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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 30 de diciembre de 2012

Claves para lograr el éxito y bienestar de nuestros hijos

Ya hay investigaciones que demuestran que el éxito de una persona en la vida no se debe tanto a sus capacidades intelectuales como a sus aptitudes emocionales. Así lo refleja un estudio de The Consortium for Research on Emotional Intelligence in Organizations que atribuye el éxito de un individuo a sus capacidades intelectuales en un 23% y a sus aptitudes emocionales en un 77%. Sea así, o no, lo cierto es
que existe una tendencia que defiende que educar a nuestros hijos en las emociones conlleva muchos beneficios en su bienestar a largo plazo y en su salud, y les ofrece además grandes ventajas en su desarrollo personal, académico y profesional. Y eso se hace desde la más tierna infancia.

Saber reconocer lo que sentimos, expresarlo y poder cambiarlo es clave para comprender a los demás y a nosotros mismos. Los expertos conocedores de este asunto defienden que ayuda a resolver conflictos, reduce los niveles de estrés y depresión, aumenta la capacidad de empatía y se encaja mejor la frustración cuando las cosas no salen como deseamos. Cargarse de emociones positivas mejora el sistema inmune y ayuda a prevenir enfermedades. Las emociones positivas disminuyen el dolor, reducen la presión sanguínea y disminuyen los niveles de adrenalina asociados a la ansiedad. Por el contrario, las emociones negativas pueden contribuir a reducir las defensas del sistema inmunitario y juegan un papel importante en el desarrollo de ciertas enfermedades.

Por todos estos motivos resulta de una infinita utilidad el estudio "¿Cómo educar las emociones?" (gratuito), realizado por el Observatorio FAROS Sant Joan de Déu y coordinado por el catedrático de la Universidad de Barcelona Prof. Rafael Bisquerra junto con la Fundación Eduardo Punset. A lo largo de 132 páginas, una  serie de expertos nos introduce en el maravilloso mundo del sentir, con consejos para entender el por qué y para saber gestionar nuestras emociones.

Todo comienza en la familia, empezando por los padres que deben enseñar luego a sus hijos. Y después continúa en la escuela. Al final, se trata de lograr cinco destrezas imprescindibles en nuestros tiempos: desarrollar la consciencia emocional, saber controlar las emociones, tener consciencia social y empatía, desarrollar habilidades sociales y de relación con los demás, y tener facilidad para tomar decisiones y resolver conflictos.

He aquí algunas claves que ofrece uno de los expertos. En este caso, la profesora Esther García Navarro, coordinadora y docente del Máster en Educación Emocional y Bienestar y del Máster en Inteligencia Emocional en las Organizaciones, de la Facultad de Psicología de la Universidad de Barcelona, explica cómo empezar a educar a nuestros hijos en las emociones con prácticas y hábitos muy sencillos:

-Dibujar con los niños caras que expresen diferentes emociones: tristeza, enfado, rabia ... Y colgar esos dibujos en la pared de la casa para trabajar con el pequeño la emoción que está sintiendo.
-Un buen ejercicio es que padres e hijos imiten emociones situándose frente a un espejo. Así observan cómo cambian los gestos faciales según la emoción de que se trate.
-En caso de una enfermedad de larga duración, es muy importante que los niños sepan qué están sintiendo. De esta forma, pueden aprender a cambiar sus emociones para sentirse mejor.
-Cuando tiene lugar un suceso importante para ellos, los padres tienen que ayudarles a conectar con lo que sienten y a detectar por qué se ha producido ese sentimiento.
-Con los adolescentes se puede trabajar en un diario emocional. Hay que animarles a ello, sobre todo cuando han vivido alguna situación positiva o negativa. Pueden anotar: cómo se sienten, por qué, si creen que es necesario cambiar esa emoción y qué pueden hacer para cambiarla.

Tomado de M. J. Pérez-Barco. Madrid. ABC.es