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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 19 de noviembre de 2011

¿Por qué algunos padres no vacunan a sus hijos?

En octubre de 2010 se inició un brote de sarampión en un barrio de Granada. El virus del sarampión se introdujo durante la celebración de un evento familiar, al que acudió una persona adulta ya enferma, pero que se encontraba aún en la fase previa a la erupción.

El virus se extendió con rapidez porque la cobertura vacunal en este barrio es baja. Inicialmente, la transmisión ocurrió sobre todo a nivel escolar, y después en servicios sanitarios; alcanzando otros barrios de Granada y municipios de la provincia.

A 30 de marzo de 2011 había 180 casos confirmados. Otros casos no fueron declarados, pues hubo padres que no acudieron al centro de salud o no colaboraron en la investigación.

Ante esta realidad, los pediatras nos preguntamos: ¿por qué hay padres que no vacunan a sus hijos? El rechazo a la vacunación ha sido objeto de numerosos estudios en EE.UU. -donde tambien se han realizado encuestas a padres sobre su postura- y más recientemente en Europa. En España, comienza a recibir atención, aunque todavía no hay estudios que analicen y cuantifiquen el problema.

Hay dos sectores bien diferenciados que no vacunan a sus hijos. En el primero, de población con nivel socioeconómico bajo, el motivo es el descuido. Este sector es fácilmente abordable, pues al insistir en la importancia de las vacunas accede a ellas. El segundo está constituido por población de nivel económico medio o alto, con buena formación académica, y que rechaza la vacunación con un profundo convencimiento, tras haberse informado y reflexionar sobre el tema. Por diversas razones se llega a esta postura, tales como el deseo de una crianza natural, la influencia de medicinas alternativas o la información disponible en internet en contra de las vacunas, los antibióticos y los corticoides. Algunos padres creen que las vacunas son innecesarias y/o dañinas. Tienen miedo a los efectos secundarios. Piensan, por ejemplo, que la vacuna triple vírica produce autismo, que las vacunas contienen mercurio con sus efectos perjudiciales, o simplemente argumentan: "las vacunas a la larga dan problemas", sin especificar de qué tipo. Por otro lado, se percibe la enfermedad, en este caso el sarampión, como algo leve o banal, o piensan que son enfermedades apenas existentes en la actualidad y confían en el efecto rebaño al estar inmunizada la mayoría de la población. Incluso hay quienes tienen la convicción de que las vacunas se han implantado para favorecer los intereses de las compañias farmacéuticas.

Más interesante sería poder responder a la pregunta: ¿qué podemos hacer para que estos padres acepten la vacunación de sus hijos? Inicialmente, convocamos reuniones informativas en los colegios, pero sólo acudieron los padres a favor. En la consulta hemos hablado mucho con los padres de filosofía antivacunas, pero su convencimiento es firme y dificil de cambiar. Se enviaron cartas a los padres de los niños no vacunados, tras lo cual accedieron los de postura menos rígida. Finalmente, hubo que recurrir a una medida judicial, pues las vacunas pueden hacerse obligatorias en caso de que exista un peligro para la salud pública. Solamente 8 niños no inmunes quedaron sin vacunar. Pero el problema de fondo sigue estando presente.

En resumen, insistimos en que la filosofía antivacunas es una realidad que debe ser tenida en cuenta, y debemos pensar en estrategias para abordarla. Desde la consulta de pediatría, tenemos que conocer bien los argumentos del movimiento antivacunas y ser capaces de dialogar para poder ofrecer información científica que derribe los mitos y falsas creencias.

En el año 2002, la Organización Mundial de la Salud adoptó una resolución para erradicar el sarampión y la rubeóla en la Región Europea en el 2010, y recientemente una nueva resolución ha aplazado este objetivo al 2015. A pesar de los planes de eliminación, todavía se registran en Europa brotes de sarampión, en muchos de los cuales la causa está relacionada con el rechazo ideológico a la vacunación.
Adaptado de la Dra. M. Martínez Romero y cols. Cartas al Editor. Anales de Pediatría.

An Pediatr (Barc.). 2011; 75(3): 209-210