientos típicos: tres de ellos se consideran positivos (juegos, canciones, lectura de cuentos), pero uno es negativo (azotes). Los datos provienen de una muestra representativa a nivel nacional obtenida de un Estudio sobre el Bienestar de los Niños en Familias Frágiles. Se trata de niños nacidos desde el año 1998 al 2000.

De los 1.746 padres de la muestra, el 7% informó que había padecido un cuadro de depresión severa durante el año anterior. En estos padres deprimidos la probabilidad, por ejemplo, de leer cuentos a sus hijos se reduce a la mitad, pero la de golpear a sus hijos pequeños se multiplica por cuatro, a diferencia de los padres no deprimidos.

Para los pediatras comprometidos con el bienestar de los niños, estos datos revelan una fuerte evidencia de la importancia que supone detectar, en la consulta, una posible depresión paterna y, por consiguiente, el apoyo a los padres involucrados en el cuidado de sus hijos.

Si cada vez es mayor el papel que desempeñan los padres en las familias y se tienen datos de los efectos de la depresión paterna en los hijos, el pediatra debe dedicar la misma atención a los rasgos depresivos de los padres que la que presta a los de la depresión postparto de la madre.

Los profesionales de la salud que están convencidos de las graves consecuencias de la depresión materna en los niños de corta edad y que utilizan varios métodos para valorar los estados de ánimo de las madres tienen tasas más altas de identificación y referencias de este problema. Sin duda, los pediatras tambien coinciden en que la detección de síntomas de depresión materna forma parte de su trabajo.

Del mismo modo, todos estos factores deben tenerse en cuenta en lo que respecta a la disposición del pediatra para evaluar la salud mental de los nuevos padres. Por lo tanto, hay tres elementos importantes que se deben reconocer para actuar de manera más eficaz contra la depresión paterna. En primer lugar, la incidencia de depresión de los padres (y de las madres) parece ser más alta durante el primer año del bebé y es en esta primera etapa donde los profesionales tienen que concentrar sus energías. En segundo lugar, hay que disponer de herramientas efectivas de evaluación, tales como La Escala de Depresión Postnatal de Edimburgo (se trata de 10 diez preguntas ampliamente utilizadas para la depresión postparto, que ahora han sido validadas, con pequeños cambios, para los padres). Y en tercer lugar, aprovechar la oportunidad, cuando los padres acuden a visitar a su recién nacido en el hospital, para conocer su capacidad de adaptación.

En conclusión, el campo de la pediatría se enfrenta ahora al desafío de encontrar nuevas formas de ayudar a los padres en la crianza de sus hijos de la misma manera que apoya a las madres. Al hacerlo, se dará un paso importante hacia adelante en la mejora de la salud y el desarrollo de los niños.

Adaptado de Craig F. Garfield, MD, MAPP y Richard Fletcher, PhD. Published online March 14, 2011. PEDIATRICS Vol. 127 No. 4 April 2011, pp. 781-782 (doi:10.1542/peds.2011-0097).


domingo, 10 de abril de 2011

Traumatismos craneales por maltrato en niños: ¿hay diferencias si el agresor es hombre o mujer?

El objetivo de este trabajo es valorar cómo influye el sexo de los agresores en los traumatismos craneales de niños que han sido víctimas de maltrato y establecer, asímismo, una comparación entre las características de las lesiones provocadas, sus posibles complicaciones y la repercusión legal, según el género del maltratador.


Se realizó un estudio retrospectivo de los casos de trauma craneal por maltrato desde 1998 a 2008 para conseguir información de los datos clínicos de los pacientes y las consecuencias jurídico-legales de las agresiones.


Los resultados obtenidos fueron los siguientes: - Hubo 34 casos de trauma cerebral por maltrato cuyos autores fueron identificados, 17 de cada género.


- La media de edad de las víctimas fué de 9,4 meses.


- 32 (94%) tuvieron hemorragias intracraneales.


- En 28 casos (82%) había hemorragias retinianas (HR). La severidad de las HR se relaciona con la gravedad de las lesiones cerebrales.


- 6 (18%) fallecieron.


- La edad media de las mujeres que agredieron (34 años) fué mayor que la de los varones (27 años).


- Seis variables categóricas se asociaron con agresores del género masculino:


1) La presentación aguda de síntomas de parada cardiorespiratoria. 2) La peor evolución clínica. 3) La intervención neuroquirúrgica. 4) El fallecimiento de la víctima de maltrato. 5)La confesión del autor de la agresión y 6) La condena del mismo.


En conclusión, los agresores varones eran más jóvenes, se declararon culpables con más frecuencia y, por tanto, fueron más apropiadamente condenados. De otro lado, las víctimas de los agresores masculinos presentaban lesiones más agudas y más graves, precisaron más intervenciones de neurocirugía y sufrieron peores resultados clínicos.



Adaptado de Esernio Debra-Jensen MD, Julia Tai MD, Sylvia Kodsi MD. Published online March 7, 2011. PEDIATRICS Vol. 127 No. 4 April 2011, pp. 649-657 (doi: 10.1542/peds.2010-1770).


sábado, 19 de marzo de 2011

Hablar con su hijo sobre sexo.

Discutir cuestiones de sexualidad con sus hijos es una de las responsabilidades más importantes de los padres. Sin embargo, muchas madres y padres se sienten incómodos con el asunto del sexo. La típica imagen de unos padres nerviosos intentando explicar a sus hijos cómo lo hacen las abejas o los pajaritos es muy real en muchos hogares. Para algunos padres, simplemente es más fácil evitar hablar por completo sobre el tema.

Si ésto le suena familiar, usted necesita superar sus dudas respecto al hecho de discutir con sus hijos acerca de los problemas relacionados con la sexualidad. Tal vez, los padres tienen dificultad para imaginarse a sus propios hijos buscando, con curiosidad, información detallada sobre temas sexuales o para hacerse a la idea de que llegará algún día en que tendrán una relación sexual.

A pesar de que los estudios muestran que cuatro de cada cinco padres creen que tienen la obligación de proporcionar educación sexual a sus hijos, menos de la mitad de las madres apoyan a sus hijas con alguna información. Los padres participan todavía menos.

Aunque los sistemas educativos ofrecen educación sexual en las escuelas, no hay mejor lugar para los niños a la hora de aprender sobre sexualidad que en el hogar con sus padres. Si un padre o una madre renuncia a este papel, el hijo aprenderá sobre el sexo, de lo que oiga decir a otros niños, de lo que vea en televisión o de la letra de las canciones de moda. Y mucha de esta información será inexacta y poco apropiada. Al mismo tiempo, perderá una oportunidad muy importante para enseñar a su hijo acerca de los valores que usted asocia con el sexo.

En una conversación cara a cara, los padres pueden personalizar los temas con su hijo, hablar sobre sus miedos y preocupaciones y ofrecerle, así, una educación sexual segura antes de que aumenten, con la edad, las presiones relacionadas con el comportamiento sexual.

Los niños no sólo aprenden sobre sexualidad de lo que dicen sus padres, sino tambien de observar el comportamiento de ellos. Tenga en cuenta que para un niño el interés sexual no es sinónimo de actividad sexual. Cuando hacen preguntas sobre sexo es porque pueden estar fascinados con este asunto, pues tienen la sensación de que es tabú o secreto.

La pubertad en las niñas comienza a una edad promedio de diez años, y en los niños empieza un poco más tarde. Es entonces, al experimentar cambios físicos en su cuerpo, cuando se dispararán una gran cantidad de preguntas.

Por tanto, cuanto antes comience la educación sexual, mejor. Y, evidentemente, la educación sexual de los niños no se centra en el acto sexual, sino que incluye aspectos mucho más amplios (emocionales, sociales, culturales, ...). Si usted espera hasta que su hijo o su hija llegue a la pubertad o a la adolescencia para iniciar la comunicación sobre todas estas cuestiones, el diálogo entre padres e hijos será mucho más difícil. Es decir, para que usted se sienta cómodo y para establecer una educación segura y una conversación fácil, empiece a hablar del tema lo más pronto posible.

Es cierto, por otro lado, que muchos padres de hoy recibieron muy poca educación sexual durante su infancia y su juventud. Es muy probable que aprendieran de sus amigos o de las películas. De modo que pueden no tener ahora una información tan precisa como para estar seguros de educar a sus hijos acerca de lo más apropiado según cada etapa de su desarrollo.

Muchos colegios incluyen ya a los padres en sus cursos de educación y algunos médicos de familia y pediatras ofrecen charlas de educación sexual. Además de aumentar su propio conocimiento, los padres pueden encontrar un par de libros que reflejen sus propios valores y compartirlos con sus hijos. Puesto que, además, hay libros muy adecuados para los jóvenes, pueden leerlos antes de dárselos a su hijo y si encuentran algo en ellos que no comparten comentarlo con él.

Algunos padres tienen miedo de no saber las respuestas a todas las preguntas de sus hijos. Si esta situación se presenta, el compromiso de discutirla, una vez buscada la mejor respuesta, hará que ambos se sientan más cómodos hablando de sexualidad.

La información que dan los padres puede estar guiada, en principio, por las preguntas que su hijo va haciendo, a medida que se hace mayor. Sin embargo, muchos niños no harán ciertas preguntas concretas por el temor de poner a sus padres en una situación incómoda. Otros jóvenes, por el contrario, pondrán a prueba a sus padres con preguntas embarazosas.

Como regla general, cuando su hijo hace una pregunta, su respuesta debe ser clara, breve y sencilla. No le agobie con más información de la que pidió. Unos días después, usted debería preguntarle: "¿hay algo más que quieras saber"?

Incluso, cuando los hijos no plantean cuestiones, es acertado y eficaz tomar la iniciativa para discutir, en familia, cuestiones relacionadas con la sexualidad, aprovechando las oportunidades que se presenten cada día; con motivo de una noticia en televisión sobre el SIDA, por ejemplo.

Quizás, ante una pregunta de su hijo podría, de entrada, responderle con otra pregunta: "¿qué sabes tú ya de eso?". En ocasiones, será un buen método para conseguir una conversación más fácil y para saber su nivel de conocimientos. Sin embargo, algún niño jugará "a hacerse el tonto" en un esfuerzo por conseguir que sus padres repitan o confirmen lo que ya había oído antes.

En todo caso, aunque tenga que pedir ayuda si le resulta difícil comunicarse con su hijo, debe intentar hablarle con franqueza acerca de la sexualidad. Los niños tienen derecho a una visión más objetiva de lo que reciben de la televisión o de los amigos. Haga un esfuerzo especial. Nadie puede hacerlo mejor que usted.
Adaptado de "Talking to Your Child About Sex". Healthy Children. American Academy of Pediatrics.
http://www.healthychildren.org/English/ages-stages/gradeschool/puberty/pages/Talking-to-Your-Child-About-Sex.aspx


lunes, 7 de marzo de 2011

"Es necesario enseñar a los niños matemáticas y ciencias tanto como a manejar su ansiedad".

Son palabras de Linda Lantieri, profesora neoyorquina y autora de libros como "Inteligencia emocional infantil y juvenil", que titulan una entrevista publicada hoy en ABC digital.

Destaca que "lo más importante es que los padres pasen tiempo con sus hijos", se dedica a enseñar a los niños a "concentrarse y calmar sus cuerpos" y trata, a fín de cuentas, de insistir en una de las grandes canciones de Crosby, Stills, Nash y Young: "enseñad a vuestros hijos bien", es decir, "es tan necesario enseñarles matemáticas y ciencias como a manejar su ansiedad".
En esta magnífica entrevista responde a interesantes cuestiones y habla de ella, de Daniel Goleman, de enseñanza emocional, de educación, de internet, ... y de conceptos tan importantes como resiliencia y neuroplasticidad.

Nacida en Nueva York, en el Spanish Harlem aprendió sus primeras habilidades como maestra. Ha recorrido todos los escalones del sistema educativo. Un tiroteo en un instituto que acabó con la vida de un muchacho llevó a un reportero del "New York Times" llamado Daniel Goleman a entrevistarla, porque enseñaba en las escuelas públicas a resolver conflictos de forma pacífica. "Una maestra enseña paz a sus alumnos", tituló en el "Times". Fué el germen del libro "Inteligencia emocional" y de la fructífera colaboración entre ambos.

Tomado de A. Armada. Madrid. 7 de Marzo de 2011. ABC Periódico Electrónico.
http://www.abc.es/20110307/sociedad/abci-linda-lantieri-necesario-ensenar-201103041933.html

domingo, 6 de marzo de 2011

Vacunas: ¿hay que dudar de su seguridad?

Es un hecho conocido y ampliamente aceptado que las vacunas, y más concretamente, los programas de vacunación, son una de las estrategias de prevención más beneficiosas en salud pública. Además, desde el punto de vista social y sanitario, pueden considerarse como una de las intervenciones más efectivas en lo que se refiere a la relación coste-beneficio.

Más allá de la erradicación de la viruela gracias a la introducción de la vacuna frente a la misma, o la reducción global en el mundo de la mortalidad por sarampión, que supera ampliamente los objetivos fijados cuando se inició su vacunación, las vacunas reducen la frecuencia de las enfermedades infecciosas para las que van dirigidas, tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo, hasta el punto de obtener, en los países más avanzados, niveles bajos récord de enfermedades evitables con vacunas, como respuesta a la puesta en marcha de los programas de vacunación sistemática.

No obstante, ninguna vacuna es totalmente eficaz o totalmente segura. Por tanto, pueden aparecer problemas, reales o percibidos por la sociedad, relacionados con la eficacia o con la seguridad, que ejercen una influencia negativa en los programas de vacunación.

Debe tenerse en cuenta que el máximo beneficio de la vacunación se obtiene si se consiguen altas tasas de cobertura; es decir, cuando se vacuna una gran parte de la población. Cuanto más grande sea el grupo que adquiere inmunidad, mayor será el impacto en la reducción de las enfermedades prevenibles con vacunas.

Y, con toda lógica, si las coberturas de vacunación son máximas, existen más probabilidades de la aparición de efectos adversos relacionados con la administración de vacunas, los cuales ponen en duda la seguridad de las mismas y ocasionan una gran repercusión en la población y en los medios de comunicación. Precisamente cuando el beneficio es más elevado.

Si, además, se da la situación de que los pacientes, los padres, la población general e incluso parte del personal sanitario carecen ya de experiencia directa con muchas de estas enfermedades prevenibles con vacunas, es fácil de entender las razones de esta contradictoria situación. De hecho, las vacunas son o pueden ser víctimas de su propio éxito.

Se ha observado a lo largo de la historia de la vacunación, en distintos países (Japón, Reino Unido, ... ), fenómenos de pérdida de confianza en la vacunación relacionados con informaciones que cuestionaban la seguridad de algunas vacunas (tos ferina, sarampión, ... ) hasta el extremo de ocasionar una disminución de las coberturas de vacunación y, como consecuencia, la aparición de brotes de enfermedades evitables con vacunas, con morbilidad y en ocasiones con mortalidad significativa. Tras esta experiencia, se recobraba de nuevo la confianza en la vacunación y se restauraban los programas.

Aún así, las vacunas como productos biológicos y como cualquier otro producto farmacéutico no están exentas de reacciones adversas, en su gran mayoría leves, bien toleradas y aceptables, aunque en raras ocasiones pueden producirse efectos de mayor gravedad.

Alguna de las reacciones adversas de las vacunas son tan raras que sólo se aprecian después de una amplia utilización, posterior a su aprobación. Por ejemplo, una de las cepas de la vacuna de la viruela se asociaba a miopericarditis en aproximadamente 1 de cada 10,000 vacunados. Esta asociación se descubrió mucho tiempo después de la erradicación de la viruela, coincidiendo con programas de vacunación contra la viruela, en Estados Unidos, para militares y civiles en 2003, como parte de actividades preparatorias antibioterroristas. Otro ejemplo: la vacuna antisarampión, que ha jugado un papel clave en la reducción de la mortalidad por dicha enfermedad, se asocia a trombocitopenia (disminución del número de plaquetas) en 1 de cada 30,000 vacunados.

Los ensayos clínicos son la primera fuente que aporta los conocimientos de la seguridad de una nueva vacuna. Y los ensayos clínicos que implican la participación de seres humanos están sujetos a una normativa internacional de calidad científica y ética dirigida al diseño, realización, registro y redacción de informes de este tipo de estudios, denominada Buena Práctica Clínica (BPC).

En segundo lugar, la vigilancia de la seguridad posterior a la aprobación es, sin duda, otro de los aspectos de mayor interés tras la introducción de cualquier fármaco, y concretamente cuando se trata de una herramienta preventiva de aplicación masiva como es la vacunación. Es decir, incluso los ensayos clínicos con un elevado número de participantes no son, por sí mismos, capaces de detectar efectos adversos muy poco frecuentes. Ya se ha comentado que algunas vacunas de uso habitual han mostrado efectos secundarios raros y potencialmente graves en ciertos casos. Esto obliga a replantear, por parte de las autoridades sanitarias, si es adecuado o no mantener dicha vacunación, en base a la posibilidad de confirmar la relación causal del efecto adverso con la vacuna, su gravedad y de nuevo la valoración beneficio-riesgo.

Y no es menos cierto que para conseguir una correcta aceptación de las campañas de vacunación es crucial garantizar la seguridad de las vacunas en condiciones reales de uso, con tan estrecha vigilancia de su utilización que permita mantener la confianza en ellas.

Adaptado del Dr. Josep Marés Bermúdez. Institut Pediàtric Marès-Riera (Girona).

37º Curso de Pediatría Extrahospitalaria. Barcelona, Mayo 2010.
Grupo de Investigación y Docencia en Pediatría Extrahospitalaria (GRINDOPE).

Nota: los problemas específicos relacionados con la seguridad de vacunas concretas se publicarán en una próxima entrada.

sábado, 19 de febrero de 2011

La lucha por la "poligamia".

El médico, como cualquier otro trabajador, tiene a menudo conflictos con su familia a la hora de cumplir con sus tareas en casa y en el trabajo. De hecho, mantener un equilibrio entre el trabajo y la vida puede ser una causa importante de stress.

Cuando me refiero a la lucha por la "poligamia" no hablo en el sentido estricto de la palabra. Es decir, no pretendo, evidentemente, que nadie rompa las leyes de su matrimonio o fomentar las relaciones extramatrimoniales. Sí tengo, en cambio, la intención de hacer compatibles tres "matrimonios":

- El primero de los tres es el matrimonio verdadero: con nuestra pareja. Es una aspiración humana única. Siempre he aconsejado, cuando alguien se enfrente hasta el extremo de tener que decidir, que piense: "la familia es lo primero". Y yo me atengo a esa prioridad, sin duda.

- El segundo es un matrimonio con nuestro trabajo. Para nosotros los médicos, el trabajo es un equilibrio entre la atención al paciente, la educación, la investigación y la promoción de la salud. Como pediatras nos hemos comprometido para trabajar por los niños y sus familias. Hemos dedicado años de estudio y de práctica. La medicina, como cualquier otro trabajo, exige tambien una vida de aprendizaje y sacrificio. Pero la clave está en que el trabajo es algo que uno debe amar. Eso no quiere decir que carezca de decepciones, frustraciones y desafíos. Sin embargo, a lo largo de estos 30 años, yo no hubiera querido hacer otra cosa que ser pediatra.

- Y el tercero es un matrimonio con nosotros mismos. Y esto implica continuar con nuestras actividades personales, nuestros intereses externos y nuestras aficiones.

Estos tres matrimonios los hemos contraido cada uno de nosotros y nuestra lucha debe ser para conservarlos vitales, equilibrados, apasionados y en armonía.

La palabra "lucha" la he escogido porque, al igual que tantos ideales, valores y las mejores intenciones, uno nunca podrá alcanzar el logro perfecto. No debemos sentirnos culpables por ello. Lo más que podemos hacer es intentarlo. Y la lucha nos ayuda a estar más cerca de la meta deseada.

Tambien me he preguntado si éste es un asunto que afecta más a hombres que a mujeres, y he concluido que si bien el papel de ambos ha cambiado en nuestra sociedad de manera significativa, aún existen muchas barreras que saltar. El equilibrio trabajo-vida afecta a los hombres y a las mujeres. Además, el 72% de los pediatras jóvenes son mujeres que, al estar en edad de procrear, tendrán que compartir además otro impacto considerable.

Whyte señala que, aparte de otras medidas, a nivel personal es muy importante encontrar tiempo para el silencio - un bien escaso pero imprescindible -. Con unos instantes de soledad uno debe intentar realmente ponerse en contacto consigo mismo. Son los momentos para tratar de responder por sí mismo a las verdaderas y desafiantes preguntas. Whyte anima a imaginar, a luchar para mantener los tres matrimonios con vitalidad y convertirse así en un exitoso "polígamo".

Entonces, si es usted muy afortunado, como yo lo soy ahora, se encontrará en un momento especialmente dulce, rodeado de su familia y amigos, reconocido por el trabajo que le gusta hacer y disfrutando la gratificación personal.

Este fragmento de antigua filosofía china lo resume todo:

La felicidad es tener alguien a quien amar,
Es tener algo que hacer ,
Y algo que esperar.


Adaptado de Stephen Ludwig, MD.

Children's Hospital. Department of Pediatrics. University of Pennsylvania. Philadelphia.
Pediatrics Vol. 127 No. 2 February 2011, pp. 358-362 (doi: 10.1542/peds.2010-2171).