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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

jueves, 13 de septiembre de 2007

"Nuestro hijo come poco": ¿cómo mejorar su apetito?

El rechazo de alimentos es la tercera causa más frecuente de consulta en pediatría. Los padres angustiados acuden porque creen que su hijo no come lo suficiente, nunca tiene hambre, tarda mucho en comer y sólo come cuando se le insiste.

A continuación se exponen criterios generales de orientación que podrán servir de ayuda, aunque no necesariamente se ajusten a cada caso en particular:

- A pesar de que un niño tenga un crecimiento normal, su nivel de energía sea bueno y, por lo demás, esté sano, es probable que, entre 1 y 5 años de edad, sólo aumente 2 kg. por año y que, a veces, no aumente de peso durante 3 o 4 meses. Como está creciendo menos rápidamente, necesita menos calorías y al parecer tiene menos apetito (esto se llama "anorexia fisiológica"). Es decir, los niños comen la cantidad suficiente para cubrir sus necesidades de crecimiento y energía. Esta cantidad es controlada por el centro del apetito localizado en su cerebro. Por esta razón, dejen que su hijo decida cuánto va a comer y confíen en el autocontrol del apetito de su hijo.

- Muchos padres tratan de obligar a su hijo a comer más de lo que necesita, porque temen que la falta de apetito pueda afectarle a su salud o causar alguna deficiencia nutricional. Sin embargo, la alimentación forzada es contraproducente porque convierte la comida en una actividad desagradable que provoca rechazo y, por tanto, disminuye aún más el apetito.

- Una de las causas más frecuentes de la falta de apetito de muchos niños es que comen con tanta frecuencia que cuando llega la hora de la comida no tienen realmente hambre.

- Si su hijo tiene sed entre una comida y la siguiente, ofrézcanle sólo agua. Limiten al máximo la cantidad de zumos y permitan que el niño omita una o dos comidas si quiere hacerlo, pues no le hará ningún daño. Comprobarán como su apetito volverá.

- Comiencen a ofrecerle alimentos que pueda comer con las manos, desde los 8 meses de edad. Así permitirán que su hijo se alimente solo, al menos parte del tiempo, hasta que pueda utilizar la cuchara.

- No alimenten a su hijo si él puede hacerlo por sí solo. La tendencia más común de los padres de un niño con poco apetito es tomar la cuchara, llenarla de comida, sonreir y tratar de convencer al niño para que coma. Una vez que su hijo está en la edad de poder usar la cuchara por sí solo (aproximadamente a los 15 meses de edad), no deben volver nunca a darle de comer. Si tiene hambre, comerá por sí mismo.

- Limiten la cantidad de leche a menos de medio litro al día. La leche contiene tantas calorías como los alimentos sólidos y tomar demasiada leche sacia a los niños y disminuye su apetito.

-Sírvanle porciones pequeñas de alimento en un plato grande (más pequeñas de las que crean que su hijo puede comer). De este modo es más probable que se lo coma todo y se sienta así orgulloso de sí mismo. Si les parece que quiere más, esperen a que lo pida.

- No insistan para que vacíe el biberón o deje el plato limpio, ni prolonguen la duración de la comida para que termine. Esto sólo hará que su hijo establezca asociaciones desagradables con la hora de la comida.

- Eviten servirle alimentos que decididamente no le gustan (por ejemplo, algunas verduras o frutas).

- Hagan que las horas de las comidas sean agradables. Eviten críticas o discusiones.

- Intenten no hablar en su presencia de lo poco que come, ni lo elogien si, en alguna ocasión, comiera mucho. Los niños deben comer para su propia satisfacción, más que para la de los padres.

Adaptado de B.D. Schmitt, MD. Your Child's Health.