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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 18 de febrero de 2007

Sobrepeso en niños y adolescentes.

En el año 2003, La Academia Americana de Pediatría recomendó que los pediatras calculen el índice de masa corporal (IMC) de todos los niños y adolescentes al menos una vez al año y que ante un aumento del IMC consideren que hay sobrepeso respecto a la talla. La falta de motivación del paciente o de participación de los padres y la incapacidad del médico para ayudar a cambiar el comportamiento pueden ser barreras para el empleo del IMC.

Tradicionalmente, se supone que el médico tiene que hacer algo que sea eficaz de inmediato, que el paciente cumplirá y que los efectos se verán con rapidez. Sin embargo, para facilitar una modificación del comportamiento se necesita una postura totalmente distinta: hay que ayudar al paciente (y a su familia) a identificar objetivos que pueda y quiera cambiar. Un niño en riesgo de sobrepeso tiene su propio estilo de vida y, por tanto, al tratarse de una situación prolongada, los cambios no serán tan rápidos.

El paciente de un médico que le muestra preocupación por su peso tiene más probabilidades de iniciar cambios para bajar de peso. Por ejemplo: mencionar un aumento del IMC puede bastar para que una familia pase de una etapa previa a la etapa siguiente: considerar el problema; aunque el cambio real de comportamiento pueda producirse más tarde.

En conclusión, el control del crecimiento forma parte de la práctica pediátrica preventiva y el IMC simplemente ayuda a valorar la adecuación del peso respecto a la estatura. Es evidente que la medición del IMC no puede, por sí sola, moderar una epidemia de obesidad pero, como en cualquier problema de salud, el reconocimiento precede a las soluciones. Tomado de N.F. Krebs, MD. Pediatrics (Ed esp). 2005;60(1):23-4

Niños, televisión y violencia real.

Tradicionamente, la preocupación de los padres por la violencia en los medios de comunicación se ha enfocado más hacia los posibles efectos dañinos de películas o videojuegos. Sin embargo, desde los ataques del 11-S y la reciente cobertura de la guerra en Irak, se ha puesto más en duda que nunca la conveniencia para los niños de las noticias sobre violencia en la vida real.

Las noticias de televisión están llenas de violencia y sufrimiento y hasta el momento no ha habido debates serios para prohibir las noticias durante las "horas televisivas de la familia", ni para emitir, al menos, una advertencia previa.

Aunque la violencia en las noticias de TV puede afectar a una proporción considerable de la audiencia infantil y producir daños en la salud de algunos niños, las investigaciones se han limitado a los efectos directos sobre los temores de los niños a convertirse en víctimas. Es probable, además, que ciertas reacciones, como el estrés, los miedos y las preocupaciones, los trastornos del sueño, pesadillas y terrores nocturnos sean tambien consecuencias negativas.

En todo caso, a pesar de que, en el lado positivo, los medios de comunicación pueden ayudar a los niños a prepararlos ante potenciales peligros, los pediatras deben informar a los padres de los efectos negativos que las noticias violentas pueden ocasionar a sus hijos, fomentar debates públicos sobre este asunto y promover investigaciones sobre cuestiones tan importantes como:
la admiración infantil hacia las armas, sus ideas sobre la violencia como un medio justificado para resolver conflictos, sus temores a ser una víctima de ella, sus miedos e inquietudes o, por el contrario, su habituación o insensibilización ante tantas noticias violentas. Tomado de J.H. Walma van der Molen, PhD. Pediatrics (Ed esp) 2004;57(6):348-52

Los padres y el pediatra.

En lo que respecta a la asistencia sanitaria, la cooperación o el cumplimiento es el grado en que la conducta de una persona coincide con los consejos médicos recibidos. El cumplimiento de la medicación tiene una importancia decisiva en todos los aspectos de la pediatría, especialmente en el tratamiento satisfactorio de las enfermedades, en su prevención y en la promoción de la salud.
La cooperación se basa en que los padres y el pediatra se comprometan a alcanzar los mismos objetivos. El escaso cumplimiento tiene el riesgo de que los pequeños presenten problemas, como la prolongación o complicación de su enfermedad e impide una valoración precisa de la calidad de la asistencia prestada.
Para mejorar el cumplimiento o la cooperación es necesaria una buena comunicación y una relación personalizada entre los padres y el pediatra. Tomado de S. Winnick, MD. Pediatrics 2005;115:e718-e724.

Tratamiento de la hiperactividad infantil.

Este estudio incluye varios informes clave que proporcionan conclusiones importantes acerca de los diferentes tratamientos del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) y su eficacia en cuanto a mejorar la evolución de los niños afectados, así como las desventajas y los beneficios de emplear varios tratamientos conjuntamente, en comparación con un tratamiento único o aislado.
Los datos obtenidos apoyan firmemente el uso de medicamentos estimulantes para tratar los síntomas principales de los niños con TDAH y, en menor grado, para mejorar su funcionalismo (capacidad de acción y adaptación al ambiente). Por otro lado, La terapia psicológica, dirigida a modificar y mejorar la conducta del niño, ejerce, por sí sola, un efecto limitado sobre dicho funcionalismo, aunque combinada con la medicación sí puede mejorarlo aún más, y disminuir, a su vez, la cantidad de medicación estimulante.
Asímismo, existen pruebas que demuestran la naturaleza prolongada del TDAH. Es imprescindible, por tanto, un plan individualizado dirigido a la educación continuada de los padres y el niño. Tomado de R.T. Brown, PhD. Pediatrics 2005;115:e749-e757.

Otitis en niños: ¿son siempre necesarios los antibióticos?

El uso generalizado de los antibióticos para el tratamiento de la otitis media aguda ha dado lugar a que surgan gérmenes resistentes difíciles de combatir. Sin embargo, se ha observado que la mayoría de los niños con otitis media aguda no grave se recuperan sin antibióticos. El objetivo del estudio consiste en valorar si el tratamiento de una otitis media no grave sin antibióticos es eficaz, inofensivo y aceptable. Es decir, se tratarían únicamente con medicación sintomática para el dolor y la fiebre.

Las conclusiones del estudio son que, en comparación con los niños que no se trataron con antibióticos, los que sí lo recibieron tuvieron menor número de fracasos en el tratamiento y un mejor control de los síntomas, pero tambien más efectos secundarios relacionados con los antibióticos y mayor porcentaje de resistencias a ellos.

En resumen, los factores clave para llevar a cabo una estrategia de no tratar con antibióticos son:
a) establecer un método para clasificar la gravedad de la otitis media aguda.
b) el grado de instrucción de los padres (muchos padres expresan su preocupación, aunque el grado de aceptación es mayor entre quienes están mejor informados).
c) el tratamiento sintomático adecuado.
d) el control de la evolución.
e) el uso de un antibiótico adecuado y eficaz, cuando es necesario.

Si se observan estas advertencias, algunos niños con otitis media aguda no grave no tienen que iniciar un tratamiento inmediato con antibióticos. Tomado de D.P. McCormick, MD. Pediatrics (Ed esp). 2005;59(6):386-401

sábado, 17 de febrero de 2007

Internet y Pediatría: ¡aliados y no enemigos!

El imparable empleo de Internet por parte de la población general como un consultor médico plantea nuevos problemas y oportunidades especiales para el médico.

A pesar de la desconfianza creciente en los médicos en general, la profesión médica todavía conserva un cierto nivel de respeto en la mayoría de las encuestas. Sin embargo, la publicidad que se le da a los juicios por negligencias o errores médicos sirven para recordar constantemente a la población que la medicina no es una ciencia exacta. Junto con la introducción de Internet, estas circunstancias permiten a las familias, cada vez más, mejorar la información sobre cualquier problema médico.

Para los que trabajamos en la medicina, Internet ha supuesto, justificadamente, la mejor herramienta incorporada en la última década. El empleo de la telemedicina en Internet ya ha empezado a cambiar nuestro planteamiento del diagnóstico y tratamiento, y este proceso acaba de nacer. Todos estos avances pueden permitir al médico de la región más remota del mundo acceder de forma inmediata a información médica y a expertos situados a miles de kilómetros de distancia. Estos cambios mejoran la atención sanitaria de forma muy positiva, elevando el listón.

Sin embargo, el cuadro no es perfecto y cualquiera que utiliza Internet con frecuencia tambien sabe que se plantea la inseguridad de una información incompleta o engañosa. Por ejemplo, un popular sistema de búsqueda en Internet genera más de 30.000 referencias sobre la dificultad respiratoria en un recién nacido. Una revisión de alguna de estas páginas revela que hay una gran cantidad de afirmaciones superficiales o incorrectas, que pueden provocar aún más confusión a los padres, quienes afortunadamente, y con frecuencia, vencen con su sensatez la supuesta desinformación y consultan sus preocupaciones con el médico de confianza.

Ante todo, los padres desean el mejor tratamiento para el cuadro clínico de su hijo y el médico debe ofrecer este nivel de atención. En muchos casos, puede ser de gran utilidad dirigir a las familias a páginas web de calidad comprobada.

En un futuro próximo, puede resultar tranquilizadora, especialmente para los padres que lo soliciten, la recomendación de buscar en Internet las credenciales del médico.

Finalmente, Internet está aquí y es una realidad de la vida médica. Por tanto, parece esencial que cada uno de nosotros desarrolle un estilo que evite los problemas que sucita Internet y convierta este recurso increible en algo ventajoso. Si podemos conseguirlo, reforzaremos la actitud de los padres y estableceremos una base sólida para futuros lazos de confianza. Tomado de A.R. Spitzer, MD. Pediatrics (Ed esp) 2004;58(3):183-5

Ante todo, no perjudicar.

Ante todo, no perjudicar es uno de los principios básicos de la práctica médica moderna. Nació del conocimiento de que el médico está obligado a demostrar que el beneficio de cualquier actuación supere al riesgo, y que la práctica sea realmente beneficiosa para el paciente.

La meticulosa investigación y el análisis científico son, en la actualidad, los medios con los que el médico debe determinar, con la mayor certeza posible, cuál es la situación de una práctica específica, entre la distancia que separa el beneficio del riesgo. Esta actuación es el concepto fundamental de la medicina basada en la evidencia. Todo nuevo enfoque de la asistencia tiene que estar sometido a una revisión crítica por compañeros, en publicaciones médicas, cursos y a la cabecera del paciente. Los fármacos y los métodos dignos de aprobación tienen que soportar el estudio científico y superar los ensayos controlados.

En definitiva, además de los conocimientos y la propia experiencia personal, sin esta investigación basada en la evidencia no puede haber avances en la práctica médica, sino sencillamente las opiniones de una persona frente a otra. El caos resultante sería como volver al inicio de la historia de la medicina.

Por último, un ejemplo: los partos bajo el agua no se han sometido a esta investigación y, por tanto, no pueden ser considerados como una norma de asistencia aceptable mientras no se realice una valoración rigurosa. Es decir, los partidarios del parto en el agua forman parte de una cultura que cree en lo que desea e ignora los hechos a la vista o desconoce lo que pueda lesionar a los pacientes. Tomado de K. Schroeter, DO. Pediatrics (Ed esp) 2004;58(3):141-4

Partos en el agua: ¿son beneficiosos y seguros?

Desde que existe la humanidad, las mujeres han dado a luz en tierra. Sin embargo, desde hace 25 años se ha popularizado, en determinadas partes del mundo, el parto en el agua, pese a la escasez de datos que demuestren sus beneficios y su seguridad. Aunque es un procedimiento defendido principalmente como un medio para disminuir las molestias maternas, no se ha demostrado que haya beneficios para el alivio del dolor o la duración del trabajo de parto. Sin embargo, los recién nacidos en el agua pueden necesitar oxígeno o ventilación con más frecuencia que los nacidos fuera del agua.
En resumen, no se ha determinado la seguridad y eficacia para el recién nacido del parto en el agua ni existe evidencia convincente de beneficio, y sí cierta preocupación por un daño grave. Por tanto, el parto en el agua se considera un procedimiento experimental que no debe realizarse fuera de un ensayo controlado, adecuadamente diseñado y con el consentimiento informado de los padres. Tomado de D.G. Batton, MD. Pediatrics (Ed esp). 2005;59(5):271-2

Celiaquía y biopsia intestinal.

La enfermedad celíaca es la causa más frecuente de malabsorción intestinal en occidente. Los hallazgos clínicos más típicos son: bajo peso, talla corta, disminución del apetito, distensión abdominal, diarrea y dolor abdominal. Sin embargo, muchos pacientes con alergia al gluten tienen síntomas y signos leves, o incluso nulos, y viven sin saberlo. En otros casos, el hallazgo casual de hierro bajo en sangre o, con el paso de los años, pubertad tardía, esterilidad o infertilidad puede permitir descubrirla.

El criterio de referencia para el diagnóstico de celiaquía es una biopsia adecuada del intestino delgado. Desde que se identificó la transglutaminasa (TGT) como el autoanticuerpo de la enfermedad celíaca y se observó que servía para predecirla, se han desarrollado estudios para mejorar esta prueba y para poder identificar al mayor número de potenciales pacientes.
Es comprensible que los padres que tienen un hijo al que se le detecta una prueba TGT positiva, y que mejore al iniciar una dieta sin gluten, se muestren reacios a que sea sometido a más investigaciones. En caso de no realizarlas, con respecto a la posibilidad de un diagnóstico erróneo, y dado que la dieta es nutricionalmente adecuada e inofensiva, siempre existe la opción, si no hay mejoría, de que los padres o el paciente puedan volver a introducir el gluten y permitir una nueva valoración, si así lo desean, con biopsias incluidas.
De esta forma, los gastos de investigación y diagnóstico podrían disminuir casi en un 30% y, ante todo, el niño no sufriría retrasos en la instrucción y puesta en práctica de una dieta sin gluten.

En conclusión, se sugiere que los pacientes con títulos elevados de anticuerpos IgA antitransglutaminasa tisular (TGT) son positivos para la enfermedad celíaca y que la biopsia del intestino delgado no es necesaria en estos casos para realizar el diagnóstico. Debe ensayarse una dieta sin gluten y, si los síntomas no mejoran, proceder a la biopsia para confirmar el diagnóstico. Tomado de Collin C. Barker, MD. Pediatrics (Ed esp). 2005;59(5):291-6.

domingo, 11 de febrero de 2007

Incomunicación entre el niño y el pediatra.

Los niños mayores y adolescentes están molestos por la falta de comunicación que se produce cuando son tratados por el médico y piensan que no participan lo suficiente en la toma de decisiones. Algunos de los comentarios de estos jóvenes fueron: "No hubo tiempo suficiente para que el médico me explicara las cosas claramente"; "el doctor sólo las explicó a mis padres" o "en realidad no entiendo nada, nadie te explica lo que van a hacer para conseguir que mejore".
En resumen, los niños desean indudablemente participar, recibir información y ser consultados cuando tienen necesidad de utilizar los servicios sanitarios. Por tanto, una mayor implicación de los jóvenes, en la toma de decisiones que afecten a su salud, ayudará a obtener mejores resultados. Tomado de C. Odigwe, BMJ 2004; 328(7440): 600.

Motivos de emergencia en niños.

Afortunadamente, la mayoría de los padres pueden ser capaces de reconocer síntomas o signos que se consideran serios o graves y que requieren atención médica sin demora:

-Letargo. El cansancio durante una enfermedad es normal, pero observe si su hijo tiene la mirada fija, no sonríe, no tiene ganas de jugar, tiene un llanto débil, está fláccido o es más difícil despertarlo.
-Dolor intenso. Si su hijo llora cuando usted lo toca o lo mueve, cuando no le gusta que lo tomen en brazos o cuando no se puede dormir.
-Dificultad para caminar. Si su hijo camina de forma inestable o si camina inclinado hacia adelante, sosteniéndose el abdomen con las manos.
-Abdomen doloroso. Cuando hace presión con los dedos sobre el abdomen de su hijo, mientras lo tiene en su regazo distraido, por ejemplo, mirando un libro, y él trata de empujar o se queja y opone resistencia.
-Testículo o escroto doloroso. El comienzo repentino de dolor en la ingle puede ser causado por torsión del testículo.
-Respiración laboriosa. Un signo de dificultad respiratoria es una frecuencia respiratoria de más de 60 inspiraciones por minuto.
-Babeo repentino. Especialmente asociado a dificultad para tragar.
-Deshidratación. Los padres deben sospecharla si su hijo no ha orinado en 8 horas, o si el llanto no produce lágrimas o la boca está seca.
-Rigidez de cuello. Póngale un juguete u otro objeto de interés sobre su estómago de modo que tenga que flexionar el cuello para verlo.
-Manchas en la piel de color púrpura. Y que no desaparecen al intentar estirar la piel.
-Fiebre alta. Cuando la temperatura rectal es superior a 4o,5º. Tomado de B.D. Schmitt, M.D. Your Child's Health.

Alergia infantil.

Existen cada vez más datos que indican que la incidencia de enfermedades alérgicas con origen atópico, no sólo rinitis alérgica y asma, sino tambien dermatitis alérgica, han aumentado en todo el mundo en las últimas décadas.

A pesar de que su mortalidad es relativamente baja, las enfermedades alérgicas atópicas suponen una carga socioeconómica cada vez mayor en muchos paises. El diagnóstico precoz, las medidas preventivas y de evitación así como las educativas son probablemente los medios más rentables para afrontar la creciente prevalencia de las enfermedades alérgicas.

Para que el tratamiento a largo plazo de los pacientes alérgicos no fracase, resulta esencial identificar y reducir la exposición a los alergenos y sustancias desencadenantes de la alergia.

Sin embargo, tres de cada diez niños con rinitis estacional o perenne (congestión nasal, crisis de estornudos, mucosidad nasal clara, picor de ojos y nariz, tos, respiración bucal, ojeras, pliegue nasal por frotamiento) y uno de cada tres niños con asma (sibilancias o "pitos" en la espiración, espasmo bronquial y tos) no son alérgicos.

Desde 2005 se dispone de un test de alergia rápido, seguro y fiable que, con una simple muestra de sangre capilar, proporciona un perfil de resultados IgE específicas para diez alergenos comunes implicados en la rinitis y asma alérgicos infantiles: e1 Gato, e5 Perro, t3 Abedul, t9 Olivo, w6 Artemisa, w12 Parietaria, g6 Gramínea, d1 Ácaro, f1 Huevo, f2 Leche.

Pediatría y Etica.

Definición de ética: parte de la filosofía que trata de la moral y de los deberes del hombre.
La práctica diaria de la pediatría está repleta de cuestiones éticas y que, con frecuencia, están asociadas a la relación que se establece entre médico, paciente y familia.

Antiguamente, los médicos, cuando eran consultados, hacían recomendaciones en lo que respecta al tratamiento, que la familia aceptaba sin discusión. No obstante, los médicos respetaban el derecho de los padres a actuar en nombre de los intereses de su hijo.

Durante el siglo XX, tanto la autoridad absoluta del médico como la de los padres para tomar y aceptar decisiones cambió, y cada vez más se tienen en cuenta las conductas consideradas socialmente responsables. Es decir, la doctrina de "lo mejor para el niño" se ha convertido en la regla estándar para las decisiones que toman tanto las familias como los médicos, de forma que los intereses individuales del niño constituyen el núcleo de todo análisis. Por tanto, aunque es obvio que los lactantes y niños pequeños no son individuos que puedan tomar decisiones, a los hijos, en la medida de su capacidad y cuando son mayores, hay que oirlos y respetarlos, pero tambien implicarlos en su propio cuidado.

En conclusión, es el pediatra quien tiene que evaluar cuál es la intervención que más conviene a su paciente y intentar que se lleve a cabo, respetando las creencias y valores de los padres y tomando una decisión compartida con ellos, y con el niño si ya está capacitado. Tomado de A.R. Fleischman y L.K. Collogan. Pediatrics Annals 2004; 33(11): 740-745.

Los riesgos ambientales infantiles.

Durante su formación y en la práctica, una de las tareas del pediatra debe ser aconsejar y educar a los padres sobre la manera de reducir o prevenir los riesgos ambientales más frecuentes.

Durante los primeros cuatro años de la vida son: los traumatismos por caídas, las lesiones por accidente de automóvil, las quemaduras por fuego o agua caliente, la asfixia, la intoxicación, el ahogamiento, la falta de vacunación adecuada, la electrocución, el tabaquismo pasivo, las quemaduras solares y la intoxicación alimentaria. Los niños que asisten a guarderías tienen mayor incidencia de infecciones bacterianas y virales.

Entre los 5 y los 9 años de edad hay que considerar tambien: los accidentes mientras nadan, los accidentes de bicicleta, las lesiones deportivas y los accidentes con armas de fuego.

A los 10-18 años destacan además: las lesiones por herramientas pesadas o equipamiento agrícola e industrial, el fuego, la obesidad, el tabaquismo, el alcohol, el uso de drogas ilícitas, las enfermedades de transmisión sexual, el embarazo y el suicidio.

Finalmente, la investigación deberá evaluar el riesgo respecto a los residuos de pesticidas en frutas y verduras aunque se laven antes de ingerirlas, los aditivos alimentarios, las hormonas presentes en los lácteos, la radiación electromagnética por tendidos de alto voltaje o aparatos eléctricos domésticos y el riesgo de cáncer por beber agua potable con cloro o los efectos producidos por microondas y teléfonos móviles. Tomado de R.L. Brent y M. Weitzman, Pediatrics 2004; 113: 1167-1172.

Talla baja y celiaquía: ¿puede existir relación?

En los niños con talla baja de causa desconocida, aunque no tengan síntomas gastrointestinales, se debe descartar la enfermedad celíaca. Tomado de Archimedes, Arch Dis Child 2004: 89: 881-886.

Asma e Ibuprofeno.

Hay evidencia científica de que el ibuprofeno utilizado como antitérmico en niños febriles con una historia anterior de asma es, como mínimo, tan seguro como el paracetamol, y no es susceptible de empeorar el asma. Tomado de Archimedes, Arch Dis Child 2004; 89: 881-886.

viernes, 9 de febrero de 2007

Varicela y Vacunación. Nuevas pautas.

La administración de una segunda dosis de la vacunación contra la varicela se tolera bien y es el triple de eficaz para prevenirla.

-Se requiere una primera dosis a los 12-15 meses de edad y la segunda a los 4-6 años.

-A los niños, adolescentes y adultos que hayan recibido sólo una dosis se les debe administrar una de recuerdo (en niños menores de 13 años: pasados tres meses como mínimo de la primera).

-Los mayores de 13 años no vacunados, sin antecedentes de varicela, deben recibir dos dosis de la vacuna con un intervalo de uno a dos meses. Tomado de Med Letter 2006; XXVIII(22): 88.

Piojos y aire caliente.

Una aplicación de aire caliente en el cuero cabelludo, a una temperatura relativamente constante como la de un secador de pelo, durante 30 minutos, puede acabar con la infestación por piojos y con casi el 100% de las liendres. Se trata de un tratamiento eficaz, seguro y al que es improbable que los piojos desarrollen resistencia. Tomado de Goates, B.M. y cols. Pediatrics 2006; 118(5): 1962-1970.

domingo, 4 de febrero de 2007

Piercing. Algo más que una moda.

La práctica cada vez más popular del piercing es un fenómeno social que puede provocar confusión e incluso rechazo. Los prejuicios son considerables y, por ello, es deseable subsanar la falta de información y promover la comprensión de las motivaciones, a menudo intensas, de quienes lo practican. La calificación del piercing como "idea de automutilación" o de "atentado contra la integridad física debido a la moda" no debería aceptarse, por más tiempo, en nuestra sociedad actual.

El piercing se define como "la introducción de una joya en orificios no naturales practicados en diversas partes del cuerpo". Sin embargo, el piercing del lóbulo de la oreja queda excluido de esta definición por considerarse tradicional en los paises occidentales.

Pese al riesgo y complicaciones que comporta, el piercing es practicado por un número creciente de personas. Dejando aparte el hecho de resultar chocante, sus razones implican la búsqueda de una forma personalizada de expresarse, demostrar fortaleza y saber seguir una moda; en un segundo plano está a menudo la presión de los amigos y el deseo de pertenecer a un grupo. Un gran número de piercings se practican a jóvenes que se encuentran entre la infancia y la madurez; sería, por tanto, un ritual de paso o de rebeldía adolescente.

La actitud de la sociedad (entendiendo por tal los individuos no portadores de piercings) no parece importarle a los que sí los llevan hasta el punto de renunciar a esta práctica, antes al contrario, más bien parece actuar de estímulo. Por tanto, el piercing debe aceptarse, independientemente del juicio personal de cada uno, como una realidad social. Los profesionales de la sanidad deben estar al corriente de las nuevas investigaciones en este terreno para poder aconsejar con conocimiento de causa y tratar de manera competente los posibles efectos secundarios o complicaciones, atender sin prejuicios a quienes portan estos adornos y comprender que estas modificaciones del cuerpo encierran tal vez una tentativa de afirmar la propia identidad. Adaptado de A. Stiern, Paediatrica 2003; 14(4): 33-37.

Bronquiolitis y corticoides.

El tratamiento precoz de la bronquiolitis con corticoides puede ser beneficioso y reducir el riesgo de hospitalización. Los broncodilatadores pueden proporcionar algún beneficio clínico transitorio, pero no parecen alterar el curso de la enfermedad. Si la bronquiolitis ha progresado hasta el punto de hacer necesaria la hospitalización, no está claro que ningun tratamiento farmacológico pueda cambiar el curso de la misma. En esta situación, la oxigenación y evitar la deshidratación constituyen en realidad el tratamiento menos discutible. Tomado de M. Weinberger, J Pediatr 2003; 143(6): 700-702.

Obesidad infantil. Prevención.

La incidencia de obesidad infantil se ha doblado en los últimos 20 años y constantemente se conocen nuevas pruebas de las consecuencias físicas y emocionales que acarrea.
Los pediatras encaminan este problema y su prevención a través de conversaciones con la familia sobre cuatro conductas específicas que además sirven para promover otros aspectos de la salud y el bienestar del niño sin causar perjuicio alguno:
-Limitar el tiempo dedicado a ver la televisión. De esta forma, aumenta el gasto energético y disminuye el comportamiento agresivo de los niños en edad escolar. Las recomendaciones actuales son que los niños no la vean hasta los dos años y que, de esa edad en adelante, se limite a menos de dos horas diarias.
-Estimular los juegos al aire libre, siempre que sea posible. Dicho de otro modo, apagar la televisión no significa necesariamente que el niño tenga más actividad si no se buscan ocupaciones alternativas.
-Estimular la lactancia materna. La alimentación al pecho tiene un efecto protector contra la obesidad. Sin embargo, hay que tranquilizar a las madres que crían a sus hijos con biberón y recordarles que por ello no serán obesos el día de mañana.
-Reducir el consumo de refrescos azucarados. Se sugiere que los niños que consumen menos azúcares tienen menos sensación de hambre o que el azúcar puede ser adictivo.

Para muchas familias, las palabras obesidad y sobrepeso son emocionalmente negativas y, por tanto, hay que hacer hincapié en que estas medidas se orientan hacia un estilo de vida más sano, más allá de la prevención de la obesidad. Los obesos adolescentes tienen más probabilidades de padecer rechazo social, a menudo por burlas de sus compañeros; aunque tambien puede suceder que algunos niños se sientan rechazados y desarrollen sobrepeso al aislarse frente a la televisión. Tomado de R.C. Whitaker, Arch Pediatr Adolesc Med 2003; 157(8): 725-727.

Vitamina D y exposición al sol.

La Academia Americana de Pediatría (AAP) recomienda, para la prevención del raquitismo, que todos los bebés alimentados al pecho, o que tomen menos de 500 ml/día de leche de fórmula, deben recibir un aporte extra de Vitamina D3, al menos durante los dos primeros meses de vida.

Es posible que algunos padres de niños con lactancia natural sean reacios a dar a sus hijos preparados vitamínicos; en estos casos, es importante una exposición al sol adecuada y segura. Tomado de H. Bauchner, Arch Dis Child 2003; 88: 643.

¿Se puede disminuir la hospitalización infantil?

Los procesos de hospitalización evitables son aquellas enfermedades que pueden solucionarse con una atención adecuada a tiempo, sin necesidad de ingresar al niño. La proporción de hospitalizaciones evitables oscila entre el 13% y el 46%, dependiendo de la procedencia de los datos.
Un ejemplo muy significativo es el de los niños y adolescentes con asma, de familias con escasos recursos. Muchas de estas hospitalizaciones podrían evitarse si padres e hijos tuvieran una mejor educación sobre la medicación, la prevención y la importancia de evitar las causas conocidas de su enfermedad. Más y mejor información proporcionada por médicos y padres de niños hospitalizados son una vía adecuada para conseguirlo. Adaptado de G. Flores y cols., Pediatrics 2003; 112(5): 1021-1032.