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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

lunes, 19 de marzo de 2012

Las cinco reglas de oro para prevenir el asma

La falta de lluvia, el aumento de la contaminación, las altas temperaturas o la floración de las plantas han aumentado los casos de asma en las consultas médicas. La mejor manera de evitar esta enfermedad es sin duda prevenirla.

Para poder detectar aquellos aspectos que desencadenan el asma y aprender a controlar las crisis es fundamental seguir cinco reglas de oro:

1. En primer lugar hay que identificar y vigilar, en lo posible, los desencadenantes del asma, que son los que provocan la irritación de las vías respiratorias. Desde la Asociación Asmatológica Catalana se informa que los más frecuentes son los alergenos tales como ácaros del polvo, pólenes, piel y saliva de animales domésticos, hongos, determinados alimentos, ciertos medicamentos y, en adultos, tambien las cucarachas.

Las infecciones virales, incluyendo el resfriado común y la gripe, son causas frecuentes así como el humo, los ambientes mal ventilados, los perfumes, el ejercicio físico y los cambios de clima.

2. En segundo lugar, los pacientes asmáticos o sus cuidadores deben prevenir las crisis tomando conciencia de la enfermedad y observando el comportamiento del propio cuerpo. En ocasiones las personas asmáticas se encuentran en una crisis sin haber notado las primeras señales de alarma. Por esta razón pueden ser muy útiles los medidores de flujo espiratorio (aparatos portátiles que miden la capacidad respiratoria).

3. La tercera regla sería tomar la medicación para intentar controlar que no se produzcan ataques de asma, con un plan de actuación siempre prescrito por el médico. Desde la Asociación Catalana de Asma se insiste en que "los distintos tipos de asma se tratan de diferente manera". Algunos fármacos funcionan bien para unos y no tanto para otros. Los médicos advierten sobre las terribles consecuencias de sustituir los medicamentos apropiados por remedios caseros o por plantas medicinales y aseguran que "pueden poner en peligro la vida del paciente durante una crisis asmática, ya que estos recursos no son capaces de corregir la obstrucción y la inflamación de las vías respiratorias".

4. Cuando se acerca la primavera y más en épocas de sequía son mayores las posibilidades de sufrir crisis asmáticas a pesar de haber puesto en práctica las tres reglas anteriores. Es entonces cuando hay que tratar de controlar cada crisis según el plan de tratamiento personalizado, diseñado por el médico, paso a paso.

Normalmente para aliviar un ataque de asma se usa un broncodilatador inhalado de acción rápida. Sin embargo, los broncodilatadores tratan de impedir el espasmo de los músculos que rodean los bronquios pero no actúan contra la inflamación de la mucosa bronquial y la hiperproducción de mucosidad. Por tanto, se requiere tambien el uso de antiinflamatorios del grupo de los corticoides.

5. La quinta y última regla, pero no por ello menos importante, consiste en aprender a controlar los nervios durante las crisis. No se debe sentir pánico sino actuar con calma. Además, es conveniente comentar todos estos aspectos con el médico e informarse sobre las posibles novedades en medicamentos o en pautas de actuación contra el asma.

Adaptado de P. Santamaría. ABC digital. Madrid. 14 de Marzo de 2012.
www.abc.es/20120314/sociedad/abci-asma-crisis-soluciones-201203141125.html