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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

domingo, 30 de junio de 2013

Carta de un padre a sus hijos

Queridos niños:

Este año, como todos, vamos a pasar las fiestas en Lima, con los abuelos. Lima está linda. La gente allí se ve optimista y nuestros amigos están contentos en general. Qué diferente a España, que está de mal humor, en crisis, con recortes sociales.

Antes de que vosotros nacierais, era todo lo contrario.
Yo vivía con vuestros abuelos en el Perú, pero me vine a España para tratar de buscar trabajo en lo mío. Muchos de mis amigos también emigraron. Allí siempre había crisis: yo pasé inflación, terrorismo, recesión, dictadura ... Siempre algo estaba mal. Era normal irse.

Ahora, cuando vayamos a Lima, veremos a mis amigos. Muchos tienen hijos de vuestra edad. A vosotros os sorprenderá ver que esos niños tienen niñeras, unas chicas con uniforme que los cuidan incluso los fines de semana. Mis amigos no se criaron con niñeras. Es que allí la economía ha crecido mucho en veinte años, y ahora les va muy bien. A nosotros en España nos va bien, supongo, pero no podemos pagar algo así. Aquí, ahora mismo, un profesional con estudios gana menos que en el Perú. En cambio, las niñeras ganan muchísimo más.

Eso me gusta. Incluso en crisis, en España hay menos diferencias sociales que allá, y eso, chicos, mejora la vida de todos. Por ejemplo, podemos ir caminando a todas partes. Las ciudades españolas son más pequeñas y seguras que cualquier capital latinoamericana. Y aunque no tengamos dinero, tenéis derecho a una educación y salud decorosas, al menos hasta el momento. Pero los sentimientos no dependen de cómo les vaya a los otros. Los españoles están enfadados porque tienen menos de lo que esperaban. Los latinoamericanos están optimistas porque tienen más (incluso las niñeras, que antes ganaban menos que ahora).

Si vosotros fuerais un poco mayores, niños, digamos unos sesenta años, apreciaríais la ironía de la situación. Los presidentes de esta América Latina "rica" con grandes cifras de crecimiento son una galería de subversivos: un golpista militar, otro que no dio un golpe pero casi, una guerrillera, un líder tupamaro. En cambio, en España el presidente es un señor de derechas de toda la vida, pero ha nacionalizado un banco, ha subido los impuestos y no consigue crear empleo. Creédme, chicos, lo nunca visto.

La lección de todo esto es: si vosotros creéis que algún proyecto cambiará el mundo, defendedlo. Siempre hacen falta buenas ideas. Pero nunca penséis por imposición. Escuchad con atención a los demás. Analizad con frialdad lo que ocurre a vuestro alrededor. El mundo de vuestros abuelos era más fácil: estabas de un lado o de otro, eras de derechas o de izquierdas. Sabías quiénes eran los buenos y quiénes los malos. El mundo que os va a tocar es complicado, y todas las verdades pueden volverse mentiras en cinco años ... o en cinco minutos.

Vosotros tenéis suerte: podréis escoger de dónde queréis ser. Ya sois peruanos y españoles a la vez. Y si os da por ahi, hasta podréis decidir que sois catalanes y que no queréis ser españoles. Yo respetaré lo que sintáis. Pero tened algo en cuenta: uno sabe de dónde viene pero nunca sabe dónde va a terminar. Crisis como las de Europa ya habían ocurrido en Perú en los años ochenta, en Méjico en los 90 o en Argentina hace diez años. Al parecer, esto se está convirtiendo en una lotería global. Así que seréis de donde queráis, pero tened siempre la maleta lista para "huir".

¿Os parece triste? A mí no. Al contrario. El sentido de la vida no es algo que tengáis que defender. Es algo que tendréis que buscar. Lo digo por experiencia: lo más maravilloso de mi vida, que sois vosotros, estaba a 10,000 Km del lugar donde nací. Y soy feliz por haberlo encontrado.

Adaptado de Santiago Roncagliolo. "Carta de fin de año a mis hijos". Columnistas. LaRepublica.pe