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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 17 de febrero de 2007

Internet y Pediatría: ¡aliados y no enemigos!

El imparable empleo de Internet por parte de la población general como un consultor médico plantea nuevos problemas y oportunidades especiales para el médico.

A pesar de la desconfianza creciente en los médicos en general, la profesión médica todavía conserva un cierto nivel de respeto en la mayoría de las encuestas. Sin embargo, la publicidad que se le da a los juicios por negligencias o errores médicos sirven para recordar constantemente a la población que la medicina no es una ciencia exacta. Junto con la introducción de Internet, estas circunstancias permiten a las familias, cada vez más, mejorar la información sobre cualquier problema médico.

Para los que trabajamos en la medicina, Internet ha supuesto, justificadamente, la mejor herramienta incorporada en la última década. El empleo de la telemedicina en Internet ya ha empezado a cambiar nuestro planteamiento del diagnóstico y tratamiento, y este proceso acaba de nacer. Todos estos avances pueden permitir al médico de la región más remota del mundo acceder de forma inmediata a información médica y a expertos situados a miles de kilómetros de distancia. Estos cambios mejoran la atención sanitaria de forma muy positiva, elevando el listón.

Sin embargo, el cuadro no es perfecto y cualquiera que utiliza Internet con frecuencia tambien sabe que se plantea la inseguridad de una información incompleta o engañosa. Por ejemplo, un popular sistema de búsqueda en Internet genera más de 30.000 referencias sobre la dificultad respiratoria en un recién nacido. Una revisión de alguna de estas páginas revela que hay una gran cantidad de afirmaciones superficiales o incorrectas, que pueden provocar aún más confusión a los padres, quienes afortunadamente, y con frecuencia, vencen con su sensatez la supuesta desinformación y consultan sus preocupaciones con el médico de confianza.

Ante todo, los padres desean el mejor tratamiento para el cuadro clínico de su hijo y el médico debe ofrecer este nivel de atención. En muchos casos, puede ser de gran utilidad dirigir a las familias a páginas web de calidad comprobada.

En un futuro próximo, puede resultar tranquilizadora, especialmente para los padres que lo soliciten, la recomendación de buscar en Internet las credenciales del médico.

Finalmente, Internet está aquí y es una realidad de la vida médica. Por tanto, parece esencial que cada uno de nosotros desarrolle un estilo que evite los problemas que sucita Internet y convierta este recurso increible en algo ventajoso. Si podemos conseguirlo, reforzaremos la actitud de los padres y estableceremos una base sólida para futuros lazos de confianza. Tomado de A.R. Spitzer, MD. Pediatrics (Ed esp) 2004;58(3):183-5

Ante todo, no perjudicar.

Ante todo, no perjudicar es uno de los principios básicos de la práctica médica moderna. Nació del conocimiento de que el médico está obligado a demostrar que el beneficio de cualquier actuación supere al riesgo, y que la práctica sea realmente beneficiosa para el paciente.

La meticulosa investigación y el análisis científico son, en la actualidad, los medios con los que el médico debe determinar, con la mayor certeza posible, cuál es la situación de una práctica específica, entre la distancia que separa el beneficio del riesgo. Esta actuación es el concepto fundamental de la medicina basada en la evidencia. Todo nuevo enfoque de la asistencia tiene que estar sometido a una revisión crítica por compañeros, en publicaciones médicas, cursos y a la cabecera del paciente. Los fármacos y los métodos dignos de aprobación tienen que soportar el estudio científico y superar los ensayos controlados.

En definitiva, además de los conocimientos y la propia experiencia personal, sin esta investigación basada en la evidencia no puede haber avances en la práctica médica, sino sencillamente las opiniones de una persona frente a otra. El caos resultante sería como volver al inicio de la historia de la medicina.

Por último, un ejemplo: los partos bajo el agua no se han sometido a esta investigación y, por tanto, no pueden ser considerados como una norma de asistencia aceptable mientras no se realice una valoración rigurosa. Es decir, los partidarios del parto en el agua forman parte de una cultura que cree en lo que desea e ignora los hechos a la vista o desconoce lo que pueda lesionar a los pacientes. Tomado de K. Schroeter, DO. Pediatrics (Ed esp) 2004;58(3):141-4

Partos en el agua: ¿son beneficiosos y seguros?

Desde que existe la humanidad, las mujeres han dado a luz en tierra. Sin embargo, desde hace 25 años se ha popularizado, en determinadas partes del mundo, el parto en el agua, pese a la escasez de datos que demuestren sus beneficios y su seguridad. Aunque es un procedimiento defendido principalmente como un medio para disminuir las molestias maternas, no se ha demostrado que haya beneficios para el alivio del dolor o la duración del trabajo de parto. Sin embargo, los recién nacidos en el agua pueden necesitar oxígeno o ventilación con más frecuencia que los nacidos fuera del agua.
En resumen, no se ha determinado la seguridad y eficacia para el recién nacido del parto en el agua ni existe evidencia convincente de beneficio, y sí cierta preocupación por un daño grave. Por tanto, el parto en el agua se considera un procedimiento experimental que no debe realizarse fuera de un ensayo controlado, adecuadamente diseñado y con el consentimiento informado de los padres. Tomado de D.G. Batton, MD. Pediatrics (Ed esp). 2005;59(5):271-2

Celiaquía y biopsia intestinal.

La enfermedad celíaca es la causa más frecuente de malabsorción intestinal en occidente. Los hallazgos clínicos más típicos son: bajo peso, talla corta, disminución del apetito, distensión abdominal, diarrea y dolor abdominal. Sin embargo, muchos pacientes con alergia al gluten tienen síntomas y signos leves, o incluso nulos, y viven sin saberlo. En otros casos, el hallazgo casual de hierro bajo en sangre o, con el paso de los años, pubertad tardía, esterilidad o infertilidad puede permitir descubrirla.

El criterio de referencia para el diagnóstico de celiaquía es una biopsia adecuada del intestino delgado. Desde que se identificó la transglutaminasa (TGT) como el autoanticuerpo de la enfermedad celíaca y se observó que servía para predecirla, se han desarrollado estudios para mejorar esta prueba y para poder identificar al mayor número de potenciales pacientes.
Es comprensible que los padres que tienen un hijo al que se le detecta una prueba TGT positiva, y que mejore al iniciar una dieta sin gluten, se muestren reacios a que sea sometido a más investigaciones. En caso de no realizarlas, con respecto a la posibilidad de un diagnóstico erróneo, y dado que la dieta es nutricionalmente adecuada e inofensiva, siempre existe la opción, si no hay mejoría, de que los padres o el paciente puedan volver a introducir el gluten y permitir una nueva valoración, si así lo desean, con biopsias incluidas.
De esta forma, los gastos de investigación y diagnóstico podrían disminuir casi en un 30% y, ante todo, el niño no sufriría retrasos en la instrucción y puesta en práctica de una dieta sin gluten.

En conclusión, se sugiere que los pacientes con títulos elevados de anticuerpos IgA antitransglutaminasa tisular (TGT) son positivos para la enfermedad celíaca y que la biopsia del intestino delgado no es necesaria en estos casos para realizar el diagnóstico. Debe ensayarse una dieta sin gluten y, si los síntomas no mejoran, proceder a la biopsia para confirmar el diagnóstico. Tomado de Collin C. Barker, MD. Pediatrics (Ed esp). 2005;59(5):291-6.