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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 22 de mayo de 2011

"La paz en el mundo empieza en el vientre de la madre"

"A más besos y abrazos que demos a nuestros hijos ... ¡más inteligentes serán! ".
"Educar bien es la verdadera revolución".
"Mejorar el trato con la infancia mejorará el mundo más que ninguna otra política".

Son palabras de Evânia Reichert, psicoterapeuta familiar que ha ofrecido, el pasado viernes en Barcelona, una charla en la Fundación Claudio Naranjo. (http://www.fundacionclaudionaranjo.com/).

De 56 años de edad, nació y vive actualmente con su pareja en Porto Alegre. Tiene tres hijos de 34, 32 y 31 años. Se declara de izquierdas, ecologista y sin creencias religiosas.

Nacido su primer hijo, las cuidadoras se lo retiraron durante dos días. Con su segundo hijo se repitió la operación, pero esta vez se plantó como una leona para reclamarlo. Hoy se sabe que el contacto madre-hijo desde el nacimiento es básico para la buena crianza del niño y ella es una experta en educación infantil, cuyos saberes vierte en "Infancia, la edad sagrada" (Ed. La LLave), libro que sintió que era urgente escribir ... al saber del suicidio del hijo de una amiga, un niño de diez años de buena familia.

¿Qué es un niño?
- Una persona con todas las posibilidades por desplegar, que podrá ser todo lo que quiera.

Fabuloso.
- Si los adultos no lo impiden.

¿Boicoteamos a los hijos?
-Los machacamos, les inyectamos complejos de inferioridad, les traspasamos neuras, les cortamos alas, segamos sus talentos, les impedimos desarrollar todas sus posibilidades.

Quizá educar sea eso ...
- ¡Discrepo! Educar es guiar, es formar sin castrar las potencias del niño.

¿Dejándole a su aire?
- No. Contención, que no represión. Hay que fomentar en el niño su autorregulación: que aprenda a regular sus acciones en cada fase.

Poniendo límites, ¿no?
- Las paredes del vientre materno son un cálido límite para el embrión. Los brazos paternos que le mecen son para el bebé un amoroso límite ... Por tanto, hay contenciones, ¡pero con afecto y calidez y ánimo formativo!

¿Maltratamos a nuestros hijos?
-¿Quién no ha abroncado a su hijo sólo porque en ese momento se sentía irritado, malhumorado? Nos vengamos en ellos de nuestros malos rollos, los humillamos, ¡y hasta llegamos a insultarlos!

Mujer ...
- Sí, sí: ¡los adultos somos muy cobardes! Lo que no osaríamos decirle o hacerle a un adulto en la calle o en el trabajo, ¡se lo decimos o hacemos a nuestros hijos!

¿Tanto?
- Algunos hogares albergan las mayores violencias consentidas.

¿Con qué consecuencias?
- Fraguamos niños más inseguros, que no se valorarán, que tenderán a maltratarse o maltratar, a ser agresivos ...

¿Cómo evitar eso?
- Con conciencia: ayudándolos a autorregularse, evitando fustigarlos con nuestros brotes de rabia y fragilidades. Todo lo que hagamos o digamos debe tener un propósito educativo. Pero claro, como es más fácil conducir a un niño reprimido que a un niño sano y libre ... ¡tendemos a modelar a niños reprimidos!

¿Y cómo modelar a un niño sano?
- Con la vacuna que la neurociencia nos confirma: cariño, afecto, amor.

¿Qué dice la neurociencia al respecto?
- Que el afecto estimula la sinapsis, las interconexiones entre neuronas.

¿Sí?
-¡Sí! De 0 a 1 año se establece en el cerebro humano el mayor número de interconexiones neuronales de toda su vida. Y se ha constatado que el amor de los padres y cuidadores, el cariño, el afecto expresado en caricias, besos, abrazos, cosquillas, ... ¡fomenta las sinapsis, multiplica las redes neuronales!

O sea, que ese cerebro será más rico.
- Tendrá mejores cimientos sobre los que levantar ulteriores capacidades. Haber sido mecido, acunado, besado, acariciado, amado, respetado ... ¡te hará más inteligente! A mayor amor recibido, más inteligencia futura.

¿Qué se entiende por respeto al niño?
- Tratarlo según lo que pueda esperarse de él en cada franja de edad.

Ponga un ejemplo.
- De los 1,5 a los 3 años, el neocórtex infantil es incapaz de procesar más de dos o tres prohibiciones. Si dirigimos 30 ¡noes! al niño ... nos parecerá que nos desobedece 27 veces. ¡Y no es eso!

¿Y qué es?
- Que no es capaz de grabar las órdenes. Y que decirnos ellos "no" es un primer paso de su autonomía personal, de perfilar su identidad: es, pues, algo saludable.

¿Y cuándo estará el niño en condiciones de entender los "noes"?
- A partir de 3,5 o cuatro años graban bien cualquier orden. Entonces sí que hay que estar vigilante para evitar filiarcados.

¿Qué es eso?
- Hay patriarcado (hegemonía del padre), matriarcado (de la madre) y filiarcado (del hijo): ¡busquemos mejor la heterarquía, es decir, que cada cual tenga su lugar!

¿A qué edad aparece en el niño la conciencia de género?
- De los tres a los seis años se desarrolla el impulso sexual a la vez que la curiosidad de saber, de conocer, de explorar; si reprimes el impulso sexual de un niño, ¡reprimes su impulso de saber!

¿Qué hicieron mal sus padres?
- Vivíamos en el campo y, por ignorancia, me pusieron a trabajar de muy niña, cargaron sobre mí altas responsabilidades familiares ... Eso me ha hecho emprendedora, pero tambien sentirme imprescindible para el bienestar de los demás, cosa muy dañina ...

El Gobierno español propone escolarizar a los niños desde su nacimiento ...
- Eso puede comprometer esa primera fase de formación de la persona, en la que el principal alimento es el afecto. ¡Alerta: la OMS anticipa que en 20 años la primera dolencia de la humanidad será la depresión!

Dígame que es optimista y que pronto mejorará la educación de los niños.
- Seremos cada día más conscientes de la importancia de las primeras edades de la vida ... o estaremos jugándonos el futuro de la humanidad. Nunca antes supimos tanto sobre la infancia: ¡si lo aplicamos, daremos lugar a la única gran revolución de verdad!

¿Sí?
- Sí, la paz sobre la Tierra empieza en el vientre de la madre.

Tomado de Víctor-M. Amela. La Vanguardia. Contraportada. Miércoles, 18 de Mayo de 2011.

domingo, 8 de mayo de 2011

Suicidio en niños: prevención

En alguna ocasión, durante momentos de enfado o ira, los niños pueden llegar a provocar a sus padres con manifestaciones tales como "ahora me voy a matar". Casi siempre, afortunadamente, tan sólo se trata de una amenaza para alterarlos y llamar su atención, pero sin la más mínima intención de hacerse realmente daño a sí mismos.

No obstante, si estas declaraciones son frecuentes habrá que pensar en la posibilidad de que sean mensajes de un niño que no es feliz. Los padres deben asegurarse, en tal caso, de que la tristeza de su hijo no le acarreará ningún peligro.

Aunque los niños de edades comprendidas entre los 6 y los 12 años rara vez se suicidan, sí es cierto que hay, en esta etapa de la vida, una tendencia cada vez mayor de intentos de suicidio. Por tanto, un pequeño número de niños, gravemente deprimidos, están tan abatidos y desesperados, que pueden tratar de poner fin a su vida.

A pesar de que los síntomas de un niño deprimido pueden ser muy variados, la tristeza, el aislamiento, la pérdida de apetito y los trastornos del sueño se incluyen dentro de los principales. Deben, por ello, considerarse como signos de advertencia para los padres. Alguno de estos pequeños decide, por ejemplo, regalar sus posesiones más apreciadas o su juguete preferido. Incluso, el suicidio de un amigo o compañero de clase puede impulsarlo a quitarse la vida para acabar de una vez por todas con el dolor que siente.

Si usted nota que su hijo está deprimido, debe hablar con él sobre el problema, escucharlo y compartir sus sentimientos. No dude en usar la palabra suicidio. Deseche el mito de que al oirla le dará a su hijo la idea de hacerlo. Esto no va a suceder. Al contrario, su preocupación le mostrará a su hijo que realmente se interesa por él, por su bienestar, y que está dispuesto a ayudarlo.

Los padres de un niño seriamente apenado deben pedir ayuda sin demora. En principio, el pediatra o el médico de familia, si la comunicación con el hijo es buena, puede ser la persona más adecuada. Luego, el psiquiatra y el psicólogo infantil deben valorar el riesgo potencial de un suicidio. Ante una duda razonable y cuando la familia manifiesta su temor de no poder controlarlo permanentemente, el niño debe ser hospitalizado.


Adaptado de Healthychildren. American Academy of Pediatrics.