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"Solo dos legados duraderos podemos aspirar a dejar a nuestros hijos: uno, raíces; otro, alas" (Hodding Carter)

sábado, 24 de mayo de 2008

¿"Dolores de crecimiento"?

Los llamados dolores de crecimiento suelen ser dolores intermitentes y no articulares, en una o ambas piernas, que aparecen por la noche, en niños de 3 a 12 años de edad.

No está clara la causa de este tipo de dolores, y aunque se ha sugerido que pueden deberse a factores psicológicos o emocionales, no se han hallado pruebas convincentes de ello. Sin embargo, sí se sabe que los brotes de crecimiento no influyen en su aparición, y se han propuesto como posibles causas la adopción de una mala postura y la asociación con el síndrome de las piernas inquietas (uso excesivo de las extremidades inferiores) y la fatiga muscular.

En estos dolores no se observan signos de infección o traumatismo local, y los resultados del examen físico, las pruebas de laboratorio y las radiografías están dentro de la normalidad. El diagnóstico de estos dolores, por tanto, se realiza por exclusión. Es evidente tambien que si no existen signos físicos, cojera o falta de movilidad no hay por qué realizar pruebas de laboratorio o radiografías.

Cabe tener presente que es improbable que un niño que presenta dolores de crecimiento padezca una enfermedad grave. Además, hay que asegurar a sus padres que estos dolores son benignos y autolimitados, y que el niño no tiene por qué someterse a exploraciones complejas.

En cuanto al tratamiento, a pesar de haberse recomendado administrar paracetamol, su eficacia no se ha comprobado. El único estudio hasta la fecha que ha valorado un tratamiento fué un ensayo que incluyó niños con dolores de crecimiento que recibieron bien un programa de fortalecimiento muscular durante 18 meses (primer grupo) o bien otros tratamientos habituales (segundo grupo o grupo control). Se observó una mejoría más rápida en los niños del primer grupo que en los del grupo control. Si bien estos resultados respaldan la teoría de que este tipo de dolores se asocian con un espasmo muscular por cansancio o fatiga, el inconveniente es que el tamaño de la muestra (ambos grupos) era pequeño y el ensayo, aunque al azar, no fué ciego. Asímismo, los resultados pudieron verse influidos por el hecho de que los padres de los niños sometidos al programa de ejercicios dedicaron más tiempo y atención a ayudar a sus hijos.

Los autores proponen que dado que se trata de un trastorno habitual que no progresa a una enfermedad orgánica grave y suele resolverse con el tiempo, debería llamarse "dolor recurrente de las piernas en la infancia". Tomado de Goodyear-Smith, F. BMJ 2006; 333(7566): 456-457.

sábado, 17 de mayo de 2008

Vehículos motorizados para niños: sus riesgos.

En la revista Pediatrics se ha publicado una reflexión sobre el riesgo que conlleva la conducción de niños de vehículos con motor.

A pesar de haber quedado demostrado el peligro durante décadas, las autoridades responsables se muestran lentas para regular los límites de edad, las medidas de seguridad (cascos, etc.) y las licencias de conducción.

Los fabricantes están volviendo a producir, además de pequeñas motocicletas, vehículos todoterreno de cuatro y tres ruedas para niños. Las motos de nieve y embarcaciones se fabrican ahora en "tamaño infantil" y se comercializan para grupos de edad cada vez menores.

El número de niños que sufren lesiones de todo tipo por montar en estos vehículos es sorprendente. Por tanto, uno debería preguntarse por qué los padres permiten que sus hijos suban a estas máquinas.

Finalmente, la Academia Americana de Pediatría se ha mostrado en contra de la conducción de estos vehículos por parte de niños menores de 16 años de edad. Tomado de Vane, D.W. Pediatrics 2005; 15(4): 1087.

domingo, 11 de mayo de 2008

Alergias en niños: recomendaciones para su prevención.

El British Medical Journal ha publicado en uno de sus números recientes las recomendaciones que se deben dar a la madre embarazada para prevenir la aparición de alergias en su bebé.

Antes del embarazo, no se puede recomendar, por falta de datos en la actualidad, que una dieta especial disminuya el riesgo de que el futuro hijo desarrolle trastornos alérgicos; con independencia del riesgo hereditario que pueda existir en la familia.

Durante el embarazo, la madre debe tomar pescado (ácidos grasos poliinsaturados omega-3) desde las 20 semanas de gestación hasta el parto y suplementos alimentarios con probióticos (lactobacilos y bifidobacterias) durante las últimas cuatro semanas de gestación y durante el período de lactancia, dado que así reducirá el riesgo del lactante de desarrollar trastornos alérgicos.

Además, se recomienda evitar los cacahuetes durante el embarazo y la lactancia para reducir el riesgo de alergia a estos alimentos en los niños de familias de alto riesgo. Igualmente, los niños de alto riesgo no deberían consumir cacahuetes o sus derivados hasta cumplidos los 3 años de edad.

Tambien es necesario informar que exponer al lactante a una gran cantidad de humo de tabaco se asocia a un mayor riesgo de desarrollar asma en la infancia. Sin embargo, no se ha demostrado aún que evitar, durante el embarazo, los alergenos ambientales (ácaros del polvo, pelos de perro o gato,...) sea una buena estrategia de prevención.

En cuanto a la lactancia, los investigadores de este estudio señalan la necesidad de dar lactancia materna sólo hasta los 4 a 6 meses de edad. Si la madre no puede tener leche suficiente, son recomendables las fórmulas infantiles parcialmente hidrolizadas, puesto que las completamente hidrolizadas tienen un sabor que hace difícil su administración. Por otra parte, todavía no se ha demostrado que las fórmulas con soja reduzcan el riesgo de alergia.

Finalmente, se debe explicar a los padres que la inmunización con las vacunas habituales no aumenta el riesgo de que los lactantes desarrollen trastornos alérgicos y que son seguras en aquellos niños con alergias alimentarias, eccema o asma. Tomado de Anandan, C. y cols. BMJ 2006; 333(7566): 485.

martes, 6 de mayo de 2008

Transmisión de enfermedades en el hogar.

Un grupo de investigadores de Boston ha revisado 1545 casos de infecciones respiratorias y 360 casos de infecciones gastrointestinales en 208 familias con hijos de edad pediátrica, para determinar la frecuencia de transmisión de estas enfermedades entre los miembros de cada familia y la forma más eficiente para disminuirla.

Anteriormente, se había puesto de manifiesto que lavarse las manos con jabón de manos con alcohol prevenía la transmisión de infecciones en el seno familiar. En este estudio, tan sólo el 22% de los participantes refirió usar este tipo de jabones siempre, la mayoría de las veces o a veces y, únicamente, el 33% comunicó que siempre se lavaba las manos después de sonarse o limpiarse la nariz.

Los autores han llegado a la conclusión de que las infecciones se transmiten con frecuencia entre familiares de niños en edad pediátrica y que el uso de jabón de manos con alcohol reduce considerablemente la transmisión de infecciones respiratorias y gastrointestinales en el hogar. Adaptado de Lee, G.M. y cols. Pediatrics 2005; 115(4): 852-860.

lunes, 28 de abril de 2008

Adicción a la nicotina: escuchemos a los niños.

Puesto que los fumadores fallecen como promedio diez años antes que los no fumadores, es importante que se conozcan los riesgos relacionados con el inicio precoz del tabaquismo.

Hasta finales del siglo pasado se suponía que cualquier persona tenía que fumar, como mínimo, cinco veces al día para experimentar síntomas de abstinencia. Y como, característicamente, los nuevos fumadores tardan entre 2 y 3 años en fumar cinco cigarrillos al día, se consideraba que el inicio de la dependencia era un proceso lento, prolongado y mantenido con regularidad.

Por esta razón, resultó fascinante cuando uno de nuestros pacientes pediátricos adolescentes se ofreció voluntario para narrar su historia de fracasos en los diversos intentos para dejar de fumar, al cabo de unas semanas de haber probado su primer cigarrillo.

Entre los jóvenes que desarrollan dependencia, el 10% refiere síntomas después de tan sólo el primer cigarrillo, y el 25% al cabo de dos semanas. A través de 20.000 entrevistas individuales con adolescentes y encuestas a partir de 100.000 jóvenes, hemos documentado cómo se desarrolla la dependencia y los experimentos en animales confirman que, en el cerebro, la nicotina induce adaptaciones de larga duración desde la primera dosis.

Aunque debemos seguir teniendo en cuenta las limitaciones de los datos aportados por adolescentes, tambien debemos averiguar cuándo dicen la verdad; pues, en la actualidad, se sabe ya que la dependencia se desarrolla durante la infancia o la adolescencia.

En conclusión, a través de la amable cooperación de cientos de miles de niños que se ofrecieron voluntariamente como individuos de la investigación, hoy día, disponemos de una comprensión básica de cómo y cuándo se inicia la dependencia de la nicotina. Puesto que el 80% de los fumadores se inician en el hábito del tabaco antes de los 18 años de edad, debemos aprovechar esta nueva información y traducirla en programas de prevención más eficaces. Adaptado de J.R. DiFranza, MD y J.B. Richmond, MD. Pediatrics (Ed esp). 2008;65(3):116-7.

domingo, 27 de abril de 2008

Las alergias en los niños: ¿qué deben saber los padres?

En los niños de los países de la Unión Europea, las alergias son las enfermedades más frecuentes después de las infecciones respiratorias. Son reacciones inmunitarias adversas del organismo a sustancias normalmente inofensivas para las personas no alérgicas. Hoy en día, afectan a más de un niño de cada cuatro.

Los síntomas más frecuentes de las alergias son: congestión nasal, moqueo, picor nasal y ocular (cuando se trata de rinoconjuntivitis alérgica primaveral). En caso de asma: "pitos" (sibilancias) y opresión con dificultad al respirar. En el eccema o dermatitis atópica: erupciones de la piel y picor. Puede haber tambien síntomas que afecten a los labios, la boca y la faringe.

No todos los niños con síntomas alérgicos deben someterse a pruebas de alergia, pero sí son necesarias cuando los síntomas presuntamente alérgicos persisten o aparecen de forma periódica y son intensos.

Como no siempre es posible evitar el contacto con el alérgeno (sustancia a la que es alérgica una persona: pólenes, ácaros del polvo doméstico, proteinas de alimentos, pelo de animales, etc.), sobre todo los procedentes de plantas, en caso de una alergia a una especie en particular, reducir la exposición mejorará notablemente la salud de su hijo.

Está muy difundida la idea errónea de que no se pueden realizar pruebas de alergia a lactantes o niños pequeños. En realidad, no hay edad mínima. La limitación reside más en saber si las pruebas pueden aportar la información que, en ese momento, se necesita. Existen distintas pruebas diagnósticas para la alergia. La más adecuada es aquella que le indique el médico que mejor conozca a su hijo.

En general, sólo se necesita utilizar un pequeño número de alergenos para hacerse una idea muy aproximada de la verdadera magnitud de la alergia responsable de los síntomas que presenta el niño. Esto se debe a que muchos alergenos de una misma especie están biológicamente vinculados. Por ejemplo, si su hijo ha tenido una reacción durante la estación de polinización de las gramíneas, basta hacer la prueba con una sola especie de gramínea.

Por último, los conocimientos que los padres pueden adquirir son uno de los medios más eficaces para ayudar a su hijo con problemas alérgicos. Es decir, más información significa que podrán ayudar a evitar que la enfermedad evolucione hacia formas más graves o crónicas. Y en todo caso: ¡con un poco de suerte, la alergia de su hijo desaparecerá al crecer! Adaptado del Boletín conjunto de la Oficina de Bruselas de la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI) y la Federación Europea de Asociaciones de Pacientes de Alergia y Enfermedades Respiratorias (EFA). www.efanet.org

domingo, 6 de abril de 2008

Víctimas y matones. "Bullying".

El profesor de universidad, Paulino Castells, trata en este libro el drama de la violencia en las capas jóvenes de la población, violencia que puede desarrollarse dentro de la familia, de la escuela o del barrio.

En el primer capítulo, el autor revisa las semillas de la violencia, el maltrato infantil, el abuso sexual infantil y las distintas estrategias para afrontar la violencia.

En el segundo capítulo estudia el origen de los niños tiranos y da consejos a los padres para prevenir y, si es necesario, reconvertir la tiranía del hijo.

En el tercer capítulo trata el tema del acoso escolar ("bullying"), con propuestas para el maestro y consejos para los padres del matón y para los padres de la víctima. Tambien proporciona normas preventivas de este fenómeno para los adolescentes.

En el cuarto capítulo traza el perfil del niño y del adolescente con alto riesgo de convertirse en delincuente y de formar parte de una banda delictiva. Asímismo, analiza la violencia en los estadios deportivos y considera los procedimientos de prevención y tratamiento de la violencia en niños y jóvenes.

En conclusión, con unas bases científicas de gran calidad, con una exposición sencilla y amena, con su filosofía de una nueva sociedad en la que no tengan cabida los "verdugos" y los "matones, el autor realiza una excelente puesta al día de este asunto tan interesante y, por tanto, los pediatras pueden tambien aconsejar la lectura de este libro a los padres y maestros con una finalidad preventiva. Ediciones CEAC S.A. (Barcelona 2007). Autor de la crítica: Dr. F. Prandi, Director de TTM-Pediatría, Prous Science, Barcelona.

sábado, 29 de marzo de 2008

Radiaciones de teléfonos móviles: ¿son dañinas?

Dada la abundancia de los teléfonos móviles en todo el mundo (más de mil millones), un investigador del Departamento de Neurociencias y Salud Mental del Imperial College de Londres ha publicado un artículo sobre el efecto de estos aparatos en el cerebro. Puesto que la tecnología GSM mediante la que funcionan los móviles sólo lleva disponible diez años, se ignora si éste sería un período suficiente como para haber identificado su efecto en el desarrollo de una patología cerebral. De momento, los datos disponibles sugieren que el riesgo de desarrollar este tipo de patología es muy pequeño.

En otro estudio, en personas sensibles a los campos electromagnéticos, realizado por Rubin y sus colaboradores, no se ha podido demostrar que los síntomas de los pacientes se asociaran a la radiación del teléfono móvil.

Por su parte, las autoridades sanitarias holandesas han llegado a afirmar que no hay razón para recomendar que se limite el uso de teléfonos móviles, ni siquiera en la población infantil.

Sin embargo, en la otra cara de la moneda, en países como el Reino Unido, el Grupo Independiente de Expertos en Telefonía Móvil publicó, ya en el año 2000, un informe en el que se recomendaba llevar a cabo un programa de investigación y un uso cauteloso de los teléfonos móviles, especialmente en los niños. Adaptado de Maier, M. BMJ 2006; 332(7546): 864-865.

domingo, 23 de marzo de 2008

Obesidad infantil y falta de sueño.

En la actualidad, aparte de los factores genéticos y ambientales, el principal responsable de la elevada frecuencia de obesidad es el desequilibrio entre el consumo de calorías y el gasto de energía (ejercicio físico). Y en este desequilibrio pueden intervenir otros factores, como es el hecho de dormir poco.

La población infantil es un grupo de población que se considera más vulnerable a las consecuencias de la falta de sueño, ya que ésta puede alterar considerablemente los mecanismos hipotalámicos que regulan el apetito y el gasto de energía.

La breve duración del sueño provoca alteraciones hormonales que se asocian con un aumento del apetito y con la sensación de hambre.

En lo que constituye un círculo vicioso, la falta de sueño produce fatiga y una somnolencia excesiva durante el día. Y se plantea la posibilidad de que sea ese cansancio el que ocasione la reducción de la actividad física, lo cual es, a su vez, un factor que contribuye a la aparición de la obesidad.

La explicación del fenómeno de la falta de sueño en la población pediátrica reside en el cambio de los hábitos, ya que muchos niños y adolescentes se van a dormir más tarde debido a la televisión, los videojuegos, internet y los teléfonos móviles. Por ello, debe inculcarse a los padres la necesidad de establecer un horario fijo para que el niño se vaya a dormir y para despertarse cada día, crear un ambiente relajante en su habitación y asegurarse de que sólo se use la cama para dormir (no para leer, ver la televisión, escuchar música, ...), animar al niño a practicar ejercicio físico (si bien no en las horas antes de ir a dormir) y evitar las cenas copiosas antes de irse a la cama.

Además, algunas medidas que deben inculcarse en el caso de los adolescentes es, por supuesto, no ingerir nicotina, alcohol y drogas, evitar las bebidas con cafeina después del almuerzo, procurar no realizar actividades estimulantes antes de ir a dormir, evitar quedarse toda la noche despierto para estudiar y, el fin de semana, dormir un poco más, pero sin sobrepasar más de dos o tres horas la hora normal en que se levantan habitualmente.

El autor, de la Universidad de Bristol, concluye que es necesario adoptar medidas para prevenir la obesidad, las cuales deberían pasar por fomentar una dieta saludable, animar a realizar ejercicio físico e instaurar patrones de sueño adecuados. Con ello, además, se podrán obtener más beneficios para la salud y para el rendimiento intelectual. Adaptado de Taheri, S. Arch Dis Child 2006; 91(11): 881-884.

domingo, 16 de marzo de 2008

¿Vacunas "comestibles" en el futuro?

En el artículo "Una cucharada de antígeno", Alison Tonks, redactora adjunta de la prestigiosa revista científica British Medical Journal (BMJ), comenta las perspectivas futuras de las vacunaciones por vía oral. Desde hace quince años se está investigando para obtener una vacuna comestible.

En un principio se propuso la producción de frutas y verduras modificadas genéticamente para que contuvieran la vacuna. Charles Arnzten y su equipo desarrollaron patatas que producían proteínas inofensivas de virus de la hepatitis B, virus de Norwalk y Escherichia coli; y fueron los responsables de los primeros estudios en humanos, en los que se observó una respuesta inmunológica limitada.

En la actualidad se investiga el uso de plantas modificadas genéticamente para producir proteínas de antígeno que puedan ser incluidas en comprimidos o cápsulas para su comercialización. Se están estudiando vacunas del cólera, la peste, el carbunco, E. coli y virus de Norwalk.

Como inconvenientes están su elevado coste de desarrollo en la actualidad, la falta de una legislación adecuada referente a las condiciones de fabricación o una posible contaminación de la cadena alimentaria (aunque el uso de la planta del tabaco podría evitarla).

Estas vacunas orales ofrecen una serie de ventajas sobre las vacunas convencionales. No hay que inyectarlas, con lo que se facilita y abarata su uso, no duelen, evitan los riesgos asociados a las agujas y no requieren profesionales sanitarios especializados. Permiten vacunar a un gran número de niños y pueden almacenarse a temperatura ambiente.

Su mayor ventaja es que producen inmunidad en superficies mucosas, sobre todo en el intestino, lo que es muy importante frente a microorganismos como E. coli y Vibrio cholera. Las vacunas mucosas son clave en la defensa frente a microorganismos cuya vía de entrada es la mucosa, como el virus de la gripe y el de la inmunodeficiencia humana (VIH). Adaptado de Tonks, A. BMJ 2007; 335 (7612): 180-182.

domingo, 9 de marzo de 2008

Alergias alimentarias en los lactantes.

En la población general, aproximadamente un 20% cree ser alérgico a uno o más alimentos. En la población infantil, en concreto, las alergias alimentarias son dos o tres veces más frecuentes que en los adultos.

Los síntomas de la alergia a alimentos pueden afectar a varios órganos. Sin embargo, la principal manifestación sigue siendo la dermatitis atópica. Tambien es posible que aparecezca en forma de urticaria aguda. Asimismo, se pueden observar síntomas digestivos tales como náuseas, vómitos, diarrea y dolor abdominal. Puede ocasionar, incluso, edema labial, dificultad para tragar y picor en el paladar. Otra manifestación puede ser el asma. En el lactante, una reacción alérgica generalizada grave (anafilaxia) es poco habitual.

Aunque estos signos clínicos se producen al tomar el alimento, tambien pueden aparecer tras el contacto con éste o su inhalación.

Los principales alimentos causantes de alergia en el lactante son el huevo, los cacahuetes y la leche de vaca. Los siguientes tambien se establecen como responsables: fresas, kiwi, chocolate, mariscos, pescado azul, calamares, embutidos, nueces, avellanas y almendras. El 60% de los lactantes son alérgicos a un solo alimento y existen muy pocos casos de alergias alimentarias a varios alimentos a la vez.

La alergia se produce habitualmente en las dos horas posteriores a la toma del alimento, si bien su aparición puede llegar a retrasarse hasta las cuatro horas. El plazo es más difícil de precisar si existe dermatitis atópica, ya que las lesiones son permanentes y el eccema puede agravarse hasta 24 horas después del consumo del alimento.

En todo caso, el diagnóstico de la alergia debe basarse en un estudio sistemático en el que se incluye una prueba cutánea de punción (prick test).

Para algunos alimentos (leche, huevo, cacahuetes y pescado) se dispone de pruebas analíticas (IgE específicas), lo cual permite reducir las pruebas de provocación. En estas últimas se introduce el alimento a dosis crecientes (dependiendo de la historia clínica del paciente y del alimento en cuestión) cada veinte minutos mientras no se produzcan manifestaciones. El inconveniente es que deben llevarse a cabo en un centro hospitalario especializado, con una estrecha vigilancia médica, ya que pueden desencadenar una reacción alérgica generalizada. Adaptado de Bidat, E. Arch Pediatr 2006; 13(10): 1349-1353.



viernes, 7 de marzo de 2008

Malos tratos y abandono en la infancia.

El maltrato infantil es universal y tiene consecuencias físicas, psicológicas y sociales a corto y largo plazo. Incluye los malos tratos físicos y el abandono o la falta de cuidados. Suele deberse a la interacción de varios factores de riesgo que, en ocasiones, pueden llegar a detectarse en la consulta: depresión de uno de los padres, una discapacidad del niño, la violencia familiar o la ausencia de recursos económicos.

Asimismo, el médico debe estar alerta ante lesiones que sugieran malos tratos físicos, que pueden incluir golpes, zarandeos, quemaduras y mordeduras. La falta de cuidados es la forma más frecuente de maltrato infantil, pero en la mayoría de los casos no es intencionado.

Se considera abandono o falta de cuidados la omisión de atención a la salud, educación, supervisión, protección frente a peligros ambientales y satisfacción de las necesidades físicas como la alimentación o el vestido; pero tambien es abandono la falta de apoyo emocional.

El maltrato infantil ocurre en todos los países, culturas, razas, religiones y clases sociales. Es probable que los casos comunicados a las autoridades sean sólo la punta del iceberg.

El médico no sólo debería identificar y denunciar los malos tratos, sino que tambien debería intervenir en su tratamiento y prevención.

La prevención del maltrato infantil empieza en la consulta con la observación de las relaciones familiares y la detección de los factores de riesgo.

Además de los factores de riesgo intervienen tambien, afortunadamente, unos factores protectores: reconocimiento del problema por parte de los padres y búsqueda de ayuda, servicios de salud mental accesibles y apoyo de los abuelos. Adaptado de Dubowitz, H y cols. Lancet 2007; 369(9576: 1891-1899.

jueves, 28 de febrero de 2008

Mordeduras de perro en niños.

Las heridas provocadas por las mordeduras de perro pueden llegar a ser muy graves, afectan especialmente a la población infantil y suponen un problema a escala mundial.

Aunque generalmente se considera que los más peligrosos son los perros grandes y razas como el pastor alemán, el doberman, el Pit Bull, el Rottweiler y el Chow, en realidad todos los perros deberían considerarse peligrosos, ya que incluso algunos tan pequeños como los de la raza Jack Russell provocan mordeduras graves.

En caso de modedura de perro, y hasta recibir atención médica y/o quirúrgica, las primeras medidas que hay que adoptar son las siguientes: lavar la herida abundantemente con agua del grifo o con suero fisiológico, extrayendo de ella, si es posible, todo cuerpo extraño (dientes) y elevar e inmovilizar la extremidad dañada si la herida presenta inflamación.

La herida tiene más probabilidad de presentar infección si la mordedura se ha producido en las extremidades (sobre todo en las manos), si hace más de seis horas, si presenta tejido desvitalizado y si afecta a tendones, ligamentos y articulaciones.

Las infecciones derivadas de las mordeduras de perro suelen estar asociadas a bacterias de las especies Pasteurella y Bacteroides. Afortunadamente, sólo una de cada cinco mordeduras se infecta, ya que suele tratarse de heridas superficiales, fáciles de limpiar y, por tanto, presentan un bajo riesgo de infección, por lo que no requieren en general tratamiento antibiótico.

En cuanto a la prevención del tétanos, es evidente la necesidad de estar correctamente vacunados. Y en el caso de la rabia, es conveniente que los viajeros se vacunen contra esta enfermedad si van a viajar a países en los que es endémica.

En todo caso, en lo que respecta a la población pediátrica hay que prevenir las mordeduras enseñando a los niños a tratar a los perros con respeto y evitar el contacto visual con ellos. Además, deben aprender a no acercarse a un perro extraño, a no jugar con ningún perro a menos que les esté vigilando un adulto, a no gritar o correr delante de un perro, a no acariciarle antes de que les huela ni a molestar a un perro, especialmente mientras come, duerme o da de mamar a sus cachorros. Adaptado de Morgan, M. y cols. BMJ 2007; 334(7590): 413-417.

martes, 19 de febrero de 2008

Atención a los adolescentes.

Al considerarse que los adolescentes gozan de buena salud en general y que, por esta razón, rara vez acuden al médico, sus necesidades sanitarias, propias de este grupo de edad, se ven con frecuencia poco atendidas o sometidas al olvido.

Los adolescentes suelen tener buena disposición para contar sus problemas de salud a su médico de confianza, pero cuatro de cada diez afirman que les resulta difícil obtener una cita con él. Para ellos, lo más importante es que el médico sea accesible y que su relación con él sea confidencial.

Desde luego, es fundamental que exista una comunicación eficaz entre adolescente y médico. Ambos coinciden en que ésta puede ser sumamente problemática. Sin duda, se requiere una habilidad especial para establecer una relación útil con una personalidad sometida a rápidos cambios psicológicos y sociales, que tal vez no comparta la visión adulta de la sociedad.

Por consiguiente, hay algunas estrategias que debe aplicar el médico: dejar claro que se respetará su intimidad, tener paciencia, formular preguntas abiertas para obtener información, escuchar más que hablar, usar vocabulario comprensible para el adolescente y no juzgar sus valores y opiniones a menos que tengan un riesgo evidente para él.

Finalmente, se plantean en este estudio una serie de puntos básicos para mejorar la atención primaria al adolescente: formar al personal sanitario para que interactúe correctamente con él, informar sobre los servicios que se ofertan (por ejemplo, planificación familiar, depresión o drogas), implicar a los padres, apoyar a las adolescentes embarazadas y asesorar a los jóvenes sobre prevención de accidentes de circulación, enfermedades de transmisión sexual y uso racional de anticonceptivos. Adaptado de McPherson, A. BMJ 2005; 330: 465-467.

lunes, 18 de febrero de 2008

Los adolescentes y el teléfono móvil.

En el presente artículo, publicado en una revista italiana de pediatría, su autora muestra, a través de una encuesta, un original análisis de la influencia de los teléfonos móviles en la adolescencia.

El 40% de los adolescentes encuestados afirma que tener un móvil le da más independencia y, tambien, más responsabilidad. Además, olvidarse el móvil en casa produce ansiedad (28%), preocupación (16%) e inseguridad (13%), frente a la indiferencia que provoca en el 26% de los encuestados. Paralelamente, llevarlo consigo, pero sin dinero para recargar el saldo, genera nerviosismo (35%), fastidio (25%), tristeza (13%) y en un 20% indiferencia. Así pues, el móvil genera ansiedad, provocada por una fuerte dependencia y por la carga afectiva que tiene, la cual lo convierte en un objeto fetiche.

La mayor parte de los encuestados afirma que si se dan cuenta de que se han dejado el móvil en casa, no dudan en volver a buscarlo, aunque hayan llegado a su destino. Además, les resulta imposible dejar de controlar continuamente la pantalla del móvil para comprobar que esté encendido o tenga cobertura.

En lo que respecta a las relaciones sociales, el 44% de los estudiantes encuestados sostiene que su móvil le ha ayudado a tener más amigos. El 21% considera que ha permitido establecer una mayor comunicación con los padres, lo cual va en paralelo con un mayor control paterno.

Más de la mitad de los adolescentes cree que puede comunicar mejor sus emociones o resolver sus conflictos a través de los mensajes de texto (SMS), frente al 33% que prefiere conversar cara a cara y al 13% que elige la conversación por telefóno.

A la pregunta de si alguna vez habían tenido que renunciar a algo para cargar el saldo del móvil, el 38% respondió que a veces y el 11% que a menudo, frente a un 51% que nunca había renunciado a nada.

La autora concluye afirmando que el móvil puede ser considerado una "dependencia positiva" si se compara, por ejemplo, con el tabaco. En realidad, muchos jóvenes, y niños, no pueden permitirse en la actualidad gastar demasiado dinero para pagar la factura telefónica y el tabaco. En este caso, deciden gastárselo en el móvil. Adaptado de Varani, A. Occhio clinico Pediatria. 2005; IX(1): 24-25.

sábado, 16 de febrero de 2008

Anginas y antibióticos. Reconsideración.

En este estudio, realizado en los Países Bajos, se trató de valorar la eficacia de la penicilina administrada durante 3 o 7 días para resolver los síntomas de las anginas (inflamación de las amígdalas o de éstas y de la faringe), en niños de 4 a 15 años.

Participaron 156 niños con dolor de garganta que presentaban, al menos, 2 de los 4 criterios publicados para la amigdalitis estreptocócica (fiebre, ausencia de tos, dolor a la presión e inflamación de los ganglios cervicales anteriores, y presencia de pus amigdalar).

Se distribuyó a los pacientes al azar y a doble ciego con placebo, y se comprobó que el tratamiento con penicilina no fué más beneficioso que con placebo en lo que respecta al alivio y duración de los síntomas. Respecto a las complicaciones, hubo una en el grupo tratado durante 7 días con penicilina, dos en el grupo que recibió penicilina durante 3 días y ocho en el grupo placebo. Estos 11 niños con secuelas (9 abscesos, 1 escarlatina y 1 infección cutánea) se recuperaron de forma satisfactoria con tratamiento adecuado y sin hospitalización.

Por tanto, los autores subrayan que, en los países desarrollados, la baja incidencia de secuelas graves, la creciente resistencia a los antibióticos, el alto porcentaje de portadores infantiles de estreptococos del grupo A y la falta de un beneficio demostrado del tratamiento con penicilina plantean dudas sobre el uso sistemático de los antibióticos para el dolor de garganta en la mayoría de los niños.

Sin embargo, no abordan de modo convincente dos motivos para efectuar el tratamiento: evitar las complicaciones supuradas de la infección estreptocócica y prevenir la fiebre reumática. Si consideramos estos datos desde el punto de vista de los padres o los pacientes, el tratamiento parece ser un punto de equilibrio muy razonable para prevenir las importantes molestias y los riesgos potenciales de desarrollar un absceso (periamigdalino o retrofaríngeo). Finalmente, los autores argumentan que la fiebre reumática se ha convertido en un proceso raro en las sociedades occidentales con buen nivel socioeconómico y que, por ello, no es necesario tratar a los niños con estas faringoamigdalitis. No obstante, este razonamiento parece de tipo circular, pues el motivo de que ya no se vean casos de fiebre reumática puede estar relacionado precisamente con el hecho de que sí se estén tratando con antibióticos este tipo de infecciones. Adaptado de Zwart S, Rovers MM, De Melker RA, y cols. BMJ 2003; 327: 1324-7. D.R. Neuspiel, MD, MPH. AAP Grands Rounds (Ed esp). 2004; vol. 2, núm.3: 31-32.

jueves, 14 de febrero de 2008

Equinácea en infecciones respiratorias altas infantiles.

Una encuesta realizada en Estados Unidos ha revelado que la tercera parte de la población de ese país toma remedios medicinales a base de hierbas. Estas medicinas alternativas adquieren cada vez más popularidad porque se les atribuye una buena tolerancia y la falta de efectos secundarios, lo cual va unido a veces a la duda respecto a la eficacia de la medicina convencional. En el caso de la población infantil, los remedios que se utilizan con más frecuencia son los preparados de Echinacea purpurea, a pesar de no haberse demostrado de forma convincente su eficacia y seguridad.
A la equinácea (Echinacea purpurea) se le atribuyen propiedades medicinales. En Alemania está aprobada oficialmente para su uso como tratamiento de apoyo en las infecciones de las vías respiratorias altas (IVRA), y en Estados Unidos se recomienda para la prevención y el tratamiento de los resfriados. Para determinar si la equinácea es eficaz para disminuir la duración y/o la intensidad de los síntomas en las IVRA infantiles, este grupo de investigadores de Washington ha llevado a cabo un ensayo aleatorio, a doble ciego y controlado con placebo (sustancia que, careciendo por sí misma de acción terapéutica, produce algún efecto curativo en el paciente, si éste la recibe convencido de que tiene realmente tal acción).

En este estudio, de 4 meses de duración, se incluyó a 407 niños de 2 a 11 años: 200 en el grupo de tratamiento con equinácea y 207 con placebo. El tratamiento se inició al comienzo de los síntomas y no hubo diferencias significativas entre el grupo equinácea y el grupo placebo. Es decir, los autores concluyeron que sus resultados no apoyaban el uso de equinácea para el tratamiento de las IVRA en niños de 2 a 11 años.

Finalmente, el valor de los tratamientos convencionales para los resfriados aún no se ha demostrado, y si se comprobara que la equinácea es inofensiva y que posee efectos beneficiosos, ello podría suponer un significativo impacto en pediatría. Sin embargo, este estudio confirma los resultados de otro anterior, efectuado en alumnos de la universidad, donde tampoco hubo mejoría en los síntomas de las IVRA, por lo que el uso de esta planta no puede recomendarse, en la actualidad, para el tratamiento de estas infecciones. Adaptado de Koenig, K. y cols. Arch Dis Chid 2006; 91(6): 535-537. Taylor JA, Weber W, Standish L, y cols. JAMA 2003;290:2824-30, M. Dubik, MD. AAP Grand Rounds. 2004; vol.2, núm.3: 33.

sábado, 9 de febrero de 2008

Técnicas de inyección de vacunas: la mejor es la más rápida.

Investigadores canadienses han realizado un ensayo, controlado y aleatorizado, en lactantes sanos de 4-6 meses, que recibieron la vacuna habitual DTPa-Hib, para valorar el dolor agudo al utilizar la técnica estándar de inyección, en comparación con un método más rápido.

En todas las vacunaciones se utilizaron agujas de calibre 25 y 22 mm y se aplicaron en la cara anteroexterna del muslo. Los lactantes del grupo estándar recibieron la vacuna con aspiración lenta antes de la inyección, seguida de inyección lenta (5-10 seg.) y retirada lenta de la aguja. En los lactantes del grupo rápido no hubo aspiración, la inyección fué rápida (1-2 seg.) y la retirada de la aguja también rápida.

Todas las vacunaciones se grabaron en vídeo, incluyendo los 30 segundos posteriores y el dolor inmediato del niño se valoró por un codificador adiestrado, a partir del análisis del vídeo, registrando las respuestas al dolor (muecas faciales, llanto y movimientos corporales) en una escala de 0 a 10. El tiempo de llanto se midió con la videograbación y los padres también valoraron el llanto del bebé con una escala visual.

No se observaron efectos adversos inmediatos en ningún niño y los autores concluyen que la vacunación con una técnica rápida es menos dolorosa.

Este estudio, sencillo e ingenioso, demuestra que la técnica estándar es significativamente más dolorosa y, según las recomendaciones actuales, la aspiración antes de inyectar vacunas (es decir, tirar del émbolo hacia atrás después de introducir la aguja, antes de inyectar el líquido) no es necesaria debido a que en los lugares de inyección no hay vasos de gran calibre.

En una encuesta reciente efectuada a profesionales de enfermería y pediatras se observó que el 75% aspiraba antes de inyectar, aunque el 43% opinaba que la aspiración aumenta el dolor del niño.

Según los autores de este estudio, no se ha producido nunca un caso publicado de inyección intravascular involuntaria en las vacunaciones.

Además de la inyección rápida, otras técnicas útiles para reducir el dolor de la inyección incluyen la "distracción" (hacer sonar música o pretender la eliminación del dolor con un soplido), ingerir un líquido azucarado, dar el pecho, enfriar el lugar de la inyección o emplear analgésicos tópicos. El tratamiento previo (30-60 minutos antes de la inyección) con una crema de lidocaína-prilocaína al 5% puede disminuir el dolor y el uso de un spray tópico refrigerante inmediatamente antes de la vacunación puede ser asímismo eficaz.

Por tanto, la adopción de técnicas para reducir las molestias o el dolor provocado por las vacunaciones puede ayudar a superar los temores de los niños a las inyecciones y las dudas de algunos padres para vacunar a sus hijos. Adaptado de Taddio A, Sam J, y cols. Arch Dis Child, publicado online el 8 de Agosto de 2007;doi:10.1136/adc.2007.118695. M. Dubik, MD. AAP Grands Rounds (Ed esp). 2008; vol.6, núm.1: 1-2.

jueves, 7 de febrero de 2008

Autismo y Vacuna Triple Vírica.

Investigadores daneses revisaron la relación entre la vacuna antisarampión, paperas y rubeóla (triple vírica) y el autismo. Todos los niños nacidos en Dinamarca entre el 1 de enero de 1991 y el 31 de diciembre de 1998 fueron elegibles. En el conjunto se incluyó a 537,303 niños, se efectuó un seguimiento de los niños que se vacunaron y de los que no recibieron la vacuna y, globalmente, no hubo un mayor riesgo de desarrollar autismo (riesgo relativo [RR] ajustado, 0,92; intervalo de confianza [IC] del 95%, 0,68-1,24) entre los niños vacunados frente a los no vacunados.

Es decir, sigue en aumento la acumulación de datos científicos que niegan cualquier relación entre la vacuna triple vírica y el autismo. Este estudio, al igual que la investigación finlandesa publicada conjuntamente, debería servir para eliminar toda sospecha sobre la existencia de tal relación. Si los que no son partidarios de la vacuna albergaban dudas acerca de la calidad de los estudios anteriores, el diseño del actual proporciona la potencia estadística suficiente para negar cualquier asociación.

Hasta que se conozcan las causas del autismo y los motivos de su creciente frecuencia, incluso excelentes estudios como el presente de poco pueden servir para tranquilizar a los atribulados padres. Es mucho más fácil suscitar temores que tranquilizar afirmando que no existe base científica para justificar la preocupación o, como en este caso, que una vacuna es inofensiva.

Así, es responsabilidad del pediatra la educación de las familias para desechar los conceptos erróneos basados en el temor y alimentados por el desconocimiento. Adaptado de Madsen KM y cols. N Engl J Med. 2002;347: 1477-82, M.H. Rathore, MD y L.L. Barton, MD. AAP Gran Rounds (Ed esp). 2003; vol.1, núm.3: 41-42.

domingo, 3 de febrero de 2008

Los hijos, la escuela y las drogas.

Sin duda, el ambiente familiar es fundamental en lo que respecta a la educación de los hijos, pero la escuela, en su calidad de "hogar fuera de casa", asume tambien, de un modo natural, un papel primario en la educación, prevención e identificación precoz del abuso de sustancias.

Los estudiantes pasan la mayor parte del día en los colegios y, por tanto, el ambiente escolar proporciona una norma para juzgar la conducta de los jóvenes. Todo el personal de la escuela actúa a menudo como modelo de gran influencia, a través del cual los jóvenes se juzgan a sí mismos. Si los niños y adolescentes perciben que sus profesores se ocupan de ellos, tienen menos probabilidades de iniciarse en el uso de marihuana o tabaco, o de emborracharse o adoptar otras conductas de riesgo para su salud.

Es decir, los jóvenes cuyos lazos con la escuela son débiles tienen más dificultad para reconocer que el consumo de estas sustancias provoca efectos perjudiciales sobre su rendimiento intelectual, disminuye su disposición para aprender, su capacidad para memorizar y, por tanto, reduce sus posibilidades de alcanzar objetivos futuros.

En algunas escuelas ya se están realizando pruebas a los estudiantes para detectar el uso de drogas. Sin embargo, hay que considerar lo siguiente: una prueba con resultado positivo al uso de drogas puede aumentar el conflicto familiar en vez de mejorarlo y, por otra parte, los jóvenes que no las consumen pueden considerar injusto que se les practiquen y disminuir, incluso, su grado de confianza.

Las escuelas y las asociaciones de padres pueden adoptar diversas alternativas a estas pruebas: ofrecer programas extraescolares, ayudar a los padres para que estén mejor informados, identificar los problemas de conducta para una intervención precoz y colaborar con las organizaciones de la comunidad y con los profesionales sanitarios.

Los educadores se hallan ante el reto de dar a conocer los hechos sobre el abuso de drogas a los niños y adolescentes, evitándoles, en la medida de lo posible, la tentación de probarlas. Hay, cada vez más, programas eficaces, diseñados para su empleo en la escuela, interesantes, interactivos y que se centran en reforzar la capacidad de los estudiantes para resolver problemas, ayudarles a valorar la influencia de los medios de comunicación, mejorar su autoestima y "adiestrarlos para las habilidades útiles en la vida".

Evidentemente, el sistema educativo debe proporcionar al personal escolar los medios adecuados para su adiestramiento continuado. A su vez, los pediatras y los demás profesionales sanitarios no deben apoyar el empleo del cribado de drogas en la escuela, sino ofrecer recursos para prevenir conductas de riesgo, ayuda para identificar a los pacientes cuyos problemas los hace más vulnerables y colaboración para estrategias de comunicación a la comunidad, con objeto de ofrecer mensajes claros sobre el consumo de drogas. En definitiva, se trata de promover en los jóvenes actividades no contaminadas por el uso de drogas, tabaco y alcohol. Adaptado de C.J. Mears, DO, J.R. Knight, MD y cols. Pediatrics (Ed esp).2007;64(6):347-51.

domingo, 27 de enero de 2008

Los niños y la televisión en el siglo XXI.

Cuando los pediatras piensan en los riesgos ambientales durante la infancia, tienden a centrar la atención en el plomo, en los insecticidas, en los ácaros del polvo doméstico... Sin embargo, en realidad, la exposición más considerable para la mayoría de los niños es la TV, ya que pasan más tiempo delante de la pantalla que en cualquier otra actividad. Y esta exposición ejerce unos efectos significativos sobre su salud y bienestar.

¿La TV es como el plomo, un tóxico demostrado? ¿O es como el flúor, que al añadirlo al agua de bebida se ha mostrado beneficioso para la salud dental de los niños?. Durante demasiado tiempo nos hemos preguntado: ¿"La TV es buena o mala"?. Si la TV es buena o mala para los niños depende en gran medida de lo que ven y cómo lo ven.

El último modo en que se ha comparado la TV con el plomo es su asociación con la disminución de la capacidad de atención. Es decir, debe hacernos meditar el hecho de que la frecuencia del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) ha aumentado 10 veces en un período de 20 años. Sin embargo, los investigadores consideran la posibilidad de que hasta una hora de TV al día no ejerza efectos negativos sobre la capacidad de atención, y 1-2 horas pueden aumentar incluso dicha capacidad. Estos hallazgos, aparentemente contradictorios, pueden explicarse si los niños que ven la TV 1-2 horas contemplan programas diferentes o ven la TV de un modo diferente al de los niños que la ven más de dos horas diarias.

Los próximos estudios deben centrarse, sobre todo, en el contenido de los programas de TV, su duración y la forma de verlos. La escasez de datos disponibles, en la actualidad, sobre los efectos de la TV, especialmente a comienzos de la infancia, se produce en un momento en que los niños ven cada vez más la TV y a unas edades más tempranas. A consecuencia de ello, estamos metidos en un experimento sobre la próxima generación de niños y nuestro desafío futuro es hallar el modo en que la TV se parezca más al flúor que al plomo. Adaptado de D.A. Christakis, MD, MPH. Pediatrics (Ed esp). 2007;64(3):139-40.

sábado, 19 de enero de 2008

¿Cuál es el sexo débil?

Los bebés, por el hecho de ser varones, en particular los que son de muy bajo peso al nacer, tienen más riesgo para sobrevivir que las niñas. Es decir, los autores sugieren que la naturaleza intenta, por mecanismos biológicos aún desconocidos, seleccionar a los padres más adaptables y adecuados, o bien preservar a las niñas, como futuras madres, porque las considera más importantes (para dar a luz y criar a la siguiente generación).

Y, además, cuando se trata de embarazos gemelares de distinto sexo, parece ser que el feto femenino llega a encontrarse en una "situación de desventaja" porque su hermano es varón. Si fuera verdad lo contrario, el feto masculino gozaría, en este caso, de la ventaja de tener una hermana fetal.

Se llega, pues, a la conclusión de que el varón es el sexo débil, y que la naturaleza no puede acortar la distancia de la inferioridad.

De momento, la vieja canción de cuna sigue albergando cierto grado de verdad biológica cuando sugiere que los niños están hechos de "serpientes, caracoles y cola de cachorro de perro", y las niñas de "azúcar, especias y todo lo que es bonito" *.

Quizá la naturaleza sabe algo que nosotros aún desconocemos. Todavía nos queda más que aprender. Y, por ahora, como es natural, las niñas maduran antes y viven más tiempo. Adaptado de D.K. Stevenson, MD. y J.E. Tyson, MPH. Pediatrics (Ed esp). 2007;64(3):131-2.
* Se trata de la letra de una canción de cuna llamada "What folks are made of" atribuida al poeta inglés Robert Southey (1774-1843).

domingo, 13 de enero de 2008

Azúcar y ejercicio. Pequeños cambios.

Durante un período de seis meses disminuyó significativamente el índice de masa corporal (IMC) para la edad en dos grupos controlados de niños. Sin embargo, el grupo en el que, además, se introdujeron pequeños cambios en la alimentación y en la actividad física (en el sentido de tomar menos bebidas azucaradas y realizar más ejercicio), presentó un porcentaje aún mayor de niños que redujeron su IMC.

Es decir, los autores sugieren que un sencillo y fácil método de pequeños cambios, puede ser útil para afrontar mejor el sobrepeso infantil y prevenir la obesidad en las familias. Adaptado de S.J. Rodearmel, EdD y cols. Pediatrics. 2007; 120:e862-e868.
URL: www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2006-3451

Infarto de miocardio en adolescentes sanos.

Nueve pacientes (8 varones, límites de edades: 12-20 años) reunieron los criterios establecidos para el diagnóstico de infarto de miocardio. En 8 pacientes se hallaron resultados anormales en el electrocardiograma y niveles anormales de enzimas cardíacas en todos los casos.

Los análisis, en sangre, de colesterol y coagulación fueron normales y los de abuso de drogas negativos, en todos ellos . No se observó ningún caso con arterias coronarias anormales.

La función cardíaca se normalizó en 8 pacientes.

Por tanto, es necesario seguir realizando nuevas investigaciones en los casos sugerentes de infarto de miocardio y en los adolescentes que se presentan en los servicios de urgencia con un dolor torácico típico. Adaptado de J.R. Lane, MD. Pediatrics. 2007;120:e938-e943.
URL: www.pediatrics.org/cgi/doi/10.1542/peds.2006-3123

La nicotina y los adolescentes.

Entre 217 jóvenes que habían aspirado el humo de un cigarrillo, se pudo predecir la pérdida del control sobre el tabaco, por la sensación de relajación que referían después de fumar por primera vez.

La dependencia del tabaco se predijo tambien por la depresión del estado de ánimo, la familiaridad con marcas comerciales y la búsqueda de novedades.

En conclusión, una experiencia de relajación en respuesta a la primera dosis de nicotina fué el factor más eficaz para predecir la dependencia o la pérdida de control. Adaptado de J.R. DiFranza, MD y cols. Pediatrics. 2007;120:e974-983.

domingo, 23 de diciembre de 2007

Las adolescentes y la vacuna contra el virus del papiloma humano.

En lo que respecta a la prevención de la infección por el virus del papiloma humano (VPH), esta comunicación contiene una serie de recomendaciones actuales, que en espera de una normativa completa, servirán de guía para el uso de la vacuna en muchachas y mujeres.

La infección por el VPH es la enfermedad de transmisión sexual más común en Estados Unidos. Es más frecuente en adolescentes y jóvenes sexualmente activos y la mayoría de los cuales adquieren la infección poco después de iniciar su vida sexual.

Casi todas las infecciones por el VPH son asintomáticas y se resuelven sin secuelas en 1-2 años. Sin embargo, la infección persistente por tipos de alto riesgo del VPH es responsable de prácticamente la totalidad de cánceres y lesiones precancerosas del cuello de útero, así como de un gran porcentaje de lesiones tambien precancerosas y procesos malignos en otras localizaciones anogenitales en ambos sexos. Los tipos de bajo riesgo del VPH causan verrugas anogenitales, alteraciones celulares de bajo grado en el cuello del útero y una afección respiratoria que se denomina papilomatosis recurrente juvenil.

La vacuna anti-VPH (Gardasil) es un producto de bioingeniería compuesta por partículas de los tipos 16 y 18 del VPH (responsables del 70% de los casos de cáncer cervical) y de los tipos 6 y 11 (responsables del 90% de los casos de verrugas genitales y de casi todos los casos de papilomatosis respiratoria recurrente juvenil). La vacuna no contiene ADN y no es infectante.

Los ensayos clínicos han demostrado que es altamente eficaz, inofensiva y bien tolerada en mujeres de 9 a 26 años. Las respuestas de anticuerpos son máximas en las niñas de 9 a 15 años. En mujeres sexualmente activas de 16 a 26 años se han demostrado efectos protectores frente a la infección persistente, a las lesiones precancerosas y a las verrugas genitales.

El motivo de la vacunación sistemática a los 11-12 años de edad es que la eficacia de la vacuna es máxima si se administra antes de que la mujer sea sexualmente activa. Es decir, una vez contraida la infección, la vacunación no modificará su curso. Sin embargo, como es de esperar que la mayoría de las mujeres de mayor edad, aunque ya sean sexualmente activas, probablemente no se hayan infectado aún, la vacunación tambien está recomendada para mujeres de 13 a 26 años de edad.

Otras consideraciones de interés son:

a.- En personas con una enfermedad aguda moderada o grave, la vacunación debe aplazarse.
b.- Dada la posibilidad de una lipotimia después de la inyección, se les debe recomendar a las adolescentes que se mantengan sentadas o recostadas durante 10-15 minutos después de la vacunación.
c.- La vacuna no debe administrarse a las personas con antecedentes de hipersensibilidad a la levadura u otros componentes de la vacuna.
d.- En la actualidad, la vacuna anti-VPH no se recomienda en varones.

Por tanto, las recomendaciones actuales son:

1ª. Las niñas de 11-12 años deben vacunarse sistemáticamente con 3 dosis de vacuna anti-VPH. A criterio del médico, puede administrarse la vacuna a niñas incluso de 9 años.

2ª. Todas las niñas y mujeres de 13 a 26 años que no hayan sido vacunadas anteriormente o no hayan completado la tanda de vacunación deben recibir tambien la vacuna.

3ª. El intervalo mínimo entre las dosis 1 y 2 es de dos meses, y entre las dosis 2 y 3, de 4 meses. Si, por algún motivo, se interrumpe la serie vacunal, no debe reiniciarse, sea cual sea el retraso. Las dosis restantes se espaciarán con los intervalos recomendados anteriormente.

4ª. La vacuna anti-VPH puede administrarse en la misma visita en que se aplica el resto de las vacunas.

5ª. En las siguientes situaciones especiales, la vacuna anti-VPH tambien puede administrarse: madres lactantes, mujeres con citología (Prueba de Papanicolau) dudosa o anormal y pacientes cuyo sistema inmune esté comprometido por enfermedad o medicación.

6ª. Durante el embarazo, la vacuna anti-VPH no está recomendada. Por tanto, el médico debe preguntar sobre la existencia de un embarazo en las mujeres sexualmente activas, pero no es necesario realizar una prueba de embarazo antes de iniciar la pauta de vacunación. Si una mujer se queda embarazada, deben suspenderse las dosis siguientes hasta el final del embarazo.

7ª. Dado que la vacuna anti-VPH no puede evitar la infección de todos los tipos de alto riesgo del virus del papiloma humano, las mujeres vacunadas deberán continuar con las recomendaciones para el cribado del cáncer cervical (Papanicolau).

8ª. Evidentemente, la administración de la vacuna anti-VPH no modifica tampoco las recomendaciones actuales sobre el uso de preservativos o de otros métodos barrera para la prevención de la infección por el VPH y las otras enfermedades de transmisión sexual, ni el debate sobre la adopción de medidas saludables en torno a la actividad sexual. Tomado del Comité de Enfermedades Infecciosas. Academia Americana de Pediatría. Pediatrics (Ed esp). 2007;64(3):169-70.

martes, 11 de diciembre de 2007

Vacunaciones infantiles y paracetamol.

En la actualidad, raras veces o casi nunca se utiliza la anestesia local en los niños que se vacunan, a pesar de que esta pauta está avalada científicamente. Sin embargo, es mucho más frecuente la administración oral de analgésicos (paracetamol, e incluso ibuprofeno), cuando no hay evidencia que apoye su uso.

Es decir, se necesitarán en el futuro, estrategias, de comunicación e información, para fomentar el uso de la anestesia local en las vacunaciones infantiles. Adaptado de A. Taddio, PhD y cols. Pediatrics. 2007; 120:e637-e643.

Tabaco y lactancia materna.

Durante las horas que siguen al consumo materno de tabaco, los lactantes pasan durmiendo un tiempo significativamente menor, en comparación con los bebés que toman el pecho cuando la madre se abstuvo de fumar.
Cuanto mayor es la dosis de nicotina que recibe el lactante a través del pecho, tanto menor es la duración del sueño.

En conclusión, un episodio agudo de consumo de tabaco en las madres que lactan altera el patrón del sueño-vigilia de los niños. Por tanto, es posible que los temores de que la leche tenga sabor de tabaco y de que pueda trastornar el sueño de sus hijos motiven a las madres lactantes a abstenerse de fumar para poder dar el pecho durante más tiempo. Adaptado de J.A. Mennella, PhD y cols. Pediatrics (Ed esp). 2007;64(3):178.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Alcohol y Adolescentes.

El consumo de alcohol entre los adolescentes, sobre todo durante los fines de semana, se ha convertido en los últimos años en un grave problema de salud pública y se asocia a fracaso escolar y a conflictos en las relaciones personales y familiares. Además, bajo los efectos del alcohol se pueden mantener conductas de riesgo con graves consecuencias, como accidentes de tráfico, infecciones de transmisión sexual o embarazos no deseados.

Los datos de la Encuesta Escolar de la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas entre adolescentes de 14 a 18 años reflejan el siguente panorama:

- Los adolescentes españoles empiezan a beber a los 13-14 años.
- Entre los menores es cada vez más frecuente emborracharse todos los fines de semana.
- 6 de cada 10 menores de 14 a 18 años consumen alcohol los fines de semana.
- Chicos y chicas consumen alcohol de forma similar los fines de semana.
- Entre los adolescentes que consumen alcohol, es más frecuente el consumo de drogas.
- La mayoría de los adolescentes no consideran peligroso el consumo de alcohol.

Los efectos del consumo de alcohol en los adolescentes son diferentes a los que se producen en los adultos y la evidencia científica ha demostrado que:

- La adolescencia es una etapa muy vulnerable a las adicciones y los efectos de cualquier sustancia tóxica son más perjudiciales en un organismo que está en pleno proceso de desarrollo.
- Cuanto antes se empieza a consumir alcohol, más pronto aparecen los efectos tóxicos y además aumenta la probabilidad de dependencia.
- El consumo de alcohol durante la adolescencia puede producir lesiones digestivas, hepáticas y cardiovasculares.
- Las bebidas alcohólicas pueden provocar alteraciones en el crecimiento y en la maduración sexual del adolescente. Tambien pueden ocasionar trastornos de memoria y aprendizaje.
- Los efectos perjudiciales se producen directamente por el alcohol que contienen todas las bebidas alcohólicas; es decir, son independientes del tipo de bebida alcohólica consumida.
- La adolescencia es la fase más importante para la maduración del cerebro: si no se desarrolla en esta etapa no se desarrollará jamás.

Entre los adolescentes, no se puede hablar de consumo responsable. A estas edades, la única conducta responsable es no beber alcohol.

Los padres deben hablar con sus hijos: no siempre son los hijos de los demás quienes se emborrachan los fines de semana. Tomado de Ministerio de Sanidad y Consumo. www.msc.es

sábado, 10 de noviembre de 2007

¿Cinco caramelos o una manzana?

Ni las dietas milagrosas ni la magia funcionan para no engordar. El único truco consiste en elegir bien los alimentos. No hay ninguno que esté prohibido, sino, más bien, algunos que sólo hay que comer en ocasiones especiales, o en pequeña cantidad.

Se trata, pues, de comer más cantidad de aquellos alimentos que tienen menos calorías y no conviene olvidar que existen algunos engañosos: parecen bajos en calorías y sanos, pero tienen gran cantidad de grasa oculta. Por ejemplo, creemos que cualquier ensalada o un plato de verduras son buenos para controlar el peso. Sin embargo, cuando se le añaden ciertas salsas o demasiado aceite, pueden tener las mismas calorías que un trozo de tarta.

Por otro lado, todos creemos que comer huevos fritos es terrible. Pero un par de ellos sólo son 230 calorías. Aunque los tomemos mojando el pan (un bollo son unas 175 calorías), no llegamos a igualar las de los alimentos típicos de las comida rápida:

-Una hamburguesa son unas 700 calorías. Como una comida completa con sopa, un pescado al horno con verdura y patatas fritas, una fruta y café con leche.
-Un perrito caliente son unas 280 calorías; las mismas que una buena rodaja de salmón al horno.

Otros ejemplos:
-Dos pequeños trozos (50 gramos) de queso emmental aportan unas 260 calorías; igual que 100 gramos de jamón serrano quitándole el tocino.
-Un buen plato de pasta con salsa boloñesa son unas 450 calorías; como una palmera de chocolate, y ¿cuál le va a alimentar mejor?

Y, además, aunque aporten las mismas calorías, comer una manzana nunca será lo mismo que comer cinco caramelos. La manzana tiene otros nutrientes como fibra, vitaminas y antioxidantes.

En resumen, los padres deben elegir sus alimentos y, por tanto, su salud, y la de sus hijos. Tomado de Dra. P. Riobó. El País Semanal; núm. 1583: 96.

domingo, 4 de noviembre de 2007

Alarmas-sensores de humo.

El fuego es un peligro habitual en los hogares y, cuando se produce, es esencial actuar inmediatamente. Una reacción más tardía de dos minutos puede conducir a lesiones irreversibles. La mayoría de ellas es por la inhalación de humo y no por quemaduras.

Es preciso recordar que cuando suena una alarma los adultos se despiertan con más facilidad que los niños y jóvenes menores de 14 años. Probablemente sea debido a la inmadurez del sistema nervioso y a que los patrones de sueño son diferentes a los de sus padres.

El número de hogares españoles equipados con detectores de humo ronda el 25%; a pesar de que cuestan poco dinero, son pequeños, fáciles de instalar, funcionan a pilas y requieren poco mantenimiento.

Hay varios tipos de detectores. Los más habituales son los fotoeléctricos y los que funcionan por ionización. Los primeros detectan el humo utilizando los efectos que éste produce sobre la luz y los segundos funcionan por sensibilidad a la humedad, la presión atmosférica y las partículas suspendidas en el aire. Estos últimos reaccionan más rápidamente cuando hay humo (incluso no visible) y son más baratos que los de tipo fotoeléctrico, aunque dan más falsas alarmas.

Los detectores de humo -obligatorios en algunos paises- evitan en torno al 50% de las catástrofes domésticas generadas por incendios. Los lugares recomendados para instalarlos son, como mínimo, la cocina, la entrada de la casa y la zona de distribución de los dormitorios. Un detector de humos por cada 40 metros cuadrados es más que suficiente.

Puesto que los detectores de humo pierden efectividad con el tiempo, los fabricantes recomiendan reemplazarlos cada 10 diez años. La batería suele durar, al menos, un año. Por tanto, el cambio de la batería y el limpiado, cepillado o aspirado para quitar el polvo de las ranuras aseguran un adecuado funcionamiento.

Pueden adquirirse, a partir de 30 euros, en grandes almacenes, en cualquier establecimiento comercial destinado a productos eléctricos o incluso por internet: http://www.parafarmacia.tubotica.net/ , http://www.coati.es/ . Tomado de Dr. S. García- Tornel. Pediatría Integral. 2007; 11(7): 629-630.

domingo, 28 de octubre de 2007

Humidificadores domésticos para niños.

Existe la creencia popular de que la humedad ambiental alivia los síntomas de las afecciones del aparato respiratorio. El empleo de "vahos", ya sea de eucalipto, otras plantas aromáticas o agua sola ha dado paso a una gran variedad de humidificadores para uso doméstico.

Los pediatras deberían ser los principales responsables de informar y orientar a las familias. El escaso conocimiento general acerca de la conveniencia y utilidad de estos aparatos justifica esta revisión.

Por el uso de las calefacciones en invierno, en muchos domicilios existe la costumbre de dejar un recipiente lleno de agua en las habitaciones para que al evaporarse disminuya la sequedad ambiental y sus efectos secundarios. Así como la temperatura elevada con escasa humedad es desfavorable para la salud, tambien lo es con exceso de humedad.

En condiciones normales, sea cual sea la humedad relativa y la temperatura, el aire llega a los pulmones a 37 grados y con el 100% de humedad. Es decir las fosas nasales son capaces de humidificar el aire inspirado hasta el 80-90% y de calentarlo hasta una temperatura de 32-34 grados.

En ambientes secos, o en determinadas situaciones en las que el niño padece fiebre o congestión nasal, si el aire entra a través de la boca, llega a la laringe peor acondicionado, más frío y más seco, pero la calefacción y la humedad que falta se completa en la tráquea y en los bronquios.

Evidentemente, si respiramos aire a 37 grados y con el 100% de humedad, la situación es beneficiosa para la mucosa respiratoria, pero no para el conjunto del cuerpo humano.

Los humidificadores ultrasónicos y los vaporizadores calientes son los que se encuentran con mayor facilidad en el mercado. En la actualidad, no existe una indicación clara para que sean considerados imprescindibles.

En conclusión, la creencia de que el aire húmedo proporciona alivio a los niños con congestión nasal importante necesita más estudios para confirmarla. En el caso de las laringitis, resultan más útiles los que proporcionan vapor frío.

Por otro lado, no deben utilizarse en niños alérgicos y asmáticos debido al riesgo de dispersión de alergenos y contaminantes que puedan desencadenar posibles crisis.

Finalmente, la humedad ambiental debe mantenerse, en condiciones ideales, entre el 40 y 60%, con el fin de reducir la incidencia de las infecciones respiratorias y la severidad de las reacciones asmáticas y alérgicas. Si se van a emplear humidificadores es aconsejable disponer de un sencillo medidor de humedad para, de este modo, utilizarlos, cuando las circunstancias lo justifiquen. Adaptado de la Dra. V. Trenchs Sáinz de la Maza y cols. An Esp Pediatr 2002;57(3):231-7.

De vuelta a casa con el recién nacido.

Para la mayoría de las madres, las primeras semanas en casa con un bebé recién nacido son, a menudo, las más difíciles de su vida, especialmente si se trata del primer hijo.

La madre se sentirá agobiada y la falta de sueño la dejará fatigada. El cuidado de un bebé puede ser una responsabilidad estresante y, muchas veces, solitaria. No se puede esperar que una persona cuide a su pequeño por sí sola. La solución consiste en pedir ayuda.

Todos los bebés se pueden despertar una o más veces durante la noche. Cuando duerme durante el día, la madre tambien puede hacer lo mismo. El niño no necesita que su madre esté con él, a su lado, mientras duerme. Si las madres no se cuidan, tampoco podrán cuidar a sus hijos.

Más del 50% de las mujeres sufren depresión al tercer o cuarto día después del parto. Los síntomas incluyen llanto, fatiga, tristeza y dificultad para pensar con claridad. La causa principal de esta reacción es la reducción brusca de las hormonas del embarazo.

Como estos síntomas generalmente empiezan el día en que la madre llega a casa del hospital, un factor que tambien puede contribuir a la depresión es el impacto de sentirse totalmente responsable de un recién nacido que depende de ella para todo.

Por ello, muchas madres se sienten desilusionadas y culpables, porque se les había inculcado la idea de que deberían estar llenas de alegría. Afortunadamente, casi siempre, la depresión postparto desaparece en un período de 1 a 3 semanas, cuando los niveles hormonales vuelven a la normalidad. Sin embargo, durante ese tiempo, las madres no deben tratar de ser unas "supermamás" para impresionar a las visitas, tampoco deben reprimir el llanto y sí tienen que contemplar la posibilidad, cuando no se sientan mejor, de solicitar apoyo psicológico o médico.

Además, desde el principio, es muy importante que la madre, disponga, todos los días, de un poco de tiempo para ella. Debe tambien salir de casa y hablar abiertamente de sus sentimientos con su esposo, o con una amiga. La época de la falta de participación del padre ya pasó y, por supuesto, el bebé tambien necesita una relación estrecha con él. Adaptado de B.D. Schmitt, M.D. "Your Child's Health".

Masaje cardíaco en los colegios. Un ejemplo de educación para la salud.

A pesar de que la práctica de la reanimación cardiopulmonar permite salvar vidas en situaciones cotidianas de emergencia fuera del entorno hospitalario, menos del 1% de la población puede realizarla con efectividad.

El modo más eficaz para solucionar este problema sería enseñar la técnica en la edad escolar. Varios organismos, como la Cruz Roja, han organizado cursos de reanimación cardiopulmonar dirigidos principalmente a niños a partir de 10 años, ya que a esta edad es más probable que desarrollen el pensamiento abstracto y además ya tienen la capacidad física de realizar compresiones torácicas.

Sin embargo, está demostrado que esta habilidad de realizar una reanimación cardiopulmonar eficaz se va perdiendo con el tiempo, por lo que hay que llevar a cabo cursos de recuerdo, para convertirla en una capacidad de por vida.

En conclusión, a pesar de que uno de los principales problemas para implantar este tipo de cursos es la falta de financiación, se pone de manifiesto que el ambiente del colegio es el más apropiado para enseñar estas técnicas y que su enseñanza aumenta la autoestima del niño y a la vez permite salvar vidas. Adaptado de Maconochie, I. , Jones, I. y cols. BMJ 2007; 334(7605): 1174, 1201.

lunes, 22 de octubre de 2007

Fobia escolar.

El niño con fobia escolar tiene un temor angustioso, que llega a ser obsesivo, al colegio y tambien, generalmente, a separarse de sus padres.

La fobia a la escuela es muy común y afecta, al menos, al 5% de los niños de primaria y al 2% de los de secundaria.

Los síntomas suelen ser como los de muchas personas cuando están preocupadas: dolor abdominal, dolor de cabeza, náuseas o vómitos, sensación de fatiga o mareo... Lógicamente se acentúan antes de ir al colegio y mejoran o desaparecen por la tarde y los fines de semana. Por lo demás, estos niños están sanos y fuertes, aunque puedan mostrarse, en ocasiones, con cierta tristeza, celosos o con más fácil tendencia al llanto.

Los padres de estos niños suelen ser cuidadosos, ordenados y muestran cariño en abundancia a sus hijos. A veces, la protección que proporcionan a su pequeño puede que le haga aún más difícil separarse de ellos. Además, con mucha frecuencia, la primera prueba de la independencia de un hijo se presenta cuando debe asistir a la escuela diariamente.

Es posible tambien que un nuevo maestro más serio o riguroso, cualquier pequeño problema de aprendizaje o un compañero que le moleste puedan ser considerados como causas del temor que el pequeño tenga de ir a la escuela. Pero estos factores podrían ser sólo una parte del problema, y el niño debe seguir asistiendo al colegio mientras se solucionan estos motivos.

Si se hace cumplir la regla de ir todos los días a la escuela, el problema de la fobia escolar mejorará notablemente en un par de semanas, como por arte de magia. En caso contrario, los síntomas y el deseo de quedarse en casa se volverán más frecuentes. El niño superará los temores si se enfrenta a ellos cuanto antes. Sin embargo, los primeros días, pondrá a prueba la decisión de los padres de enviarlo a la escuela y es entonces cuando tendrán que ser particularmente firmes.

Al principio, las mañanas serán difíciles y los padres no deben preguntarle a su hijo cómo se siente porque esto lo estimulará a quejarse.

A menudo, resulta muy útil hablar acerca de la situación con el maestro. Si el niño tiene algún temor especial, como, por ejemplo, recitar en clase, su maestro hará, probablemente, alguna concesión especial. No debe olvidarse que los profesores están muy sensibilizados respecto a la fobia escolar y su actitud será comprensiva.

Fuera de la escuela, los niños con fobia escolar tienden a preferir estar con sus padres, jugar dentro de casa, estar solos en su habitación, ver televisión, etc. Muchos no pueden pasar una noche en casa de un amigo sin desarrollar un sentimiento agobiante de nostalgia. Por tanto, los padres deben estimularlos a jugar y pasar más tiempo con otros niños. Es cierto que esto puede ser aún más difícil para aquellos padres que tanto disfrutan de la compañía de sus hijos, pero a la larga será la mejor decisión. Adaptado de B.D. Schmitt, M.D. "Your Child's Health".

domingo, 7 de octubre de 2007

Nunca es tarde.

Cada año, después del verano, con el inicio del curso escolar, se renuevan las buenas intenciones y la lista de proyectos personales a emprender. Pero quizá haya que empezar por el principio y hacer un examen de conciencia sobre cómo nuestras costumbres afectan a nuestra vida. Nunca es tarde para cambiar aquellas rutinas que nos pueden perjudicar.

El ejemplo es simple. Quien fuma 10 cigarrillos diarios realiza, en el plazo de 10 años, un consumo de 36.500. La cantidad de sustancias nocivas incorporadas al organismo en ese tiempo y el dinero dedicado a ello darán como consecuencia un resultado muy distinto al de aquella persona que, por ejemplo, cada día practica media hora de ejercicio físico. Al cabo de 10 años, esa media hora son 1.825 horas de actividad reparadora y de salud. La contaminación orgánica del primero comparada con el aumento de la forma física y del estado de ánimo del segundo, en el mismo periodo de tiempo, da como resultado una diferencia radical en el estado general de la persona.

Por supuesto que renunciar a un hábito perjudicial no es fácil y requiere un esfuerzo importante. La clave consiste en tener la visión a largo plazo, pero el cambio de comportamiento a corto plazo. No se trata de agobiarnos por llegar a la cima de la montaña lo antes posible, ya que ello nos desmoralizará de entrada, sino tener el propósito de comenzar a cambiar y dar un simple pequeño paso . Un pequeño paso tras otro: ése es el secreto del cambio; momento a momento, día a día. La satisfacción personal después de cada paso nos irá empujando para seguir adelante.

Son muchos los hábitos que nos ayudarán a construir la calidad en nuestra vida y la de nuestros hijos, en nuestras relaciones e incluso en nosotros mismos: el hábito del deporte, de la alimentación saludable, de la higiene, de la conducción prudente, del orden, del estudio, de las buenas relaciones con nuestros seres queridos, de la conversación familiar y del sueño necesario y reparador. Así que, feliz inicio de curso y felices nuevos y saludables hábitos. Tomado de A. Rovira. Profesor de Esade. El País Semanal. 2007; núm. 1619: 118-119.

sábado, 6 de octubre de 2007

¿Cuándo la falta de vigilancia a un niño puede considerarse desamparo?

Con relativa frecuencia, los medios de comunicación nos hacen llegar noticias sobre casos de niños no vigilados lo suficiente. Es probable que algunas lesiones de estos niños habrían podido prevenirse con una mejor supervisión o vigilancia.

Sin duda, cuando exista una sospecha razonable de que la conducta de un cuidador (padre, madre u otra persona designada responsable de supervisar al niño que está a su cargo) conlleve un riesgo continuado de daños físicos, emocionales o psicológicos en el niño habrá que informar a los servicios de protección a la infancia.

Sin embargo, en nuestra sociedad, es predecible que los padres, tutores o cuidadores protejan al niño de situaciones peligrosas o de personas que puedan hacerle daño.

¿Puede considerarse que unos padres desatienden sus responsabilidades antes de que suceda un percance real? No existe una respuesta fácil, puesto que muchas lesiones en niños tienen lugar cuando se les está vigilando y numerosos niños apenas supervisados no son víctimas de percances. Además, es evidente que la vigilancia para proteger a un niño pequeño que inicia sus primeros pasos no tiene nada que ver con la requerida para controlar sin riesgos a un niño responsable de 10 años de edad.

Por último, hay que tener siempre en cuenta la gran carga emocional que soporta el cuidador cuando un niño a su cargo es víctima de un accidente prevenible y es tambien preciso recordar que los riesgos de ciertas lesiones y accidentes son impredecibles o inevitables. Incluso el más cuidadoso puede tener un breve fallo de atención, proximidad o continuidad de la vigilancia que se traduzca en un accidente infantil y no por eso se trate de abandono o desamparo. Adaptado de K.P. Hymel y cols. Pediatrics (Ed. esp). 2006;62(3):623-4.

Adolescentes y preservativos.

En esta comunicación se valora el uso de preservativos por parte de los adolescentes para evitar los embarazos no deseados y las enfermedades de transmisión sexual.

Los embarazos han disminuido ligeramente entre los adolescentes en los años noventa, invirtiendo la tendencia de los años setenta y ochenta, al tiempo que ha aumentado significativamente el uso de preservativos entre los adolescentes.

Estas tendencias reflejan probablemente el éxito inicial de los mensajes de prevención dirigidos a los adolescentes. Sin embargo, los porcentajes de adquisición de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) permanecen inaceptablemente elevados entre los adolescentes, lo que subraya la necesidad de continuar con la labor de prevención y refleja el hecho de que el mayor uso de los preservativos puede disminuir, pero nunca eliminar el riesgo de adquirir una ETS y el VIH, además de los embarazos no deseados.

En conclusión, muchos programas de educación sobre preservativos ejercen pocos efectos sobre su uso y , por tanto, a pesar del progreso que se ha realizado, hay que subrayar lo mucho que queda aún por lograr en el futuro. Adaptado del Comité de Adolescencia. Academia Americana de Pediatría. Pediatrics (ed. esp.) Vol. 51, núm. 6, 2001, 430.

viernes, 28 de septiembre de 2007

Padres de hoy: ¿"colegas" o "esclavos"...?

Reflexiones de un padre con sentido común:
Emilio Calatayud, juez de menores de Granada.
Tomado de :http//es.youtube.com/watch?v=K2GTauJT5Vg


viernes, 21 de septiembre de 2007

El cólico del lactante y el reto de asesorar a los padres.

El cólico del lactante, o la presencia de crisis de llanto excesivo en los lactantes pequeños, continúa siendo descrito típicamente en los libros de texto de pediatría como una entidad de causa dudosa y que generalmente carece de una solución satisfactoria. A pesar de esta confusión y pesimismo, en la actualidad son muchos los conocimientos sobre sus factores predisponentes y su tratamiento más exitoso. El trabajo de Wolke, Gray y Meyer representa una nueva e importante contribución al conocimiento de la naturaleza interactiva del problema y de la eficacia del asesoramiento de los padres sobre su tratamiento para reducir la cantidad de llanto.
Los investigadores definen el cólico del lactante como la presencia diaria de llanto, irritabilidad y agitación durante más de 3 horas, más de 3 días y durante más de 3 semanas en el curso de los primeros 3 o 4 meses de la vida de un lactante que, por otra parte, se considera sano y bien alimentado.


En la generación del cólico no existe habitualmente una causa única sino una interacción entre factores propios del lactante y los presentes en el ambiente. La contribución más probable del lactante es una predisposición temperamental a ser más sensible, más irritable o menos consolable en comparación con el promedio y, por otro lado, puede ser que los padres no conozcan qué métodos son más eficaces para tranquilizar a su hijo: la ansiedad resultante es un factor que agrava el problema.


El cólico aparece más típicamente en lactantes y padres sin anomalías pero cuando los padres no han aprendido aún a interaccionarse armoniosamente con su hijo.


El principal contendiente, como una explicación alternativa del cólico del lactante, es la alergia o la intolerancia transitoria a las proteinas de leche de vaca. Probablemente ello será responsable del llanto de sólo una pequeña proporción de este grupo de lactantes, considerados por otra parte como sanos, dejando abiertas otras explicaciones para el resto del grupo.


El adiestramiento de los padres para el manejo de la conducta del lactante ha demostrado firmemente ser un medio eficaz para disminuir el llanto excesivo hasta cantidades aceptables y tolerables.

Lo esencial, después de obtener una historia clínica y de realizar una exploración clínica, consiste en tres pasos:

1) Comprobar que el lactante no se halla enfermo.
2) Educación de los padres sobre el llanto del lactante.
3) Una intervención optimista para ayudar a los padres a tolerar mejor a su hijo.
Pueden estar presentes otros factores psicosociales estresantes pero no siempre es así.


Entre otras formas de tratamiento adicional se incluye: a) el procedimiento de eliminación de la leche de vaca; b) tratamiento farmacológico y c) varias formas para consolar al niño.


Un aspecto interesante para los pediatras fueron los detalles del programa de asesoramiento. El control de seguimiento fué habitualmente el de tres llamadas telefónicas. ¿Cuánto tiempo se precisó para obtener resultados? Cuando tuvo éxito, este fué "inmediato", tal como quedó determinado por una llamada a las dos semanas.


Se puede predecir, con cierta seguridad, que la modificación de la conducta de los padres no cambiará el temperamento del niño pero sí el impacto de la relación entre ellos y su hijo. Esta interacción continuará siendo importante a través de la infancia y, en cualquier caso, ayudar a los padres y a sus hijos con cólico es una de las grandes satisfacciones de la práctica pediátrica. Adaptado de W.B. Carey, MD. Filadelfia. Pediatrics (ed. esp.) Vol. 38, núm. 3. 1994.

miércoles, 19 de septiembre de 2007

Localizadores de niños.

Cada año se pierden en Estados Unidos 25.000 niños mientras están con sus padres de compras o en lugares públicos. En Europa la cifra de menores desaparecidos es similar, según el defensor del menor de la Unión Europea. En España, La Dirección General de Policía afirma que "los delitos que tienen como víctimas a los menores son los que causan más conmoción en nuestra sociedad. Para esta Dirección, evitar las desapariciones es una de sus prioridades. Por tanto, una base de datos en Internet con acceso en todo el mundo, que incluye fotografías y descripciones de los menores desaparecidos y con consejos para su prevención, constituye una poderosa herramienta para esclarecer los casos y ofrecer soluciones a este problema". Por ello, nuestro país se ha incorporado a la red internacional de páginas Web de menores desaparecidos del International Centre For Missing & Exploited Children (http://www.es.missingkids.com/). La red actualmente contiene más de 3.500 casos de niños desaparecidos y recibe un promedio de 520.000 visitas diarias de más de 200 paises.
Un localizador de niños previene de pérdidas o desapariciones y sirve para encontrar fácilmente a un niño perdido o presa del pánico. Aparte de la tranquilidad para los padres, los localizadores están recomendados para niños revoltosos y por asociaciones de niños con TDAH (trastorno con déficit de atención e hiperactividad), autismo, síndrome de Down o deficiencias mentales.
La localización mediante un GPS puede ser muy útil pero no siempre es la tecnología idónea para controlar a un niño. Los localizadores de mano o portátiles son más adecuados para los menores de 2 a 10 años de edad. No todos tienen el mismo sistema de alarma y cada uno suele estar diseñado para un problema específico. A continuación se describen algunos de los localizadores actuales:
- Alerta sonora para avisar al niño tipo "I'm Here". Es el más sencillo: un receptor en forma de osito se sujeta en el calzado o cinturón del niño. La madre lleva un emisor y si pierde de vista a su hijo aprieta un botón y el receptor emite un sonido intermitente de 56 decibelios avisando al niño de que corre peligro.
- Los basados en radiofrecuencia, como "ionKids", avisan cuando el niño se ha alejado a partir de una distancia límite y permite localizarlo por un sistema de búsqueda. El emisor es como un reloj de pulsera que se activa si el niño se lo quita. El receptor dispone de una pantalla que señala el lugar y la distancia a la que está el niño por medio de una flecha que va orientando al cuidador por donde debe ir para encontrarlo. Puede vigilar hasta cuatro niños a la vez.
- Registro GPS que señala el lugar y la hora (PocketTrack): recibe señales de 12 satélites y calcula la posición con un error de 15 metros. Graba en una memoria de 1 Gb el lugar, fecha, hora velocidad y altitud a intervalos predeterminados almacenando la información de los trayectos realizados.
- Sistemas de seguimiento por GPS en tiempo real (TrimTrackXS) realizados por Internet: indicado para jóvenes, conductores o excursionistas. No disponible para menores.
- Los niños ya pueden disponer de un móvil adecuado a su edad de cuatro teclas. El modelo MO1 esta fabricado por la empresa española Imaginarium.
Más información en:
Tomado de Dr. S. García-Tornel. Pediatría Integral. 2007; 11(5):453-454.

jueves, 13 de septiembre de 2007

"Nuestro hijo come poco": ¿cómo mejorar su apetito?

El rechazo de alimentos es la tercera causa más frecuente de consulta en pediatría. Los padres angustiados acuden porque creen que su hijo no come lo suficiente, nunca tiene hambre, tarda mucho en comer y sólo come cuando se le insiste.

A continuación se exponen criterios generales de orientación que podrán servir de ayuda, aunque no necesariamente se ajusten a cada caso en particular:

- A pesar de que un niño tenga un crecimiento normal, su nivel de energía sea bueno y, por lo demás, esté sano, es probable que, entre 1 y 5 años de edad, sólo aumente 2 kg. por año y que, a veces, no aumente de peso durante 3 o 4 meses. Como está creciendo menos rápidamente, necesita menos calorías y al parecer tiene menos apetito (esto se llama "anorexia fisiológica"). Es decir, los niños comen la cantidad suficiente para cubrir sus necesidades de crecimiento y energía. Esta cantidad es controlada por el centro del apetito localizado en su cerebro. Por esta razón, dejen que su hijo decida cuánto va a comer y confíen en el autocontrol del apetito de su hijo.

- Muchos padres tratan de obligar a su hijo a comer más de lo que necesita, porque temen que la falta de apetito pueda afectarle a su salud o causar alguna deficiencia nutricional. Sin embargo, la alimentación forzada es contraproducente porque convierte la comida en una actividad desagradable que provoca rechazo y, por tanto, disminuye aún más el apetito.

- Una de las causas más frecuentes de la falta de apetito de muchos niños es que comen con tanta frecuencia que cuando llega la hora de la comida no tienen realmente hambre.

- Si su hijo tiene sed entre una comida y la siguiente, ofrézcanle sólo agua. Limiten al máximo la cantidad de zumos y permitan que el niño omita una o dos comidas si quiere hacerlo, pues no le hará ningún daño. Comprobarán como su apetito volverá.

- Comiencen a ofrecerle alimentos que pueda comer con las manos, desde los 8 meses de edad. Así permitirán que su hijo se alimente solo, al menos parte del tiempo, hasta que pueda utilizar la cuchara.

- No alimenten a su hijo si él puede hacerlo por sí solo. La tendencia más común de los padres de un niño con poco apetito es tomar la cuchara, llenarla de comida, sonreir y tratar de convencer al niño para que coma. Una vez que su hijo está en la edad de poder usar la cuchara por sí solo (aproximadamente a los 15 meses de edad), no deben volver nunca a darle de comer. Si tiene hambre, comerá por sí mismo.

- Limiten la cantidad de leche a menos de medio litro al día. La leche contiene tantas calorías como los alimentos sólidos y tomar demasiada leche sacia a los niños y disminuye su apetito.

-Sírvanle porciones pequeñas de alimento en un plato grande (más pequeñas de las que crean que su hijo puede comer). De este modo es más probable que se lo coma todo y se sienta así orgulloso de sí mismo. Si les parece que quiere más, esperen a que lo pida.

- No insistan para que vacíe el biberón o deje el plato limpio, ni prolonguen la duración de la comida para que termine. Esto sólo hará que su hijo establezca asociaciones desagradables con la hora de la comida.

- Eviten servirle alimentos que decididamente no le gustan (por ejemplo, algunas verduras o frutas).

- Hagan que las horas de las comidas sean agradables. Eviten críticas o discusiones.

- Intenten no hablar en su presencia de lo poco que come, ni lo elogien si, en alguna ocasión, comiera mucho. Los niños deben comer para su propia satisfacción, más que para la de los padres.

Adaptado de B.D. Schmitt, MD. Your Child's Health.