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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

martes, 31 de julio de 2012

Salud mental infantil. Los imprecisos límites de la normalidad.

La salud mental no es sólamente un concepto utilizado para evitar nombrar las enfermedades psiquiátricas sino que es tambien un derecho de cada ser humano y, en nuestro caso, del niño y del adolescente, a vivir en un equilibrio psicológico y emocional que, aún siendo inestable, porque vivir lo es, no acarree más sufrimiento que el esfuerzo necesario para mantener ese equilibrio o para lograr otro más adecuado a nuevas situaciones o circunstancias que se presenten en la vida. Y este derecho tiene que ver, además, con la educación, la cultura, las creencias y las modas; en definitiva con el estar aquí y ahora siendo quienes somos.

Ultimamente se observa un mayor interés por parte del médico en realizar diagnósticos tempranos con el firme propósito de detectar y prevenir posibles trastornos y actuar en consecuencia, antes de que sea demasiado tarde.

Sin embargo, cuando los médicos no estén perfectamente familiarizados con aquellas variaciones de la normalidad que no llegan al terreno de la enfermedad, se puede caer en el extremo opuesto y etiquetar, por ejemplo, a un niño de "autista" o de "hiperactivo", generando aún más ansiedad en los padres y el consiguiente perjuicio para un niño normal.

Aunque nunca seremos capaces de trazar una línea entre lo que es normal y lo que no es normal, la base de la pediatría debería ser el reconocimiento detallado de la normalidad. Y esta normalidad debería aprenderse antes de estudiar las enfermedades.

Estas frases pertenecen a un libro clásico de la pediatría ("El niño normal: los problemas de los primeros años de la vida y su tratamiento" del Prof. R.S. Illingworth. 7ª edición. México DF. Editorial El Manual Moderno, S.A. de C.V.; 1982) y siguen siendo motivo actual de reflexión cuando debemos establecer la difícil linea divisoria entre aquello que se considera normal y lo que se sale de sus límites.

Siempre será mucho más fácil obtener documentación sobre una enfermedad rara que un catálogo para aclarar nuestras dudas sobre lo que es normal y sobre las variaciones de la normalidad.

Propongo dos referencias en la definición de la normalidad:

- La primera se remonta a mayo de 1986, en Barcelona, cuando en un simposio que, organizado por la Sección de Psiquiatría de la Asociación Española de Pediatría, mientras se discutía sobre el concepto de "niño normal", y ya casi al final de la sesión, nos sacó del atolladero el experto profesor Antoni Oriol Aguilera: "Niño normal es aquel que es capaz de jugar a diferentes profesiones o roles (a maestros y alumnos, a padres e hijos, ...) y es capaz de 'creer' en el personaje. Niño normal es aquel que es capaz de transformar su entorno de acuerdo con el juego que realiza (su cama puede convertirse en un barco pirata, por ejemplo). Niño normal es aquel que es capaz de emocionarse con la misma intensidad ante un relato concreto, por más veces que se lo cuenten.

 - La segunda se debe a una sencilla frase del Nobel en Literatura, José Saramago: "Un problema es problema cuando causa problemas".

La primera me permite juzgar la normalidad de todo niño que, simplemente, tiene ganas de jugar, y posee la capacidad para imitar y entender el juego imaginativo y simbólico, como elemento de protección ante el riesgo. Y la segunda me propone una reflexión profunda antes de apuntar un diagnóstico y un tratamiento.

Adaptado del Dr. Josep Cornellá i Canals. Paidopsiquiatra. Centre Mèdic i psicopedagògic VERTEX, Girona. 35º Curso de Pediatría. Barcelona, 29, 30 y 31 de Mayo, 2008. Grupo de Investigación y Docencia en Pediatría Extrahospitalaria GRINDOPE.